Tú... (NALU Fanfiction)

Uno

Febrero, 1994.

Durante dos meses Natsu y Lucy han tenido que verse a escondidas en un par de ocaciones; la razón, tía Evergreen no acepta la relación.

Loki, el chofer de Lucy, es el encargado de llevar y traer cartas de los jóvenes enamorados.

Natsu: ¿Crees que algún día la tía de Lucy me acepte?

Loki: Si soy sincero, no. Pero creo que si sigues trabajando duro en tu música llegarás lejos y eso puede cambiar la opinión de ella.

Natsu: Me estoy esforzando al máximo por lograrlo. El otro día Gajeel llevó un casset con el demo de nuestro primer sencillo a un productor.

Loki: Espero acepten el sencillo, bueno aquí esta lo que Lucy te envió.

El pelinaranja le entregó un sobre muy bien decorado y perfumado. Natsu amaba el aroma de Lucy.

Natsu: ¡Gracias! Tén, aquí esta lo mío. Le puedes decir que la extraño mucho y que la amo.

Loki: Lo mismo que ella siempre me dice y te manda besos y abrazos pero obvio no te los daré, solo imagínalos.

Natsu: Dile que igual le mando besos pero solo dicelo, no te quieras sobrepasar.

Loki: ¿Qué ridículez dices muchacho? Yo siempre he visto a Lucy siempre como una pequeña hermana y esa es la razón por la que apoyo su relación, la haces feliz.

Natsu: Ella igual me hace feliz. ¡Gracias por todo Loki!

Loki: Cuídate, te veo mañana.

El pelinaranja se dirigió a la casa de Evergreen. Lucy estaba esperándolo en la puerta muy entusiasmada.

Lucy: ¡Loki! ¿Lo viste?

Loki: ¡Hola Lucy! Dime ¿qué día ese muchacho falta a su cita para enviar las cartas? Tén, ya sabes las cursilerías que siempre dice.

Lucy: ¡Yeah!

Como una niña esperando su regalo de navidad, Lucy abrió la carta de Natsu. La primera hoja era un canción que había compuesto para ella y las siguientes páginas era el contenido de la carta.

Ella se abrazó con la carta en el pecho y suspiro, esperaba saber la respuesta de lo que había propuesto en su carta. La rubia sabía que era arriesgado pero había estudiado los movimientos de su tía, así que sentía confiada para poner en marcha su plan.

Marzo, 1994.

Un mes habían estado viéndose a escondidas por las noches, primero había sido en el patio de la casa de Evergreen pero poco a poco Lucy logró introducirlo a su habitación.

Durante un par de semanas el pelirosa había batallado consigo mismo para no sobrepasarse con ella.

Pero esa noche, la luna estaba llena, el aroma de fresas de Lucy lo había hechizado y sin mentir ella se miraba endemoniadamente sensual.

Claro tía Evergreen había salido a cenar con un "amigo" así que no llegaría hasta mañana. Lucy se había preparado mucho para esta noche, ella quería entregarse a él desde hace mucho.

Él estaba sobre ella, despues de una pequeña pelea de cosquillas, sus rostros estaban muy cerca y sus cuerpos estaban muy calientes.

Natsu: Lu... ¿estas segura de esto?

Lucy: Muy segura...

Ella ya estaba muy aferrada a la cíntura del pelirosa y los movimientos que la rubia hacía con las caderas no ayudaban a que él pensara claramente.

Lucy: Yo... Te amo.

Natsu: Yo te amo más, por eso no quiero que pienses que me quiero aprovechar de tí.

Él había sido educado de una manera tan respetuosa hacia las mujeres a tal punto que nunca se había acostado con una de sus novias anteriores pero Lucy, ella es la mujer que lo enloquece, su musa, su inspiración, el amor de su vida. Con ella era imposible quererse contener.

Lucy: Yo me estoy entregando por que quiero ser tuya para siempre.

Ella levantó la cabeza y lo besó. Esa fue la gota que derramó el vaso, los actos de pureza por parte del pelirosa se habían ido al carajo.

Atrapó el pequeño cuerpo de la rubia con el suyo. Recorría con sus manos temblorosas ese escultural cuerpo, en tanto ella acariciaba su cabellera rosa.

Con todo el nerviosismo del mundo, ambos se desvistierón. Estaban sonrojados totalmente pero eso no detuvo los besos y las caricias.

No tenía ni idea de que hacer, por lo que ella se acostó abriendo las piernas. La escena era demasiada tortuosa para él, ella era una mezcla de sensualidad e inocencia al mismo tiempo.

Sentían sus corazones al borde del colapso de tan rápido que latían. Él se posicionó en su entrada y poco a poco comenzo a penetrarla, el proceso en verdad era un poco doloroso e incomodo.

La rubia se aferro a las sábanas tratando de soportar el dolor y la sensación de una presión entre sus piernas. En tanto el pelirosa cerró los ojos intentando no ser tan brusco con ella, aunque sentía un poco de ardor al mismo tiempo se sentía placentero, era una mezcla extraña.

Cuando miró de nuevo a su querida novia y la cara de dolor que esta hacía decidió besarla para dar una estocada profunda, provocando que ella le mordierá el labio inferior para aminorar el dolor.

Él no se movió, besó el par de lágrimas que ella soltó por perder su virginidad.

Natsu: Dime cuando te pase un poco el dolor.

Mientrás ambos se recuperaban del dolor de la primera vez, ellos se besaban suavemente, de pronto él comenzó a moverse lentamente.

Las molestias empezarón a disminuír y estas erán sustituídas por placer. Poco a poco el movimiento fue mayor, causando gémidos por ambas partes, sus respiraciones erán agitadas y algo en su interior se iba formando; como si algo se fuera expandiendo en sus pechos.

Conforme las embestidas aumentaban, así mismo esa sensación.

Natsu: Siento que... ya no puedo...

Lucy no entendía que quería decir pero igual ella se sentía mucho más húmeda que al principio y sentía su corazón al borde del colapso.

Se besarón fuertemente y en ese momento sintierón una explosión dentro de sí mismos. Como si una nube de placer los envolvía.

El pelirosa se desplomó sobre ella, jadeando en su oído. La rubia besó su hombro.

Natsu: ¡Eso fue fantástico!

Él se incorporó, saliendo despacio de ella, se acostó un lado y la abrazó.

Lucy: Fue maravilloso, no me arrepiento de nada.

Natsu: Ni yo me arrepiento, siempre estaremos juntos, eres mía como yo soy tuyo.

Lucy: Siempre estaremos juntos...

Se durmierón abrazados, ella escuchando tiernamente el corazón de su novio que la arrullaba al dormir.