Capítulo 1: ¿Que soy yo?

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Mi nombre es Edgar Brown y mi historia comienza cuando yo tenía tal vez unos 5 o 6 años, éramos mi mamá, mi papá y mi hermana mayor, me ganaba por tres años. Mi papá se llama Marcus, mi mamá se llama Lyz y mi hermana se llama Caroline.

Estaba con mi mamá en el supermercado, ya habíamos terminado las compras cuando ella se detuvo a ver algunos aretes bonitos y un esmalte que le había gustado, tenía la costumbre de separarme de ella y luego aparecer como si fuese invisible, lo hacía por diversión, ese día, alcance a ver una tienda de mascotas, entre sin que mi mamá se diera cuenta. Mi hermana estaba con ella y mi papá en el trabajo, como todos los días, excepto los domingos.

Adentro vi a algunos hamsters en sus jaulas, dos cachorros que estaban en otra jaula en el piso, una lagartija, dos arañas tarantulas, y al final de un pasillo, había muchas peceras con muchos peces dentro (calculo que unos 40 si no es que más) había uno en particular que me llamo la atención, era un pez de color azul Rey

Lo mire fijamente unos 30 segundos, en ese lapso de tiempo me acercaba a él y el pez no se movía, hubo un momento en que parecía un reto de miradas, puse mi mano derecha en la vitrina y lo que vi, fue lo que me cambio la vida, para siempre, NO TENIA MANO, o al menos no lo parecía, en su lugar, sólo eran escamas azules como las del pez, no grite porque sabía que llamaría la atención, mientras más pensaba en el pez, mi mano cambiaba, mis dedos comenzaron a juntarse hasta el punto en que mi mano era una aleta, después se encogia cada vez más, todo mi brazo derecho estaba azul y con escamas, corrí con mi mamá que había terminado de ver los esmaltes, aunque no le dije nada, ella sabía que me pasaba algo, pero me nege a contarlo, cuando subimos las compras al auto, nos dirigimos a la casa, yo iba en la parte de atrás, aunque siempre me gustaba ir adelante.

Intente revisar mi brazo, pero las escamas ya no estaban, aunque mi piel estaba de un tono un poco azulado, pero desapareció, deje de pensar en eso hasta la noche, cuando todos dormían.

Pensé que talvez podía llevarlo más allá, así que baje al pasillo de la casa donde mi mamá tenía sus canarios en jaulas, baje la que estaba más abajo y me concentre en el ave, hice lo mismo que con el pez, lo mire y este me miraba, de un momento a otro vi que me encogia, depues mis manos tenían plumas y tenía cola, pero no me suste, seguí hasta el final, mi transformación estaba completa, era un ave de patas a cabeza, era exactamente igual al de la jaula, en eso escucho una voz.

-¿Como hiciste eso?- me había volteado a la puerta pensando que era mi mamá, pero no había nadie, me dirijo a la jaula y resulta que era el canario el que me hablaba.

-No tengo idea- le respondí, el canario me dijo.

-Creo que es un don, te diré algo, mejor no se lo digas a nadie, hay personas que no...- hizo una pequeña pausa y note que me miraba de forma extraña- ¿puedes entenderme?- le dije que si, parece que no sólo me transformó en animales, sino que también los entiendo.

-Continúa, ¿que querias decirme?- le dije, el canario dudo un momento y luego respondió.

-Sólo que este don que tienes es muy especial, pero no debes contárselo a nadie, antes de que me preguntes porque, es que las personas reaccionan distinto ante una misma situación, puede que algo malo te llegue a pasar- lo pensé por un momento pero luego tenía sentido, asenti con el canario, luego me volví a concentrar para transformarme de nuevo en humano, todo fue un éxito y después puse la jaula en su lugar.

Con el paso de los años, fui perfeccionandolo, al mismo tiempo, el peligro aumentaba.

Miss Peregrine y los niños peculiares. "No sabía que era peculiar".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora