Capitulo 40

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Despierto desorientada, tengo mucho dolor de cabeza, ¿que ha pasado?

Me reincorporo y me doy cuenta que estoy en una habitación de hospital. Unas doctoras me están mirando fijamente, sus rostros reflejan asombro, es entonces cuando me doy cuenta de que las sábanas están manchadas de sangre...

¿Y mi bebé?...me llebo la mano al vientre y descubro que está completamente plano...no puede ser, esto no está pasando, ¿dónde está mi hijo?

_¿Y mi bebé?.— Pregunto muy nerviosa.

_Lo siento Anastasia, no pudimos hacer nada. — Responde la doctora.

No, no puede ser, Christian no dejaría que eso pasará, están mintiendo, ¿dónde está Christian?

_Quiero ver al doctor Grey, por favor. — Grito y comienzo a llorar desconsoladamente.

_Lo siento Anastasia, el doctor Grey no está aquí, ahora que no tendrás a su hijo, no tiene porque estar contigo. — Dice la doctora mirándome compasiva.

_No puede ser, Christian no me haría eso. — Grito fuera de si.

_Si que lo haría querido, ahora nada le ata a ti, ahora está conmigo. — Dice de pronto Elena.

¿Quién ha dejado entrar a esta mujer?, no puedo más, ya no tengo nada, me quiero morir.

Me levanto de la cama y me escapo del hospital, llego hasta un barranco, voy a hacerlo, ya no quiero vivir.

Miles de lágrimas resbalan de mis ojos, y me dejo caer al vacío.

Aaah. — Grito. Todo ha sido una pesadilla.

_Anastasia. — Grita Christian muy nervioso y se levanta de un salto de la silla donde se había quedado dormido.

Me llevo la mano al vientre y suspiro aliviada al descubrir que mi hijo está bien...dios mio, menos mal que no era real.

Christian viene hasta mi y me abraza con fuerza, yo sigo en shock, el sueño parecía tan real...

_Ya está Ana, por favor, tranquilizate, ya ha pasado todo. — Dice Christian destrozado. Se nota que está mal, y es por mi culpa.

_Gracias Christian, ya estoy más tranquila, es que he soñado que perdía a mi bebé y también a ti. — Digo saliendo del shock, sin poder reprimir más las lágrimas, que salen de mis ojos descontroladas.

_Escúchame pequeña, eso nunca, nuestro hijo está bien, y jamás me perderás a mi, más que nada porque tú eres el sentido de mi vida, dejarte sería como un suicidio. — Dice Christian intentando tranquilizarme.

_Te quiero Christian y lamento mucho lo que ha pasado, no debí ponerme así ni enfadarme.

_No me pidas perdón pequeña, sólo no me des más sustos y deja que te cuide, no quiero que os pasé nada. — Dice Christian y posa su mano en mi vientre.

_Lo sabemos Christian, y te amamos demasiado, he sentido mucho miedo cuando en mi sueño te habías ido, no quiero volver a sentir ese intenso dolor en el corazón ni en sueños.

_Ana, jamás me vas a perder, siempre voy a estar contigo, pase lo que pase.

_¿Lo juras?

_Lo juro por mi vida Ana, que eres tú. — Dice Christian haciendo que una pequeña sonrisa se dibuje en mi rostro.

_Me tranquiliza oír eso, no sé qué sería de mi sin ti.

Christian me mira fijamente con esos ojos que desde el principio me enamoraron y sin esperarmelo, me da un tierno beso en los labios.

Nuestros labios se separan por falta de aire pero no nos alejamos el uno del otro, seguimos estando muy cerca.

_No vuelvas a hacerme esto pequeña, cuando te has desmayado en mis brazos me quería morir, he sentido que te perdía, por favor, dejame cuidarte, no quiero más sustos. — Dice Christian nervioso, suplicandome que le haga caso y deje mi cabezonería de lado.

_No más sustos Christian, lo prometo, haré todo lo que me indiques, doctor.

1 mes después...

He cumplido mi promesa, he hecho caso a Christian en absolutamente todo, eso sí, estoy muy harta de estar en la cama.

Christian está exagerando las cosas, pero no le digo nada, él es el doctor así que habrá que hacerle caso.

Ya estoy de 7 meses, y la verdad me encuentro cansada a pesar de que no hago ningún tipo de esfuerzo, el día del parto se acerca y mentiría si dijera que no tengo miedo.

Christian está en la universidad, está muy nervioso porque está en periodo de exámenes, y la verdad no ha estudiado mucho, ya que cada vez que vuelve de la universidad se dedica a estar conmigo. A veces soy yo la que le dice que se ponga a estudiar.

Justo hoy, Christian tenía un examen muy importante, la nota que saque, será su nota final, espero se le este dando bien, confío en él y sé que aprobará, Christian siempre consigue lo que quiere.

De pronto, Gail entra en la habitación con el desayuno.

_Buenos días Señorita Steele, ¿cómo se encuentra?. — Pregunta Gail y deja la bandeja con el desayuno sobre la cama.

_Bien Gail, gracias por traerme el desayuno, puedes tomarte el día libre, ya has hecho mucho por mi y me he enterado de lo de su hija.

Resulta que Gail, tiene una hija, se llama Sophie, una niña de cuatro años encantadora, a la pobre le diagnosticaron epilepsia y esta misma noche ha tenido un brote.

_No hace falta Señorita, al Señor Grey, no le hará gracia que se quede usted sola. — Contesta Gail.

_No estaré sola, está Taylor, además, no va a pasar nada, y se que quieres ir a ver a tu hija al hospital.

_Muchas gracias señorita, se lo agradezco, pero no puedo irme, Taylor ha salido.

_Gail, por favor, no pasa nada de verdad, corre a ver a tu hija y déjate de formalismos, llámame Ana.— Insisto. Si a mi pequeño le pasará cualquier cosa, me quedaría con él, mandaría el trabajo a la mierda.

_Muchísimas gracias, tiene usted un corazón enorme, compensaré las horas de trabajo de alguna forma. — Dice Gail agradecida.

_No hace falta, marchate tranquila.

Gail se marcha no sin antes darme las gracias de nuevo.

Hace rato que Gail se ha ido, son las 12 de la mañana y estoy empezando a desesperarme por estar aquí sin hacer nada.

Decido levantarme despacio, y cuando estoy en pie, siento una punzada en el vientre que me hace gritar.

Caigo al suelo con las manos en mi vientre, me duele mucho.

De pronto me siento mojada, el suelo está mojado...no puede ser, he roto aguas.

_Taylor. — Grito con la esperanza de que haya vuelto, pero no hay respuesta.

Mi bebé quiere nacer y estoy sola con un dolor impresionante en el vientre, encima Christian estará en mitad del examen, ¿que debo hacer?

Grito de dolor y me arrastró hasta la mesa, donde se encuentra mi móvil, debo llamar a una ambulancia, estoy de parto!

Buenas noches, aquí dejo nuevo capítulo.

Siento actualizar tan tarde, pero es que no he podido subir antes el capítulo.

Nos leemos a las 160 estrellitas. (cuando mire el wattpad)

Besoos




Embarazo inesperado (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora