cap 12 marcando territorios

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~~Naruto POV~~

Dos semanas después

Soltando un largo suspiro, apagué mi computadora portátil y me recargué en el respaldo de mi silla. A las seis de la tarde de ese viernes ya no había nada que hacer en el trabajo, y mucho por hacer en casa una vez que llegara.

Esa noche sería la cena anual de empresarios y accionistas, el primer evento social al que asistiría con Hinata como mi esposa. Se lo había dicho casi con una semana de anticipación, y aunque no había dicho nada ni mostrado la más mínima señal de estrés ante ello, sabía que estaba nerviosa.

Yo estaba nervioso.

A casi un mes de mi boda con Hinata todo estaba fluyendo a la perfección, y todos mis allegados habían tragado el cuento completo de mi matrimonio. Cuando estábamos en público nos comportábamos como la pareja ideal que debíamos ser, mientras en casa las cosas estaban menos tensas que cuando habían empezado.

Desde aquella plática que habíamos tenido después de que ella preparara esa deliciosa cena, solíamos conversar más a menudo sobre nosotros y menos sobre los temas típicos como la herencia de Jiraiya, nuestro falso matrimonio o los progresos de Itachi con el caso de su hermano; haciendo que la idea de vivir juntos ya no fuera tan extraña.

La convivencia cuando estábamos solos se había hecho más llevadera y por supuesto, a mí no me desagradaba del todo compartir las pláticas de mi día con mi falsa esposita. Sonreí al recordar la última frase que me había dicho esa noche que habíamos conversado.

Mi falsa y virgen esposita.

No había necesitado más para saberlo. De acuerdo a lo que había visto y experimentado yo mismo en su trato con los hombres en ese ámbito podía decir que era inexperta, pero no me había atrevido a asegurar que era virgen hasta el momento que ella misma lo había dicho. "Tuve algunas, pero ninguna lo suficientemente seria para mí. Digo, ni siquiera...lo que sea. Simplemente no fueron muy significativas"

De nuevo, no pude evitar sonreír al recordarlo. Cómo es que una mujer de veinticuatro años, tan guapa, inteligente y sobre todo deseable como Hinata seguía virgen era un misterio; pero tampoco me sorprendía mucho.

Esa mujer era un estuche de sorpresas, sorpresas que cada vez me gustaban más.

Antes de poder pensar en algo más, el teléfono a mí lado sonó y descolgué aún sonriente.

-Dime Ino-

-Quería saber si no se le ofrecía nada más, señor- la voz suave de Ino sonaba alegre- Estoy a punto de irme-

-No Ino, gracias, puedes irt…- lo pensé mejor- De hecho, hay algo que puedes hacer y que necesito que hagas-

-¿Sí?-

-Llámale a tu mejor amiga cuando llegues a casa- sonreí al pensar en ella- Creo que lo necesita ahora-

Al otro lado de la línea, pude escuchar el gemido entrecortado por la sorpresa seguido de una risita algo cómplice. Ino era la que administraba todos mis eventos tantos sociales como personales, y sabía lo de la cena de ésta noche.

-Lo haré señor- otra risita- Buenas noches, y suerte-

Sin responder nada, solté una ligera risa también y colgué el teléfono mientras me levantaba. Era hora de irme a arreglar para la cena, y seguramente Hinata ya estaba en casa haciendo precisamente eso y escogiendo el vestido que utilizaría esa noche.

Seguramente también se moría de nervios.

Con ese simple pensamiento en mente, sonreí divertido y me coloqué mi abrigo para salir de mi despacho.

Contrato de Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora