La Serpiente Cornuda

189 12 1
                                    

William empezó a enseñarle a Isolt las criaturas mágicas que él conocía. Viajaron juntos para ver cazar a los hodags cabeza de rana, se enfrentaron a un snallygaster draconiano y observaron cómo jugaban los cachorros recién nacidos de wampus al amanecer.

Lo que más fascinó a Isolt fue la gran serpiente cornuda de río que tenía una joya en la frente y que vivía en un arroyo cercano. Hasta su guía pukwudgie se sentía aterrado ante esta bestia pero, para su asombro, Isolt parecía gustarle a la serpiente cornuda. Lo más alarmante para William era que Isolt asegurara entender lo que la serpiente cornuda le decía.

Ella aprendió que no debía hablarle a William de su extraña afinidad con la serpiente ni informarle de que la serpiente parecía contarle cosas. Empezó a visitar sola el arroyo y jamás le contaba al pukwudgie dónde había estado. El mensaje de la serpiente era siempre el mismo: "Hasta que no pertenezca a tu familia, tu familia está maldita".

Isolt no tenía familia, excepto Gormlaith, allá en Irlanda, y no lograba entender el críptico mensaje de la serpiente cornuda, pero tampoco sabía si la voz que parecía hablarle era imaginación suya o no.

Magia en NorteaméricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora