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Capítulo 3.

- Negan... -susurro y mis ojos recorren nerviosos la distancia entre él y mi padre y luego de nuevo otra vez a él. Su expresión es mucho más severa de lo normal y sus ojos están oscurecidos por la rabia.- Déjalo, no sabe lo que dice -me acerco despacio y le agarro levemente del brazo pero, antes de que mis manos puedan hacer alguna presión sobre él, se mueve ágil y casi sin darme cuenta un puñetazo vuela a la cara de mi padre tumbándole de un solo golpe; pero eso a Negan no parece bastarle y los golpes se repiten uno tras otro. Grito tapándome la boca e intento separarlos, pero Negan me da un codazo apartándome y haciéndome perder el equilibrio para luego caer al suelo. Sacudo la cabeza mareada por el impacto de la caída y gateo por el suelo hasta salir del garaje y avistar a Dwight a lo lejos.- ¡Dwight ayúdame! -le grito a lo que él acude a mi ayuda en segundos y al ver a lo que me refiero se mete entre ambos y los separa con un poco de dificultad.- ¡Negan por favor! -le grito al ver que se va a abalanzarse otra vez sobre mi padre y él se detiene para mirarme confuso.- Llévatelo Dwight -le digo señalando a mi padre que ahora sangraba por la nariz y el labio y aun le costaba un poco respirar.

Cuando por fin estamos solos ambos nos miramos en silencio mientras él se frota los nudillos y yo niego sentándome de nuevo en la caja. La parte izquierda de mi cara me arde desde el golpe y noto como me palpita el ojo, pero trato de disimular.

- Lo comprendo -digo en un suspiro mirándole pasando una mano por el pómulo y él avanza en mi dirección hasta sentarse a mi lado.- Se lo merecía, yo también lo hubiera hecho pero... Esto solo empeorará las cosas -le cojo las manos acunándolas entre las mías para examinar sus nudillos rojos y con pequeñas líneas de sangre.- Iré a por el boti...

- No hace falta -dice sin dejarme terminar la frase y sujetando mis manos evitando que me levante.- Son arañazos superficiales -asiento mirando al suelo, un tanto incomoda con la situación.- Lo siento, no quería actuar así. Es todo mi culpa, nos iremos en cuanto Lucille mejore. -Suelta un taco lleno de frustración mientras separa sus manos de las mías y se las pasa por el pelo echándoselo hacia atrás resoplando.

- No es tu culpa, y no os iréis -le digo seria apretando los brazos contra mi pecho haciéndome una bola mientras niego repetidamente.- Tu solo defendías a tu mujer -sonrío ligeramente y apartando la mirada del suelo para mirarle a él.- Ojala tuviese yo a alguien que me defendiese así -y él frunce el ceño ligeramente mirando desconcertado; y parece que va a decir algo, pero se calla cuando Zed se asoma al garaje y nos hace una señal para que salgamos.

Subimos las escaleras de la casa y Dominic me mira sorprendido y luego mira a Negan. Zed le cuenta lo sucedido y su hermano pequeño me vuelve a mirar apenado, pero hay algo que nunca había visto antes en su mirada ¿Respeto quizás? Ruedo los ojos apartando esa absurda idea de mi mente y abro la puerta de la casa entrando como si de un tornado de tratase. Lucille está en el sofá junto a mi madre y Sherry mientras Tina cura a mi padre apoyados en la barra de la cocina con un botiquín entre medias y Dwight está sentado en una de las sillas alrededor de la mesa.

Todos nos están mirando y nosotros a ellos, noto como Negan se gira ligeramente para mirar a Lucille. Es entonces cuando mi padre abre la boca para hablar, pero yo le corto.

- No, escúchame. Si vuelves a decir algo así de alguien de esta casa juro por dios que cogeré un palo y te daré tan fuerte en la cabeza con el que puede que incluso te reviente los sesos ¿Me has oído? -gruño la última pregunto con rabia y me doy cuenta de que estoy muy cerca de él. Mi cuerpo marca territorio alrededor de toda la barra de la cocina e incluso Tina ha retrocedido al menos dos metros de donde estaba.- Ser el líder no te da derecho a tratar así a la gente. ¡A ti, ni a ninguno! -le grito en la cara y noto como está pálido, su mirada me transmite lo mismo que la de Dominic en la puerta.- La próxima vez pateare tu culo fuera de esta casa. -escupo las palabras y me alejo hasta donde estaba en un comienzo.