2- Música

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Cuando abrió la puerta de aquella sala llena de polvo, oscura y que necesitaba un lavado de cara urgente, su corazón se hinchó de orgullo. Por fin podría hacer música. Dongwoo llevaba respirando, viviendo, oyendo y casi sintiendo la música desde que había nacido. La música era su musa y, en muchas ocasiones, su única vía de escape. De acuerdo, era música trot, música tradicional lo que dominaba, pero... desde hacía relativamente poco había descubierto el rock, el blues y el jazz. Por alguna razón, él quería probar esos estilos que en casa sería imposible de practicar.

Miró a su derecha, al chico alto y desgarbado que se le había acoplado el primer día de clase. Les había llevado una semana, pero al final consiguieron ser seis en el club, tras hablarlo con algunos de su clase y con otros hyungs, y los profes les dieron el visto bueno. De hecho, uno de los profesores se había comprometido a comprar los instrumentos que necesitasen en cuanto tuviesen claro qué era lo que iban a hacer. Desde luego, se había convertido en su ídolo.

-Vamos a tragar más polvo que si nos pusiéramos a fumar el tubo de escape de la moto del loco ese -Dijo Jooyoung, mosqueado.

-Joder, ya te digo -Le respondió otro de los compañeros.

Dongwoo solo quería reírse. No era muy de risas, pero cada vez que Jooyoung abría la boca y soltaba una de esas frases rarísimas, que no sabías si era broma o un galimatías, le entraba la risa. Al principio, cuando se sentó sin más delante de su asiento de clase, pensó que era el típico tío que le encanta humillar a la gente desde el principio, para marcar víctimas y luego crear su "campo de acción". Pero se había equivocado totalmente, por fortuna.

-Pero va a ser nuestra sala de ensayos, así que si queremos que el profe nos compre los instrumentos, vamos a tener que adecentar todo esto.

-Nos va a llevar siglos, tío -Se quejó Jooyoung, secundado por el compañero "extra" que se había prestado voluntario a ayudarles. Un alumno que estaba un año por encima de ellos, pero que era majo.

-Yo me apunto, siempre y cuando me asignéis la batería. No quiero tocar otra cosa que no sea la batería.

-Ya, ya... no seas quejica, Minho -Jooyoung le dio unas palmadas en la espalda, mientras le pasaba la escoba -. Yo voy a por la fregona.

Dongwoo atravesó la habitación grande y oscura, para alcanzar las ventanas y correr "las cortinas". Las mismas que se le quedaron en la mano, rotas y pringándole de polvo, que casi se asfixia. Entre toses y estornudos consiguió abrir la ventana. Tras recuperar el oxígeno, y sacar la cabeza de la ventana, casi se estrella contra un palo de madera.

-Tu escoba. A ver si piensas que por ser el "jefe" te vas a librar...

Agarró el dichoso palo que le ofrecía Jooyoung y se puso manos a la obra.

Cuatro horas más tarde la noche ya había caído y solo quedaban Jooyoung y Dongwoo, mirando la sala ya "decente". Habían logrado quitar las primeras capas de polvo del suelo y de la mesa que había ahí y de la pequeña plataforma de madera que muy seguramente usarían para colocar la batería.

En cuanto guardó la escoba, se sentó en medio de la ahora sala del Club de música, al lado de Jooyoung. Este se tiró en el suelo, tumbándose, apoyando sus manos sobre su estómago. Dongwoo simplemente se sentó, cruzando las piernas, y apoyando el resto del cuerpo sobre sus manos.

-No está mal, para estar improvisado.

-Ya, Dong.

-¿Dong?

-He decidido que te voy a llamar así. Si no te gusta, te jodes.

Dongwoo se rió con ganas, ignorando el comentario agresivo de su amigo. Solo lo conocía desde hacia diez días, pero había algo entre ellos que le gustaba. Se sentía cómodo, seguro, confiado en su presencia. A veces se perdía en esas comparaciones extrañas que convertía a Jooyoung en una persona despreocupada. Tenía la mala costumbre de decir lo primero que pensaba, sin detenerse a pensar las consecuencias, lo que le metía en problemas a veces. Pero no tenía mal fondo el chaval, más bien al contrario. Para él no había ni buenos ni malos, solo gente y "colores" de gente. Nunca se ponía nervioso, y si lo hacía no lo aparentaba. Pero lo que más le gustaba es que no juzgaba a nadie de entrada.

I'll Be your friend Bro... Forever and AlwaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora