3. "Mamá, soy VIR-GEN"

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—¡Dave!¡Despierta! —noto como algo blando impacta contra mi cara y me revuelto en la cama.

—Mmm, tengo sueño.

—Dave, son las dos. Hora de comer. —anuncia mi hermana—. Los macarrones te esperan a bajo.

—¿Es ya la hora de comer?

—Sí, ¿Bebiste mucho anoche? —pregunta Alex sospechosa, y yo niego con la cabeza—. Entonces no te tiene que sentar mal. Venga, que mamá está algo enfadada... volviste bastante más tarde de lo que acordaste con ella.

—Ya... es que conocía a una chica y nos quedamos un rato hablando.

—¿Hablando?¿Seguro?

—Sí, joder. No me voy a acostar con la primera que encuentre. Aunque te cueste creerlo, los chicos también queremos que la primera vez sea especial y todo eso.

—Oh, que bonito. —se burla ella.

Habló la muy experimentada. Si ni siquiera ha tenido novio.

Iba a decírselo cuando la voz de nuestra querida —y temida— madre retumba en el pasillo.

—¡Como no bajéis YA, no comeréis hasta mañana!

—Creo que será mejor que vayamos tirando. —susurra Alex. Yo me dispongo a cambiarme de ropa, pero ella vuelve a bajarme la camiseta—. No, no, ya te cambiarás luego, que no me quiero quedar sin comer.

Salimos al pasillo y nos encontramos con mamá, quién lleva una espátula en una mano y una sartén en la otra. A pesar de ser utensilios de cocina, si terminan en las manos equivocadas, como es el caso, pueden resultar armas mortales.

—Tu —señala a mi hermana, que traga saliva lentamente—. Baja a bajo. Ya tienes tu plato preparado. —Alex comienza a avanzar en dirección al comedor, y yo la sigo, con la esperanza de que al ser más bajito pase desapercibido. Estoy a punto de conseguirlo cuando mi madre me coge por los hombros—. No, no tan rápido Dave. ¿Me puedes explicar porqué llegaste a las seis de la mañana?

—Pues porque... conocí a una chica, muy maja y estuve hablando con ella y bueno, se nos hizo tarde y luego la acompañé a su casa.

—Con qué una chica. ¿¡Tu sabes la de precauciones que hay que tomar a estas edades!? Es evidente que algo no he hecho bien contigo, ven aquí, que tenemos que hablar.

Oh, Dios mío, a mis diecisiete años me va a dar la charla.

Me acompaña hasta el sofá y noto la mirada burlona de mi hermana sobre nosotros. Seguro que se lo soltará a Mark esta tarde, y se pasarán el día entero riéndose de mí. Mi madre se está alrededor de una hora hablándome del uso del condón, los embarazos no deseados, la gran responsabilidad que supondría tener un hijo cuando se es adolescente, los problemas que podría tener con la madre, y luego de todas las enfermedades que podría coger.

Como veo que va a seguir hablando durante un buen rato, decido cortarla, aclarando un concepto que creo que no tiene claro.

—Mamá —comienzo, y ella salta en su asiento, indignada.

—No, mamá no, porque yo intento siempre que tu tengas lo mejor i....

—¡Mamá! Que no hace falta que me digas todo esto porque...

—No, si que hace falta, todo lo que sea información de más siempre es necessaria. Quién sabe, igual te ha pasado algo la chica esta que dices, creo que esta tarde te voy a llevar al hospital para que te hagan un chequeo.

—¡Mamá!¡Cállate un momento! No hace falta que me digas nada, ni que me lleves a ningún sitio porque soy VIR-GEN. ¿Sí?¿Lo entiendes? No me he acostado con nadie todavía, y sinceramente no tengo pensado hacerlo en un futuro próximo porque ahora mismo estoy soltero.

The Love of One of ThemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora