Capítulo 2

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'NARRA ALEX'

-No se caerá puede estar tranquila- abre los ojos y nuestros ojos se conectan. Tiene los ojos más verdes que he visto. La verdad es bastante hermosa pero sólo es la vicepresidenta de la empresa.

-Gra..Gracias soy muy torpe y tropecé- tartamudeo haciendo que me parezca tierna.

-No se preocupe, lo importante es que este bien- le doy una cálida sonrisa para relajarla y lo logro. Asiente y continuamos con el tours, la empresa es más grande de lo que pensé, al entrar puedes ver una lámpara que cae en forma de lágrimas dándole un toque elegante a la entrada, los muebles son de color negro, el color favorito de mi padre, debo admitir que tiene buen gusto. Finalizó el tours por la empresa y nos dirigimos a mi nueva oficina.

-Wao en realidad es enorme la empresa- opino.

-Así es, espero que le halla gustado, al rato le envio los nuevos negocios para que esté al tanto, si tiene alguna duda puede buscarme yo con gusto le ayudo- asiento -Sólo me falta algo más, espere aquí- se dirige a la puerta y le escucho que llama a alguien, detrás de ella no tarda en aparecer junto a la señorita Duncan una cabellera rubia larga, alta, ojos de color miel -Señor Collins esta es su secretaria, la señorita Michelle Parras estará afuera de su oficina- asiento - Ya puedes retirarte Michelle- la rubia asiente y sale de la oficina.

-Gracias señorita Duncan- agradezco gentilmente.

-No hay de que, bueno con su permiso, me retiro- dice -¿Necesita algo más?- pregunta.

-Le agradecería que me ponga al tanto de los negocios lo más antes posible, para empezar a trabajar- la observo con detenimiento es realmente hermosa.

-De acuerdo, en seguida le mando los nuevos negocios- asiento y se marcha dejándome observar sus preciosas curvas.

Los nuevos negocios no tardan en llegarme y los reviso uno por uno. Muy buenas propuestas y muchos clientes. El día pasa rápido y ya es hora de ir a casa, antes de irme decido tomarme un trago de Whisky mientras miro la asombrosa vista que tiene mi oficina hacia la ciudad, hacer esto me relaja me hace sentir libre y tranquiliza mi mente, me interrumpe un ruido proveniente de la puerta -Pase- ordeno, detrás de la puerta aparece mi secretaria y se dirige a mi escritorio -¿Si?- pregunto sin más.

-Buenas noches señor Collins, vine a saber si necesita algo más- se apoya en mi escritorio resaltando sus senos ¿Está coqueteandome?.

- No señorita ya voy de salida- tomo el último trago y salgo dejándola sola en mi oficina. Tomo el ascensor y toco el botón para bajar al parqueo.

Llego al parqueo, busco mi lujoso Ferrari rojo con la mirada y le encuentro, me acerco con seguridad a mi auto, me subo y me dirijo a mi casa. El paseo es realmente tranquilo mientras admiro las enormes casas y edificios de la ciudad. Llego a mi casa, dejo mi ferrari en el parqueo y entro a la casa, La sala está decorada con sencillez, los muebles son color gris, la gran escalera de cristal se ve al fondo de la sala dandole un toque de elegancia, la alfombra es rojo vino con algunos diseños blancos.

-¡Ya llegué!- grito para que mis fieles sirvientes sepan que acabo de llegar, coloco mis llaves en la mesa blanca que hay en la sala, escucho unos pasos y una voz chillona.

-Hola mi amor, ¿que tal tu día?- pregunta Sthefannie abrazandome y intenta darme un beso pero volteo con disimulo la cara.

-Bien Sthefannie, todo normal y tu que haces aquí?- pregunto coqueto.

Sanando HeridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora