Cap. 3 - El Escape

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Nos preparamos, Fernanda se abrigó un poco más y nos escabullimos entre los pasillos de hospital, esperando a que nadie nos descubriera, cuando íbamos pasando por la recepción, María nos pilló "¡ustedes dos! ¿Qué es lo que están pensando hacer?" con cara de querer matarme me gritó "¡oye... espera, Criis!" y se abalanzó corriendo hacia a mi, pero antes de que ella llegara, apareció el Seba con una máscara de Halloween, entre María y yo, pareciera como si hubiese una música de película de acción de fondo al momento en el que el entró en escena "¿Quién es ese?" preguntó Fernanda en modo inocente "está de nuestro lado" le respondí. María venía como un toro así que el Seba se puso como en modo de ataque y con la fuerza de enfermera le dio una patada a mi amigo en el muslo, en el cual en el momento justo el logro aferrarse de ella "¡Cris, no te preocupes por mi, vete!" me dijo el Seba y así lo hicimos, tomé de la mano a Fernanda y corrimos hacia la salida "¡detente Cris!" gritó María que no podía seguirnos "¡cuando vuelvas me las pagarás!".

Cuando logramos salir estaba la Moto Scooter del Seba con dos cascos y las llaves debajo de uno de los cascos "Gracias Seba" dije en voz alta, le puse un casco a Fernanda y luego me puse el otro, nos subimos a la moto y nos dirigimos hacia el Monte, recorrimos una buena parte de la ciudad, Fernanda estaba entusiasmada ya que es la primera vez en mucho tiempo que salía del hospital, pasamos por fuera de la biblioteca, por el parque y por la vieja capilla que le mencione a ella cuando la conocí.

Esta sensación de excitación y adrenalina de toda esta hazaña, se sentía genial además de estar con ella, eso me daba más chance de seguir con esto, aunque sé lo que me espera al volver, al menos va a valer la pena, sentirla a ella en la moto pegada a mi espalda y abrazándome firmemente, me hacía sentir feliz, me daba a conocer que me quería, ella me quería y yo a ella también la quería ¿acaso estaré sintiendo algo por ella?

ya llegamos a los pies del monte y el camino pavimentado se acabó así seguimos por el camino de tierra, estaba en bastante mal estado, con la oscuridad no me di cuenta de una parte bastante mala en el camino que nos hizo caer, milagrosamente no nos pasó nada, solo una que otra peladura y algo de polvo en nuestras ropas, no nos quedó de otra que seguir a pie ya que la moto se estropeo un poco, subimos por un camino de escaleras que había por ahí cerca, antes de subir por las escaleras la tome de la mano y no la solté hasta que llegamos a la cima de monte en la cual había una base de ladrillos recubierta con cemento, tenía una forma de un semi-circulo.

- Esta es la cima – dije, Fernanda soltó mi mano y se acercó a la base de ladrillos que había allí.

- Recuerdo esto –dijo- mi padre me trajo aquí y me puso sobre este muro

Apenas dicho eso, la hice subir al muro, también como pude subí y cuando la miré ella estaba observando la ciudad, se veía muy tranquila y satisfecha de haber logrado llegar nuevamente aquí. No sé qué pasó pero cuando iba a incorporarme junto a ella, mi corazón latía y latía, cada vez más fuerte. No sé, pero logre llegar junto a ella y también mirar esta pequeña gran ciudad

- ¿No es hermoso?

- E...eh si, realmente

- Cris...

- ¿Sii...?

- Gracias...

- ¿por qué? No es necesar...

- Creo que ya estoy lista

- ¿Huh?

- ...lista para morir

- ¡¿Heh?!

- Me pregunto si mi papá se sintió así también... sentirse de esta manera

Apenas dijo eso ella soltó unas lágrimas y se aferró a mi a llorar, quedé muy sorprendido por toda esta situación no fui capaz de decir nada las palabras no me llegaban, así que solo la abracé con fuerza hasta que terminó de llorar ahí en ese muro nos sentamos y comenzamos a hablar

Cueste lo que cuesteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora