cap 24 Peligro

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~Naruto POV~

Una semana después

Ese lunes se había vuelto insoportable. Después de casi ocho horas de trabajo y de no haber visto a Hinata en la comida por culpa de una estúpida junta, aquél día se había convertido en un verdadero tormento, y para entonces miraba el reloj cada medio minuto.

Aunque podía largarme sin ningún problema cuando quisiera, Hinata no podía.

Y no tenía caso llegar a casa para estar solo.

Desde el sábado después de la fiesta de papá, la provocación de Shion y la noche que habíamos pasado, las cosas entre Hinata y yo habían dado un giro de ciento ochenta grados. Todo era diferente, y me encantaba.

Desde entonces todo era natural y relajado entre nosotros, sin embargo, aquella tensión sexual que antes era latente en vez de haber disminuido parecía haber aumentado entre nosotros. Como si no tuviéramos suficiente el uno del otro, aprovechábamos cualquier momento solos para hacer el amor cuando y donde se nos antojara.

El sofá de mi recámara, la regadera, la tina, la cocina, las escaleras, la sala, cualquier lugar era propicio para hacerlo, y para entonces habíamos estado a punto de ser descubiertos en varias ocasiones.

Pero Hinata era tan divertida, intensa y sobre todo atrevida que me seguía el juego de las mil maravillas. Era refrescante estar con ella, pues su inocencia pero ganas de aprender la hacían tan diferente a todas las amantes que había tenido y de las que estaba harto.

Sonreí de medio lado y miré a mí alrededor. De los pocos lugares que faltaban era mi oficina, y haciendo nota mental de hacerle el amor en mi escritorio algún día sonreí y eché mi cabeza hacia atrás.

Todo iba de maravilla. Casi todo. Sin saber porqué ambos parecíamos haber hecho un mudo acuerdo de no hablar sobre nuestro futuro, ni sobre lo que vendría para nosotros una vez que nuestra farsa (si es que se podía seguir llamando así) de matrimonio terminara. Al fin y al cabo, faltaba poco menos de mes y medio para que el plazo de nuestro matrimonio se cumpliera y yo pudiera reclamar mi herencia, así como el juicio de su hermano se efectuaría en unas cuantas semanas en donde todo indicaba que saldría libre sin problemas.

No quería pensar en eso. Y al parecer ella tampoco.

Y sin poder evitarlo, me sentía algo aliviado por eso.

Antes de poder pensar en más unos toques en la puerta que conocía muy bien me distrajeron.

-Adelante Ino-

Su cabeza rubia se asomó por la puerta y me miró desde el umbral.

-Señor, solo venía a preguntarle si no se le ofrecía nada. Estoy por irme-

-No Ino, no te preocupes- sonreí- ¿Hay algún evento importante en la agenda en lo que resta de la semana?-

-Solo la junta con los franceses mañana señor, y la comida del jueves con los inversionistas-

-Cierto- entorné los ojos- Gracias-

-Y…-

Como si estuviera a punto de decir una imprudencia, se detuvo y pareció pensarlo mejor. Pero la conocía, y sabía que con un poquito de presión terminaría cantando como un pajarito.

-¿Y?-

-Y el cumpleaños de su esposa señor, el viernes- sonrió ante mi cara de sorpresa- Supuse que no lo sabría, y que le gustaría prepararle algo-

Parpadeé ligeramente. Así que mi esposita cumplía años el viernes, y por supuesto había decidido no decirme nada.

Meneando la cabeza, miré a Ino y sonreí.

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