Capítulo 13: Misterios sin resolver.

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Al despertar escuche la alarma de mi teléfono sonar, ni siquiera me moleste en mirar el teléfono para apagarlo, pero a su lado estaba la flor que Emma me dio, sólo que ahora estaba marchita de color café, apenas la toque y se volvió polvo justo frente a mis ojos, justo en ese momento apareció mi padre emocionado para ir a la playa pues quería observar aves y terminar su libro de aves en el que lleva trabajando 5 años de su vida y tiene varios manuscritos en casa sin terminar, la verdad no quería ir, pero no tenía elección, asique nos encaminamos a ir a la playa para pasar tiempo juntos, llegamos hasta un pequeño espacio entre las rocas y encontramos todo un nido con varias aves en el.

-Un campamento a la mitad de un anidamiento, ¿que clase de tonto haría algo así?- cuestionó mi padre al ver una tienda de campaña y una gran cámara cerca.

-De hecho, pusieron su nido principal por ese lado- dijo un hombre mientras salía de la tienda -es un placer conocer a un amante de las aves, soy John Lennon- dijo mientras le daba la mano a mi padre.

-Franklin Portman, el es mi hijo Jake- dijo el -que impresionante cámara tiene ahí- dijo mirando fijamente al aparato.

-Gracias, la estoy usando para un libro que escribo, ¿están aquí de turistas?- esa simple duda fue un golpe duro para mi padre pues sólo llevaba una simple cámara digital que todos podrían conseguir.

-Si, la cámara es sólo para fotos de recuerdo que llevaremos cuando regresemos a casa, de hecho justo ahora no vamos- puso su mano en mi espalda y casi de un empujón me llevó a otra parte.

Logramos encontrar más lugares que visitar para observar aves, pero donde se encontraba John era el premio mayor, mi padre casi no hablo durante el resto del paseo y cuando llegamos al hotel encontramos a John junto a la barra de la taberna hablando y riendo con todos los demás que había ahí, mi padre y yo sólo nos sentamos en una mesa que había en un rincón.

-¿Ya no vas a volver a la playa?- le pregunté.

-No veo para que, si ese hombre va a ocupar toda la isla en su lindo libro encuadernado nadie va a querer leer el mío- dijo con desinterés -creo que mejor voy a tomar una siesta arriba- en eso se acercó el dueño de la taberna.

-¿De casualidad no vieron al tío Oogie está mañana cuando salieron? ya debería haber regresado- nos preguntó el.

-Si quiere puedo ir a buscarlo- me ofrecí.

-Tu no vas a ningún lado- me detuvo mi padre.

Pero eso no iba a detenerme, tenía que resolver el acertijo que me dejó mi abuelo antes de morir, asique tuve que esperar a que mi padre se durmiera, lo cual fue rápido pues se bebió tres vasos llenos de cerveza, después de que se durmió trate de escapar por la puerta principal para volver al bucle, pero encontré a ese tal John y al dueño de la taberna, cuando notaron mi presencia tuve que regresar a la habitación sólo para saltar por la ventana y correr por la costa hasta la entrada del bucle.

Edgar.

Yo seguía durmiendo tranquilamente en mi telaraña que teji justo arriba de mi cama, era apacible y tranquilo hasta que escuche una voz que venía del marco de la puerta mientras está se abría.

-Edgar, despierta porfavor, Miss Peregrine te está llamando al salón- reconocí la voz casi al instante.

-Dame un segundo, creo que sigo dormido- le respondí a Emma mientras trataba de abrir alguno de mis ocho ojos, pero termine por casi caerme un metro hacia el suelo, lo bueno fue que logré engancharme con sólo una pata en el borde de la telaraña -ok, ya estoy despierto- dije mientras colgaba, cambie a mi forma humana y baje cuidadosamente para no caer de nuevo.

Miss Peregrine y los niños peculiares. "No sabía que era peculiar".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora