18.

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El día había llegado. Aquel era el día en que tenía que terminar con todo aquello y aunque sabía que aquella había sido su misión todo aquel tiempo, se sentía intranquilo, inseguro e incluso nervioso. No sabía el porqué. No sabía cómo saldría todo, pero de lo que si estaba seguro era que todo terminaría allí.

Por la mañana se despertó cansado e incluso agotado. Derian dormía plácidamente a su lado, incluso roncando levemente como lo recordaba. Giró hasta quedar de costado, dado que había dormido todo el tiempo boca abajo y lo contempló. No sabía el porqué, pero en aquel tiempo que había estado con Derian, algo dentro de él, le hacía recordar constantemente los momentos que habían pasado juntos. Que habían compartido. Que Derian había decidido matar dentro de él.

Y sin siquiera darse cuenta, acercó una de sus manos a sus cabellos rubios, que habían crecido bastante desde que él se encontraba allí. Le quitó algunos mechones que caían sobre su rostro y lo contempló, sin siquiera darse cuenta del paso del tiempo.

–Si sigues mirándome así me saldrán arrugas –le dijo Derian entreabriendo sus ojos, encontrándose así con los suyos.

Des no dijo nada, ni tampoco expresó nada. Solo se le quedó mirando por unos segundos, hasta que decidió girarse y levantarse, pero cuando lo estaba por hacer, Derian lo tomó del brazo más cercano a él y lo obligó a caer nuevamente en la cama boca arriba, sintiendo así, a Derian colocarse sobre él. Se miraron a los ojos, pero no se dijeron nada. Solo se miraron.

–Desearía que todo hubiese sido diferente. En verdad lo hago –le dijo Derian sin dejar de mirarlo, lo que le pareció extraño.

¿Por qué le había dicho aquello? ¿Por qué aquellas palabras parecían verdaderamente sinceras?

–¿Por qué lo dices? –le preguntó Des sin dejar de mirarlo, provocando que una leve risa algo forzada se escapara de los labios de su compañero.

–¿En serio lo preguntas? –le preguntó y salió de arriba suyo, sentándose en la cama, con una de sus piernas doblada cerca de su torso descubierto.

Des sabía que estaba completamente desnudo, al igual que él, lo que hubiese confirmado sin las sabanas no taparan el cuerpo de Derian desde las caderas hacia abajo. Lo vio dirigirse hacia la mesa de luz que se encontraba de su lado, sacando de ella algo, que Des pudo distinguir cuando estuvo a su vista. Cigarrillos. Prendió uno, sin ofrecerle. Después de todo, Derian sabía que él no fumaba.

–Si tienes cosas que hacer o terminar, te recomiendo que lo hagas –le dijo, lo que llamó claramente su atención.

–¿Qué quieres decir con eso? –le preguntó extrañado, encontrándose nuevamente con sus ojos.

–Lo que tú quieras entender –le contestó con una sonrisa petulante.

No lo entendía, no podía hacerlo, pero aun así, salió de la cama y se dirigió al baño, donde se tomó una ducha y fue a desayunar como casi lo había hecho todo el tiempo desde hacía ya casi cuatro meses.


***


Miró su reloj como por quinta vez en aquel pasillo desocupado y vacío. La alarma seguía sonando a lo lejos, por lo que sabía que no había nadie. Sabía el camino que debía de tomar. Sabía lo que tenía que hacer. Sabía que debía ir a la sala principal para así apagar todas las seguridades del lugar y así poder terminar con todo. Sabía que ellos estaban fuera, esperando.

Eran casi las seis de la tarde. Estaba anocheciendo, y sabía que debía hacerlo antes de que lo hiciera, pues no tendrían luz sino.

Inspiró profundamente y a paso lento y calmado, para no despertar sospechas fue hacia la sala, rezando porque las cámaras no lo captaran.

Animals [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora