Frustración.
El joven Mikuo se encontraba frente a la habitación de Miku, no escuchaba nada, el silencio lo preocupaba, pensaba que ambos estaban cometiendo actos impuros, un grito y una leve risa le llamó la atención, provenían del baño.
Su mente creo imágenes de ambos jóvenes desnudos, seguido de besos, caricias y otras cosas que los enamorados hacen, negó algo frustrado no podía controlar a los chicos, pero algo le decía que Miku no se atrevería a estar con Len.
Recordó que existía cierta persona que puede saber que esta pasando en esa habitación, corrió como pudo directo a la habitación de esa persona sin encontrarlo, se dio un leve golpe en la cabeza, recordó que en esos momentos estaba en la cocina.
Los ruidos en la cocina se escuchaban bastante fuertes, un canto algo desafinado se escuchaba desde la esquina de la calle, incluso unos vecinos gritaban quejándose del alboroto, el primo de Miku no era tan querido por los vecinos y una de las razones estaba bastante clara.
Kaito.
La mayoría no cree que él sea primo de Miku, no comparten alguna característica física, eran diferentes, pero tienen similitud en dos cosas, el talento para la cocina y están enamorados de la misma persona.
El chico no dejaba de hacer ruido, sin darse cuenta tiraba los utensilios de cocina que dejaba de usar, por suerte sus audífonos no se enredan con los movimientos raros que hacía, la felicidad reina en su ser, podía cocinar para alimentar al ser que ama.
Al entrar a esa parte de la casa, Mikuo no pudo dejar de reír a carcajadas, era casi imposible estar serio, Kaito seguía "bailando", como todo buen amigo, sacó su celular para tomar unas fotografías y grabarlo, por sí algún día llega a necesitarlo.
Mikuo: ¡Kaito! —Toca el hombro del chico—. ¡Deja de invocar cosas! —.
Kaito: ¿Mikuo? —Voltea, limpia sus manos en su delantal y retira los auriculares de sus oídos—. ¿Acaso no ves que estoy haciendo algo muy sagrado? —.
Mikuo: deberías poner un poco de atención a tu alrededor —señala algunos utensilios tirados— terminarás cayendo por culpa de uno de esos —.
Kaito: no puedo evitar sentirme feliz —señala al segundo piso— la persona que esta arriba es muy especial —.
Mikuo: no entiendo porque no se lo dices —observa la gran cantidad de comida que preparo su amigo—.
Kaito: las personas como yo no son aceptadas por la sociedad —cabizbajo—, no me gustaría que él también se aleje —.
Mikuo: no todos son como el resto de la sociedad —recoge algunos utensilios—, yo te acepte y mira, somos buenos amigos, aunque admito que fue muy raro cuando lo descubrí —.
《°°°》
La tarea se acumulaba para el joven de cabellera turquesa, olvidó que uno de sus cuadernos lo tenía su mejor amigo, Kaito necesitaba guiarse un poco con la tarea que dejaron, les dieron el tiempo suficiente para resolver los problemas, solo que olvido regresar el cuaderno de Mikuo.
Al llegar a casa de su mejor amigo, tocó e hizo lo posible para que alguien se abriera la puerta, entró molesto, estuvo más de media esperando, se acercó más a la habitación de su amigo, ahora entendía que Kaito no lo escuchaba por el alto volumen de la música.
Mikuo se quedó confuso, ¿por qué Kaito bailaba con una almohada de Len?, la cara del chico de cabellos azulados se puso pálida, no quería que nadie descubriera su verdadero ser, desde que inicio a razonar, comprendió que era diferente a los demás niños.
Sus ojos se cristalizaron al recordar lo difícil que fue ocultar sus preferencias, ya que la sociedad no se lo tomo nada bien a diferencia de sus familiares, Kaito le contó la verdad a su mejor amigo, desde un principio quería contarle la verdad, pero por las experiencias pasadas prefirió ocultarlo.
Mikuo le dio un fuerte golpe en la cara a su mejor amigo, no le agrado saber que con el tiempo que se conocieron, no se diera cuenta de que no era como los demás, los sollozos del Kaito se escuchaban en la habitación, no quería perder a su único amigo, unas palabras detuvieron el tiempo y transformaron sus lágrimas de tristeza a lagrimas de felicidad.
"¡No tiene nada de malo que seas diferente y no dejaría de ser tu amigo por eso!"
《°°°》
Kaito: admítelo —ríe levemente—, te hubiese gustado que me enamore de ti —susurra— sólo que tengo mejores gustos—.
Mikuo: —escucha lo que dijo Kaito, toma un sartén y se lo avienta— ¡i-idiota! —.
Kaito: —logra esquivarlo, pero termina cayendo— e-eso sí d-dolió —.
Mikuo: —ríe y lo ayuda a levantarse— eso te pasa por insultar mi belleza irresistible —.
Kaito: si es irresistible —toca su nuca— ¿por qué Miku de resiste tu "belleza"? —.
Mikuo: —cae al suelo y toca su pecho— justo en el corazón —.
Kaito: —ríe con algo de maldad— y después dicen que yo soy el dramático —acomoda algunos cabellos rebeldes que le impide la visión— ahora, necesito saber lo que pasa arriba —.
Mikuo: —mira seriamente a Kaito— justo ahora están... —suspira con pesadez—.
Kaito: ¡¿qué?! —Lo toma de los hombros y los sacude—. ¡No me dejes en suspenso! —.
Mikuo: —cabizbajo— se están bañando juntos —.
Kaito: ¡no! —Cae de rodillas—. ¡¿por qué no me quitaste primero la virginidad, Len?! —.
Mikuo: —toma un pastelito y se lo atasca a Kaito para impedir que siga gritando— existe la posibilidad de que lo haya malinterpretado —.
Kaito: —termina de comer, se quita el delantal y limpia su rostro— debo ser un buen primo —intenta arreglar su cabello— debo saber porque Len no me violó primero —.
Mikuo: espera —lo toma de su camisa— si dices eso, descubrirá que gustas de él —.
Kaito: tienes razón —suspira con pesadez— al menos puedo usar la excusa de que me dejaron a cargo del cuidado de mi prima —.
Mikuo: —vuelve a detener a Kaito— ¿y cómo vas a entrar a la habitación, sí Miku la cerró con seguro? —.
Kaito: —abre una caja y saca una llaves— con esto que se llaman "llaves de repuesto" —agita levemente las llaves—.
Mikuo: sabes te quiero más que ayer —intenta no sollozar— claro como amigos —.
Kaito: eso lo sé —camina en dirección a la habitación de su prima—, además estás bien feo —.
Nostalgia.
Al abrir la puerta se encontraron con dos jóvenes durmiendo juntos, Mikuo no pudo evitar recordar las últimas veces que hizo eso con la que una vez fue su mejor amiga, Kaito sólo se quedo viendo la escena con tristeza.
No podía interferir por ahora, no estaban haciendo nada malo, Mikuo se fue rumbo a la cocina, quería comer y despejar su mente antes de que la depresión volviera, Kaito no quiso ver más, prefirió continuar cocinando.
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La pequeña rubia intentaba olvidar a la chica de cabellos turquesa, pero simplemente no podía, quería verla, recordó algo que su familia hace y le daría motivo para hablar con ella.
Sonrió, no le importaba saber que podía incendiar su casa o la ciudad, pediría ayuda a su mejor amiga para poderle agradecer correctamente a Miku.
Continuará...
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Publicada originalmente: 18-Diciembre-2016
Editada: 31-Diciembre-2017
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"Hatsune Miku... Vas a ser mía"© LenxMikuxRin
Short StoryLa familia, algo muy importante en la vida ¿no? Esto cambia mucho con los primos Kagamine, a pesar de no ser lo más cercanos se llevan bien, hasta que alguien llega a su vida y los cambia por completo. ¿Qué pasaría si ambos se enamoran de la misma p...