Capitulo treinta y dos

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Me desperté con un dolor terrible de cabeza. Pocos recuerdos tenía sobre la noche anterior. Me había ido a bailar con Kayla, luego me puse muy borracha,y no recuerdo muy bien que pasó luego. La imagen de Justin en mi habitación aparece en mi cabeza. Y lo estaba besando ¿Fue de un sueño o eso pasó de verdad? Pareció tan real...¡Oh Dios! 

Miré a las camas de mis amigas, dónde yacían sus cuerpos dormidos. Me levanté y gemí del dolor, metiendome a la ducha. Después de un refrescante baño, me puse una camisa simple, un pantalón de chándal y mis Converse negras. Sequé y peiné mi cabello, atandolo a un moño con varios mechones fuera. 

Cuando mis amigas despertaton, desayunamos juntas y platicamos.

—¿En serio no recuerdas nada? Que raro de tí, ________, nunca te pones así de borracha —exclamó sorprendida Demi.

—Lo sé, lo sé, pero quería divertirme una vez. Ahora ¿me dicen si hice alguna locura? —me lleve a la boca mi taza de café mientras ella me respondía.

—Sólo bailaste muy alocadamente, y Justin te sacó de la fiesta mientras tu le hacias un berrinche —soltó una risita y me tape la cara con mis manos, dejando salir un grito.

—¡Que verguenza!

Me encontraba caminando hacia la habitación de Justin. ¿Habré hecho algo más vergonzoso además de besarlo?  Pensaba irme a hablar con él, pero no sabía que decirle. Quería hablar con él sobre anoche. Me detuve cuando estuve frente a la puerta de su habitación. Acerqué mi mano para tocar, pero ¿Que le diría?  ¿Debía disculparme? Uhg, los nervios comenzaban a comerme. Dejé mi brazo descanzar a mi lado y me di la media vuelta para volver a mi habitación. 

—¿_______?

Me quedé congelada al escuchar su voz. Cerré mis ojos, y me estremecí al sentir unas manos deslizarse por mi cintura. Eso por arrepentirme tarde, no tendría que haber venido.

Me giré lentamente sobre mis talones y forsé una sonrisa. Justin aún tenía sus manos en mi cintura, y ¡Dios! Se veía tan guapo. Amaba cuando usaba sus gorras hacia atrás de chico malo, pero él era lo contrario. Sus hermosos ojos mieles mezclados con avellana, se encontraron con los míos. Brillaban y eran tan profundos.

—¿Qué haces aquí? —me preguntó. Bajé la mirada sin saber qué decir. 

—Yo..ugh...—me rasqué la nuca nerviosa, evitando sus ojos—sólo pasaba por aquí, estaba caminando por los pasillos

—No me mientas ¿Que harías por los pasillos de las habitaciones de hombres? —enarcó una ceja. Era obvio que él recordaría lo de anoche, y quizá pensaba que no lo recordaba.

—Quizás visitando a alguien

Una carcajada provino de su boca. Fruncí el ceño.

—¿A quien irías a visitar tú?

—Que te importa —me separó de él enfadada, haciendo que quite mis manos de mí. 

—No te enojes, Ratoncito. Dime la verdad

—Ya te dije 

—____________... —dijo en tono amenazante. Se acercó devuelta a mí y acarició mi mejilla con su mano. Me relajé ante su tacto y mis piernas flaquearon. Me sentía tan vulnerable cuando me tocaba —Sólo dime

—¿Dije algo malo anoche? —pregunté finalmente mirandolo a los ojos.

—¿A que te refieres con malo?

—No lo sé...si dije algo estúpido y vergonzoso

—No te preocupes, cariño —me calmó, acariciando mi mejilla. Sentía que me derretía como mantequilla.

Estúpida Obsesión {Justin Bieber & tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora