CAPÍTULO 3

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Llevo tres días sin hablar con Pol. 

Me he hecho amiga de Shawn. 

Él se sienta a mi lado a las horas de comer.

Pol vigila la cabaña, y eso me asusta.

 Esta mañana hemos discutido mucho. 

Ha estado a punto de castigar a Shawn sin comer ni cenar durante dos días por haber venido a verme.

Son las doce y media.

Estoy corriendo hacia la caseta.

-Shawn- susurro. Es muy tarde, si me ven me podrían matar.

Pol está durmiendo en la habitación que está al lado de la de Shawn. 

Nunca he entrado.

Se abre la ventana.

-Pasa- me dice.

-Jolín, aquí hay un montón de camas.

Es verdad, hay unas veinte literas.

-Veinticinco literas- explica- es decir, cincuenta camas.

-¿Para qué querrán tantas?- pregunto.

-Les he oído decir que traerán más niños.

Hecho un vistazo.

 Las paredes tienen más moho que las de mi habitación. 

Hay tuberías al descubierto.

En la derecha hay armarios.

 Los cuento.

 Veinticinco armarios. 

Uno por litera.

En la izquierda, hay una puerta.

-Es la puerta del baño. Hay veinticinco duchas, retretes y picas.

En la pared de delante está la puerta que da al pasillo.

-¿Dónde duermes tú?

-En la litera que está más cerca de la ventana.

-¿Arriba o abajo?

-Arriba.

-¿Y cuál es tu armario?

-El diecinueve.

Señala un número escrito en su litera. 

Es el diecinueve.

Oigo un ruido.

-Me voy, es muy tarde.

Vuelvo a saltar por la ventana y corro.


La ocupanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora