Capítulo 2. (Editado)

18K 1.1K 60
                                    

Anna

La verdad estoy muy asustada en este momento, no todos los días un demente te acorrala en la pared diciendo toda clase de incoherencias.

— ¡Aléjate, joder! — digo tratando de empujarlo.

— ¡¿Por qué me quieres lejos?! — dice con voz dolida.

— Uhm, no lo sé... — digo haciendo como si pensara — ¡tal vez porque no te conozco! — digo mirándolo por primera vez a los ojos.

Y vaya sorpresa que me llevé, juro por Dios que era probablemente el chico más guapo que he visto en toda mi vida y no estoy exagerando. Cabello rubio, cara de ángel y unos imponentes ojos negros que podrían derretir a cualquiera con una sola mirada, lastimosamente para él, yo no soy cualquiera y si este es un intento de intentar algo conmigo, pues creo que está muy equivocado con la idea que tiene de conquistar a una chica.

— ¡Pero tú me perteneces! — dice sacándome del trance en el que estaba.

— No sé de qué mierdas hablas, pero te voy a agradecer que me sueltes — digo lo más seria que puedo.

— ¡No! — dice rojo de la furia.

— ¿Anna, estas aquí? — se escucha la voz de Mike al otro lado de la puerta.

— ¡Si! — digo casi gritando — salgo en un segundo — respondo finalmente.

— Vale, te espero en la entrada — dice antes de sentir sus pasos alejándose.

— ¡¿Quién mierdas es él?! — dice furioso el chico.

— ¡Y a ti que te importa! — respondo exaltada — de verdad si esto es un jugo, te agradezco que pares en este instante, no me parece para nada gracioso y me estás asustando.

— Claro que me importa, solo yo puedo verte, tocarte, besarte — dice acercando más su rostro al mío — además, ya te dije que eres mía, así que vete haciendo la idea que no hablaras con otro.

— ¡No te acerques más! — digo dándole una patada en su parte baja haciendo que caiga al piso retorciéndose de dolor — y tu maldito desquiciado vete haciendo la idea de que si te veo nuevamente llamaré a la maldita policía y dejaran un buen rato tras las rejas para que reflexiones acerca de tu comportamiento, pervertido.

Aprovecho que esta en el suelo, para abrir la puerta y salir corriendo lejos de él, rumbo a la salida de esta estúpida fiesta. Una vez fuera me encuentro a Mike recostado en su auto en el lugar donde estacionamos.

— ¿Porque tardaste tanto en el baño? — pregunta cuando me ubico frente a él.

— Porque había gente vomitando en los baños, y después de tanto buscar ese fue el único que encontré — digo omitiendo la parte donde me encontré con un loco que me empezó a decir un montón de cosas ridículas.

— Vale — dice sin darle importancia al asunto.

— Bueno, llévame a casa ya — digo cambiando el tema — los pies me están matando, ya tengo demasiado sueño.

— Tienes razón, yo también me estoy muriendo del sueño — dice antes de montarnos en el auto.

Una vez dentro del auto, nos colocamos los cinturones de seguridad, y Mike empezó a conducir rumbo a mi casa. Durante el trayecto hablamos de cosas triviales, nos reímos y escuchamos música.

Cuando llegamos a mi casa, me quito el cinturón de seguridad, me despido de él dándole un beso en la mejilla y me bajo del auto. Entro a mi hogar intentando hacer el mínimo ruido posible para no despertar mis padres. En especia a mi madre, ya que conociéndola quien sabe que es capaz de hacer por despertarla de su sueño de belleza.

Camino hacia mi habitación despacio. Una vez dentro de esta, me apresuro a quitarme el vestido y los zapatos quedando en ropa interior acostándome en la cama enseguida, la verdad estaba muy cansada como para ponerme el pijama.

<< Definitivamente el día más extraño de mi vida >> pienso antes de caer rendida.

Alexander©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora