Es 28 de diciembre y yo digo...¡Feliz Navidad!
×××
Oh no entres allí.
No, no lo hagas.
¡Que no entres te digo!
Maldita sea, ya entraste.
Un grito escapó desde lo más profundo de mi garganta e inconscientemente salté en mi lugar provocando que el liviano sofá se volcara. Palomitas volaron por todos lados combinados con los gritos de la pantalla y las carcajadas mis amigos.
Realmente no me espera eso.
¿Quien rayos se mete en el refrigerador para matar a alguien?
Nunca volveré a ver el refrigerador de la misma manera. Jamás.
Después de unos instantes, en que cabe destacar no me atreví a mover de donde había caído boca abajo, una mano apareció en mi campo de visión. Seguí la extensión del brazo hasta dar con la burlona sonrisa de Ben.
— No me asuste — fue lo primero que dije al estar sobre mis pies de nuevo, incline mi cabeza — Solo me... sorprendí. Son dos cosas diferentes.
— Oh, por supuesto — Walter asintió ocultando una gran sonrisa.
Ben colocó el sofá de nuevo en posición vertical y palmeó mis hombros, en un gesto de «Ni tu te lo crees». Medio sonreí hacia él, porque, en realidad sí, ni yo me lo creo.
— Yo estuve muy cerca de asustarme — admitió Colette —, Lo hubiera hecho si el tipo hubiera tenido una mascara de espantapájaros, la que le pusieron no era tan hórrida.
— No, claro, que te aparezca de pronto un hombre con el rostro lleno de alfileres y agujas de tejer no es tan horrible.
— Un hombre que antes fue asesinado por su abuelita — añadió Ben con el ceño fruncido, consternado.
— hay que admitir que tiene una buena trama — dijo Walter — Aunque yo hubiera puesto mas sangre en su rostro.
Dios no quiera que en un futuro Walter sea productor de cine, la paz mundial se vería seriamente afectada.
Me volví a sentar llevando mis rodillas hasta mi pecho y abrazándolas allí por el resto de la película, no sin saltar con cada grito y sacudida inesperada. Sentía una inexistencia presencia justo a mi espalda.
Por mi tranquilidad, pensé en perritos con vestidos rosa.
— Si me quieren un poco, por favor apaguen ese aparato infernal — rogué, desde hace ya varios minutos atrás había cerrado fuertemente mis ojos.
Lástima que los oídos no se pueden cerrar con tanta facilidad.
— Happy, abre los ojos ya terminó — aseguró Ben.
Suspire y los abrí justo en el instante en que el asesino aparecía golpeando la pantalla con su ensangrentado cuchillo. IRÉ POR TI. Repetía una y otra vez con su tétrica y pastosa voz. Poco después aparecieron los créditos.
— Se han ganado mi odio — dije, mis labios se movían de una manera totalmente desamparada.
Ellos rieron mientras yo me preguntaba como rayos iba a entrar en mi cama después de esto.
¿Que es dormir?
— Especialmente tú, adefesio malévolo — señale a Walter.
— Una promesa es una promesa — replicó él encogiendo los hombros con esa fastidiosa sonrisita.
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Infantiles
Novela Juvenil"Lo que más me gusta de ti es la seriedad con la que inventas disparates" Perfección. Esa palabra que persigue a todos, así como todos la buscamos. Happy quiere enorgullecer a su madre es por esto que se disfraza de una hueca porrista, rigurosament...