Embarazo inesperado (Terminada)

capitulo 43 (Pov Christian)

Escucho los llantos de mi bebé y no puedo evitar emocionarme, mi bebé al fin ha nacido, y es el bebé más bonito del mundo, mi hijo y él de Ana, no podría ser más feliz.

Cojo a mi pequeño en brazos y no puedo parar de mirarlo, esta personita tan pequeña, nuestro bip, va a necesitar toda nuestra atención, y no hay nada que me haga más ilusión que cuidarle junto a mi Ana.

Mi bebé no para de llorar, intento calmarle, le pongo un gorrito azul y le tapo con una manta.

_Es hora de que conozcas a mamá.
— Le digo a mi bebé tierno. Mi bebé se calma, quiere conocer a su madre, la mejor madre que pueda desear.

Me acerco a Ana con el pequeño en brazos.

_Mira Ana, nuestro pequeño tiene muchas ganas de conocerte. — Digo emocionado. Este pequeño es el mejor regalo que podía hacerme Ana, ella es mi angel, gracias a ella soy el hombre más feliz que en estos instantes está pisando la tierra.

Miro a Ana. Mi corazón comienza a doler cuando veo sus ojos cerrados.

_Ana. — Grito nervioso. Como la haya pasado algo me muero

Ana no contesta. El miedo se apodera de mi, mi Ana no responde y como siga asi yo tampoco voy a responder.

_Anastasia. — Vuelvo a gritar. Esta vez no consigo reprimir las lágrimas.

Una doctora viene al escuchar mis gritos.

_¿Sucede algo doctor Grey?. — Pregunta la doctora.

No contesto, dejo a mi bebé en la incubadora, pues ha nacido con sólo siete meses y lo necesita. Mi bebé comienza a llorar, y eso es porque nota que algo le sucede a su madre. ignoro sus llantos y sacudo a Ana, ella tiene que reaccionar, no puede hacerme esto.

Mi bebé continua llorando y mi Ana sigue sin responder, esto no puede ser. Mi Ana no por favor, todo menos esto.

Mi madre entra y coge a nuestro pequeño para calmarle. Mi corazón late a mil por hora, y siento un intenso dolor que no me deja respirar.

_Anastasia. — Grito. Me llevo mis manos a la cara y comienzo a llorar sin poder controlarme. Caigo de rodillas y siento una mano en mi hombro.

_Todo va a estar bien hijo, calmate.
— Intenta consolarme mi madre, pero no hay consuelo, no hasta que mi Ana despierte.

Los doctores aparecen con las planchas para reanimar a Ana, ya que mi pequeña no respira.

Cojo las planchas, hecho a los demás doctores de la habitación, incluida mi madre con mi hijo y comienzo con la reanimación.

Esto me duele más a mi que a ella, todo por que reaccione, no puedo estar sin ella.

_Vamos pequeña, no me dejes, respira. — Digo y pongo las planchas en su pecho.

Ana sigue sin reaccionar...

_No puedes hacerme esto Ana, tu hijo te necesita, yo te necesito. — Digo y repito el proceso.

Ana parece sumergida en otro mundo, no puede ser, su sitio está aquí conmigo y con su hijo.

_Perdoname pequeña, todo esto es mi culpa, por mi culpa has tenido que pasar por esto, por mi culpa estas así. — Digo sin poder aguantar mi llanto, repitiendo el proceso.

Al ver que Ana no reacciona, todo está empezando a perder el sentido.

_Vamos nena, sabes que no puedes dejarme, estamos destinados a acabar juntos, aquella noche cuando los dos acudimos a esa fiesta en casa de Kate,sabíamos que fué organizada para nosotros, teníamos que conocernos y concebir a nuestro bip, ahora no puedes dejarme solo. — Digo desesperado. Acordándome de cada una de sus caricias, de sus besos, la forma en que sus ojos azules se quedaban mirándome, ¿cómo vivir sin eso?, no pueden ponerme a la mujer perfecta en el camino y luego tener que perderla...

_No lo voy a soportar puto destino caprichoso!, devuélvemela!. — Grito sin importarme nada.

Cuando lo doy todo por perdido y estoy a punto de morir de pena, Ana comienza a respirar.

Esta vez lloro de alivio y la abrazo con todas mis fuerzas, no podía perderla, no puedo vivir sin ella.

Ana abre los ojos y me mira confusa.

_¿Christian?. — Dice Ana desorientada, con la voz apenas audible.

_Aquí estoy pequeña, dios mío, pensé que te perdía. — Digo y la abrazo con más fuerza. Jamás me separaré de ella, he estado a punto de perderla y no quiero volver a sentir que la pierdo, es un dolor demasiado grande el que he sentido.

_Christian, ¿y mi bebé?. — Dice Ana y se sobresalta al tocarse el vientre y no notarle.

_Está perfectamente pequeña, ahora mismo está con mi madre, enseguida lo traen. — Digo calmandome un poco. Por un momento pensé que iba a morir de dolor.

Ana sonríe al escuchar eso, y yo también sonrio al ver que está bien.

_Ana, menudo susto me has dado, no vuelvas a hacerme esto en la vida, no respirabas y he tenido que reanimarte, no quiero volver a sentir que te pierdo. — Digo recuperándome de un leve infarto que me estaba dando cuando Ana no reaccionaba.

_Lo siento. — Dice Ana con la voz apenas audible.

La normalidad vuelve a mi corazón, respiro aliviado y siento como todo vuelve a tener sentido y como mi felicidad vuelve, por un momento pensé que había cogido un billete de ida pero no de vuelta.

_Te amo Anastasia. — Digo y la beso apasionadamente, moría de ganas, deseaba sentir sus labios junto a los míos.

Nuestros labios se separan y justo entra mi madre con nuestro pequeño.

Ana lo mira emocionada, al igual que yo, nuestro hijo es precioso, no podía serlo más.

Grace le entrega nuestro pequeño a Ana, que no para de llorar de la emoción.

_Es perfecto Christian, gracias por estar a mi lado y no separarte de mi ni por un segundo, te amo. — Dice Ana mirando a nuestro bebé impactada.

Acaricio el cabello de Ana mientras está con nuestro pequeño en brazos, ahora mismo siento demasiada felicidad, tengo todo lo que necesito, a mi Ana y a mi hijo.

Mi madre mira la escena también emocionada.

_Ehnorabuena, os lo merecéis, es un bebé precioso. — Nos felicita mi madre.

De pronto toda mi tranquilidad se esfuma al ver quién entra por la puerta...

Buenas noches, aquí dejo nuevo capítulo.

Gracias por leer, votar y comentar.

Nos leemos a las 160 estrellitas.

Besoos