A la mañana siguiente fui a la azotea, a despejarme de todo, sujeto a la barandilla me dediqué a ver la ciudad y al majestuoso Monte Fortaleza, y junto con ello... la brisa mañanera eran más que suficiente para tranquilizar aunque sea mi mente y mi alma "¡Eh ejem!" se escucha de detrás de mi, al voltearme a ver quién era, tal fue mi sorpresa ver que era Fernanda quien estaba ahí, se notaba algo insegura y yo me sentía muy nervioso y la culpa me llegó de golpe
- ¡Fernanda! –reaccioné impaciente
- E...eh yo... bueno... -dijo ella nerviosa y mirando hacia un costado- hoy es un lindo día ¿no te parece?
- S...si, realmente lo es
- Está cálido también –dijo ella acercándose a la barandilla, justo al lado de mi
- T...tienes razón –dije inmóvil
- También la brisa se siente bien –dijo ella mirando hacia el cielo y yo sin poder dejar de mirarla
- S...si
- Cris... no me gustas –dijo en un tono muy serio queriéndome decir que yo no le agrado.
- ...
- ...eres torpe y ruidoso... eres un pervertido... me desagradas
- Lo siento –dije bajando la mirada
- Una disculpa no es suficiente
- Lo sé, lo sé, pero... lo siento
- Mm...
- Lo siento
- Está bien –dijo en tono triste
- ¡no te haré sentir mal nunca mas! –dije me volteé por completo hacia ella
- Eso es natural –dijo bastante segura
- Oh si, cierto... es natural –dije sintiéndome un tonto
- No me gustas, Cris –lo dijo en el mismo tono que antes
- ...
- Mira –dijo un poco más alegre y apuntando hacia el cielo- un rastro de humo
- Eh si, es verdad... me pregunto a donde irá ese avión –dije también con un poco de felicidad- es probable que se dirija a Francia o Norteamérica
- ¿por qué? ¿Cómo lo sabes no estás en él, Cris?
- No, pero... ir lejos suena bien
- Lejos eh... dijo eso y se le llenó el rostro de... no sé qué, pero era como mágico y yo no podía dejar de mirarla, estaba como embobado
- ...
- ¿Qué pasa? –preguntó al ver que yo la miraba tanto
- Eh... no, nada –dije y bajé la mirada
- Estabas teniendo pensamientos pervertidos ¿no es así?
- ¿acaso tienen que ser así?
- Oooh bueeno –dijo en tono de no creerme y volteándose dándome la espalda
- Oye Fernand...
- Dime Feña, cris... yo te digo cris y tú me dices Feña ¿ok?
- Eh... está bien, entonces... Feña... ¿Qué te hizo perdonarme?
- El...d...r...di...ara –balbuceo en voz baja
- ¿Que cosa?
- El doctor Díaz me dijo que te perdonara – dijo mirándome con una gran sonrisa en el rostro- él ha sido mi doctor desde que estaba en el otro hospital, Él fue transferido a este hospital, así que fui transferida a este hospital también
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Cueste lo que cueste
Ficção Adolescentehistoria de amor de un par de jóvenes que nace en un hospital, hay mas de un factor que se interpone para que estén juntos, pero el mas grave es ...la enfermedad de uno de ellos, a pesar de todo, intentan ser felices