38 «Señora Irvin, sótano y Josie"Bugs Bonnie"»

720 68 4
                                    

Me abrí paso entre la multitud alrededor de la puerta de la cocina a punta de codazos, maldiciendo con cada pisotón cual princesita delicada.

Cuando finalmente traspase el umbral de la puerta fui sorprendida por la pocas personas que se encontraban allí, solo un par de chicas limpiando una mancha purpura de sus camisetas y una mujer relativamente mayor colocando bocadillos en una bandeja. Y digo relativamente, porque en comparación con todos los demás se veía mas madura, aun debajo de su disfraz de maléfica.

Me acerque hasta la barra en busca de un vaso de agua, la mujer levantó su mirada cuando llegue a su lado para abrir el grifo y llenar un vaso de plástico.

- Oh, hola - saludó con una agradable sonrisa.

- Hola.

- Ese es un encantador disfraz - dijo asintiendo a mi vestido - Quisiera que mi hija se hubiera vestido así, no como una come cerebros psicópata. Aunque supongo que es mal de familia.

He inmediatamente lo supe. La comida. Hija psicópata. Su disfraz. Era la señora Irvin, la madre de Clayton y la niña del hacha.

- ¿Usted es la señora Irvin? - pregunte solo para estar segura, bien podrían haber dos madres con hijas psicópatas.

- Si. ¿Te conozco? - sus ojos se entornaron examinando mi rostro.

- no, no realmente - sacudí la cabeza - Lo supuse, por la comida y la hija comecerebros. Sus hijos son increíbles, a Clayton se le desmoronó el rostro en mis manos, y la niña casi me corta un dedo con su hacha.

Le sonreí haciéndole saber que ya había pasado por el susto y que realmente son increíbles.

- Oh, esos niños - sacudió la cabeza riendo - Mi esposo siempre dice algo sobre que ellos no festejan Halloween, ellos son Halloween.

Reí, por ciertamente tenía toda la razón.

En ese momento y de repente las luces fueron bruscamente apagadas, la musica se detuvo y un abucheo colectivo ocupó el silencio, solo había un par de objetos con luces de neón que alumbraban. La comida era extrañamente uno de esos.

- Estos muchachos ya no saben ni que hacer - refunfuñó la señora Irvin a mi lado, su voz alejándose un poco.

- ¡La comida está deliciosa! - exclame a nada particular ya que no podía saber específicamente hacia donde se había ido.

- ¡Gracias! - gritó de vuelta, luego una puerta fue abierta y cerrada.

Me quede allí parada por dos minutos completos esperando a ver si las luz volvía, como no era así a tientas avancé por el lugar chocando contra las esquinas de los muebles como una completa posesa, apoye mi palma abierta en la pared como una guía para llegar a cualquier en el que no estuviera tan sola.

Mi mano quedó en el aire donde supongo estaba el hueco de la puerta, cuando volteaba mi cuerpo en esa dirección una intrusiva mano fue empujada en mi boca mientras que otra tiraba de mi hacia atrás.

Estaba en medio de la oscuridad siendo empujada a la fuerza.

Grite de panico, realmente grite.

Mi corazón se aceleró de una manera atropellada y horrorizada, arruñe la mano que sofocaba mi boca pero era demasiado grande como para hacerle realmente daño.

De pronto ya no era arrastrada sino empujada hacia el frente con fuerza, sentí un vacío en el estómago y supe que estaba cayendo, mi rodilla izquierda chocó contra el suelo salvajemente mientras que la derecha quedó en un lugar blando. Mi cabeza también chocó contra algo duro, pero no tan duro como el suelo.

InfantilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora