Cap. 7 - Un sueño y una colección quemada

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En la mañana del siguiente día viene María a verme, y yo siento mi cabeza bastante caliente, ella me pone el termómetro bajo el brazo y después de 5 minutos lo revisa

- ¿Por qué está tan alta? –pregunto María observando el termómetro

- ¿Qué tan alta está?

- Treinta y nueve grados, veámosla otra vez –dijo mirándome seria- espero que no hayas echo algo estúpido

Ella, me revisó bien, me puso una toalla húmeda sobre la cabeza y se retiró, y yo pues, aunque no sentía mal por el resfriado, me sentía bien conmigo mismo porque Fernanda no perdió su tesoro, después traté de dormir un poco

*Sueño*

Era sobre una carrera cuando yo era pequeño, la meta estaba muy cerca y todos apoyándome, mi padre y mis amigos, logre a duras penas pasar al que iba delante de mi y ser el ganador, ahí en la meta estaban mi amigo Seba y el viejo fallecido (como se ve ahora, no más jóvenes) y me felicitaban "Bien hecho, Cris" "Así se hace muchacho" me llenaban de aliento sus palabras " muchacho, sigue a ese paso y ve acercándote a ella" dijo el viejo y volteo la mirada hacia un costado, ante ese costado estaba Fernanda, sentada en una silla, con su ropa de hospital, se veía muy linda con esa sonrisa que se divisaba en su rostro "Cris" dijo y nuestras miradas se cruzaron, luego el panorama cambió y estábamos solo ella y yo en la barandilla de la azotea del hospital

- Feña –dije contento- algún día cuando te recuperes de tu cirugía, vayámonos a algún lugar lejos de aquí

- Si

- Podríamos ir a la playa con una canasta de comida ¿alguna vez has ido a la playa?

- Nunca he ido

- Bien, entonces yo te llevaré, como lo hicimos con el Monte Fortaleza.

- Oye Cris... –dijo bajando su mirada

- ...

- ¿Por qué trajiste de regreso mi libro?

- ¿Huh? –me intrigó su pregunta y con una sonrisa en el rostro le respondí- recibiste ese libro de tu padre ¿No?

- Si

- Sería muy triste si ese libro se hubiera mojado –dije mirándola a los ojos

- ... -ella solo asintió con una sonrisa en su rostro y sus ojos se humedecieron, de tal manera como para alegrar mi alma.

- Lo siento, Feña –dije bajando a mirada- mi intención no era decirte esas cosas

- Está bien, tranquilo... yo mentía también –dijo y me miro fijo a los ojos- quería reconciliarme contigo incluso si el no me lo hubiera pedido

- Huh –la miré, la tomé de sus hombros y la abracé- que alivio, esto es como un sueño –dije y me miró ella como estuviese sentaba en una silla junto a mi cama- es cierto, esto si es un sueño

- Tomate un descanso ¿está bien? –dijo ella feliz

Después de eso solo recuerdo que todo se fue a negro con la imagen de su rostro sonriéndome de fondo.

*Fin Sueño*

Sabía que era un sueño, pero estoy casi seguro que ella estuvo en mi habitación realmente, lo creo así, por que después de que se fue todo a negro escuché "Muchas Gracias, Cris". Después de un rato abrí los ojos y a duras penas vi que estaba una silla junto a mi cama, que yo recuerde esa silla estaba mas apartada, eso me hizo sentir feliz, ella si estuvo en mi habitación, ella vino a verme, mi corazón se llenaba de vida nuevamente, después volví a dormirme, esta temperatura me tenía bastante mal.

Cueste lo que cuesteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora