cap 25 Peligro parte 2

5.8K 276 87
                                    


El camino era bastante agradable. Aunque no era muy aficionada a volar, estar con Naruto lo había hecho de lo más sencillo y además mi mente estaba tan nublada por todo lo que estaba pasando que ni siquiera había prestado atención al despegue. Desde mi habitación llena de rosas, el brazalete de diamantes, ver a Neji y ahora ir con Naruto en un jet a un rumbo totalmente desconocido, la enorme lista de regalos que ya llevaba en el día inundaban mi mente.

Eso, y el darme cuenta que Naruto era asquerosamente rico. Aunque jamás había estado en primera clase en un avión, estaba segura que así debía sentirse.

El pequeño avión no solo era bastante nuevo y lujoso, sino que además de todas las comodidades que ya tenía, Naruto contaba con un montón de gente dispuesto a servirlo en todo. Para entonces había probado tanto champagne y fresas que me había relajado por completo, y a mí lado Naruto se divertía esquivando mis preguntas y llenándome la boca con fresas cada tanto.

No era que me quejara tampoco.

-Anda…- pasé el trago de champagne que me había dado- Dime a donde vamos Naruto, por favor-

-Todo a su tiempo, preciosa- colocó otra fresa en mi boca- Además pronto llegaremos, no te preocupes-

-Pero…- pasé la fresa- Es que…-

-Nada- me dio a probar otro sorbo de champagne- ¿Quieres simplemente relajarte y disfrutar tu cumpleaños? Además no te diré nada, deja de esforzarte-

Lo miré de reojo con gesto ofendido y él soltó una risa que me erizó la piel y me hizo morderme el labio. Sintiéndome atrevida, tomé su cabeza con mis manos y le di un ligero pero sugestivo beso en los labios, mojándolos con los restos del champagne que aún quedaban en los míos.

Algo sorprendido aceptó mi beso y con una confianza que no sabía de dónde había sacado, lamí ligeramente sus labios para después separarme de él. Naruto parpadeó claramente agradado y sonreí coqueta.

-Podría convencerte-

Sonrió de medio lado y se inclinó ligeramente hasta quedar a escasos centímetros de mi rostro.

-Y para eso, tendría que tomarte aquí mismo y ahora- su dulce aliento chocó contra el mío y abrí mis ojos sorprendida- Y eso sería…- miró a la azafata que se encontraba a escasos metros- Algo arriesgado ¿No crees?-

Solo atiné a sonrojarme y devolverle la sonrisa, y Naruto se alejó de nuevo para dejarme pensar con claridad otra vez.

-Además, no será necesario- miró por la ventana- Porque estamos por llegar-

-¿En serio?-

Me enderecé como pude para mirar por la ventanilla. Con toda intención Naruto se había sentado a un lado de la ventanilla para impedirme mirar y darme una idea de a dónde íbamos. Pero como si quisiera atormentarme más y sin ganas de ceder un poco, volvió a sentarme y me colocó el cinturón de seguridad.

El aterrizaje fue rápido, limpio e impecable, y una vez que nos dieron luz verde para quitarnos los cinturones y levantarnos, intenté hacerlo sin mucho éxito pues Naruto como siempre un paso delante de mí me quito el cinturón y me guió hasta la salida del jet.

Por supuesto que lo único que pude ver fue el interior de otro hangar, que bien podría ser el mismo de donde habíamos salido. La temperatura del lugar se sentía exactamente igual a la que habíamos dejado, y el tiempo dentro de ese jet había pasado tan rápido con Naruto que no podía calcular ni siquiera el lugar en el que podíamos estar por el tiempo que habíamos tardado en llegar.

¿Seis o siete horas, quizás?

Para entonces comenzaba a desesperarme.

Una vez que estuvimos en el suelo, Naruto comenzó a dar otras tantas órdenes que ni siquiera fui capaz de escuchar. Era claro que a mi esposito le encantaba mandar y hacer lo que quisiera, y estaba tan acostumbrado a hacerlo que le salía bastante natural.

Contrato de Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora