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CLARISA

Solo entra en mi habitacion para dejarme la comida todos los dias sin falta, para revisarme las vendas, para ayudarme a ir al baño y nada mas. Las unicas veces que me habla es para recordarme que no debo moverme y cuando lo hace su tono es frio lleno de desprecio que me aterra preguntarle cosas como su nombre o donde esta mi telefono y el resto de mis cosas.

-¿Me salvaste por que te pedi por favor? -Pregunto dos dias despues cuando encuentro el valor para hablarle.

Toma la bandeja y se levanta de la cama tranquilo.

-Si es asi. Por favor ¿Me dejas ir? 

Se vuelve a mi molesto:

-Puedes irte cuando quieras pero si lo haces moriras desangrada en cuanto des un paso fuera de esta casa...

-Pero...

-Y eso significara que desperdiciaste mi tiempo.

No espera que le responda y se va dejandome la puerta abierta como para demostrarme que puedo irme cuando quiera. 

Suelto un suspiro y cierro los ojos para no ver la salida por que no es que no quiera irme: el tiene razon. No puedo moverme por el dolor y temo lo que pueda sucederme aparte de rotercerme en el suelo por este sin que el que pueda ayudarme de nuevo.

Me pregunto si tendra mi telefono y si me lo entregaria. ¿Se enojaria si se lo pidiera? Me tapo con la frazada sabiendo que eso es lo mas problable que suceda. 

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No se que hora es cuando entra en mi habitacion con el desayuno. Lo miro sobre mi hombro mientras el corre las cortinas de golpe y me ordena que me despierte. 

Me ayuda a sentarme en la cama, pone la bandeja encima de mis piernas y despues se marcha tranquilo cerrando la puerta. Yo agradezco este gesto por que me sentia expuesta y comienzo a comer tranquila antes de escuchar como otras voces suenan. ¿Habra alguien mas? No. Ahora suena una musica ¿Sera la television? 

Miro las mangas del buzo que llevo: es enorme. Debe ser de el... ¿Donde estara mi ropa? Hace dias que evito hacerme esa pregunta pero cada vez que lo miro ella aparece al instante. Recorro la habitacion entera aunque ya lo hice varias veces en estos ultimos dias pero no hay ninguna otra cosa que ese escritorio con la silla, la cama donde estoy y yo. ¿La habra tirado? 

El vuelve dos horas despues para llevarse la bandeja y revisarme las heridas. Miro hacia otro lado mientras sus dedos se mueven por mi piel y despues me vuelve a cubrir con el buzo.

-¿Te duele? -Pregunta.

-No mucho -Miento.

Asiente y se va pero enseguida vuelve con un vaso de agua y una tableta con pastillas. Me las tiene:

-Solo es para el dolor -Se queja rodando los ojos -Si hubiera querido hacerte daño te habria dejado en ese estacionamiento.

¿Por que no deja de repetirme eso?

-Lo siento pero no puedo confiar en alguien en el que ni siquiera se el nombre -Contesto.

Su expresion indiferente desaparece al instante en el que yo me arrepiento de haber dicho eso. Aprieta los dientes enojado y yo tomo el vaso junto con las pastillas para tomarlos de un trago. ¿Como pude decirle eso?

-Debi...

-¿Como te llamas? -Le interrumpo entregandole el vaso.

Su ira crece mas si eso es posible y se que ahora me odia si es no lo hacia antes. Miro hacia otro lado avergonzada.

-Yo me llamo Clarisa -Continuo.

¿Que demonios me sucede? ¿Por que no me callo? ¡Maldicion! 

-Lo se -Contesta enojado.

Lo miro de inmediato.

-¿Lo sabes? 

Sus ojos lanzan llamas y siento miedo otra vez ¿Que hago ahora? Seguro estara pensando que lo estoy provocando:

-¿Me diras tu nombre? -Insisto -Por que no es justo que tu sepas el mio y yo no el tuyo.

Suspira y me da la espalda para irse.

-¿Por que no quieres decirme? 

-Cuanto menos sepas sera mejor.

-¿Crees que cuando me vaya le dire a alguien sobre ti? ¿Lo que tu y tus amigos hicieron? -Levanto una ceja -Es tarde para pensar en eso... ya vi sus rostro.

Se detiene y me mira sobre su hombro como si quisiera decirme algo pero al final se marcha cerrando la puerta de un portazo. 

El es mioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora