4 - Chicas

15 4 0
                                    

-Eh, Dong. Mira, te presento a mi novia.

Las dichosas ocho palabras aún le martilleaban en la cabeza. Estaba en la cama, en su "búnker", con la música puesta a todo volumen para acallar la discusión que había en algún lado de la casa (no estaba seguro de en dónde ni entre quiénes, le daba igual ahora mismo). Su hermana había pasado e intentado preguntar por qué se cargaba ese humor de perros, sin éxito. No se lo merecía, ni ella ni su madre, pero a ambas las había espantado de su cuarto y se había atrincherado ahí desde la noche anterior. Tampoco había ido a clase. Se excusaría ante el tutor que no se encontraba bien y listos. No pasaba nada por "pirar" un día. Sobre todo ese, en el que se sentía como una mierda.

Apoyado en la almohada, abrió los ojos, sin mirar a ningún punto en particular. No acababa de entender esa sensación de frustración, rabia y vacío que sentía en su cuerpo, cada vez que recordaba las ocho palabras y la cara de felicidad de Joo presentándole a la chica. Era mona. Bastante alta, estilizada, pelo largo y negro y ojos bonitos. Sus facciones eran bastante femeninas y ella parecía delicada y agradable. Pero, por alguna razón, no conseguía catalogarla como "buena novia para Joo". No lo entendía. Como si alguna pieza en el interior de su cuerpo, mente o corazón (no podía saberlo con seguridad) se hubiera soltado de repente de su engranaje o simplemente no girase correctamente por falta de aceite. Era... extraño.

Pero eso no le impedía estar totalmente deprimido, angustiado, triste, enfadado...

A lo largo de ese año y medio en el que se conocían Jooyoung y él, ninguno había salido con otra chica. Por supuesto que, solo por el hecho de estar en la banda del insti, ligaban bastante. Las chicas siempre se juntan con los músicos, los deportistas y los "guaperas". Pero, en su caso, ninguna le llamaba la atención. No lo suficiente como para decir: "quiero salir contigo". A decir verdad, y aunque se lo había contado a Jooyoung (porque a estas alturas, no había secretos entre ellos), tampoco podía asegurar que hubiera estado "colgado" o "enamorado" de su primera novia. Fue casi como un trato. Era su amiga de la infancia y le preguntó si no tenía curiosidad sobre qué era darse un beso y salir con alguien. La cuestión es que a él también le picaba la curiosidad y aceptó. Pero la cosa no duró más de dos meses, ya que, como sospechaban, se necesitaba llegar a otro nivel de ¿cariño?, o lo que fuese, para que eso "funcionase". Eso sí, los besos estuvieron bien.

Pero la cuestión es que... no conseguía encontrar esa conexión con la otra parte. Tampoco es que le pillase por sorpresa que Jooyoung saliese con la chica. Ya la tenía echado el ojo desde hacía un par de meses. No es que de repente llegase y le soltase la bomba, precisamente. Más bien al contrario. Había estado todo ese tiempo siempre hablando de ella, intentando averiguar cosas sobre ella (ahora se maldecía por haberle conseguido la información que necesitaba) y era evidente que en cualquier momento "pasaría al ataque". A diferencia de él, Jooyoung no parecía tener pudor o timidez. Si se marcaba un objetivo, iba a por él sin dudar. Era una cosa que siempre había admirado de él, pero que ahora mismo aborrecía.

¿Por qué se sentía así? No lo entendía. Dentro de sí mismo, una batalla se libraba. La del mejor amigo, que se suponía que tenía que apoyarle y animarle, y la del ser oscuro que había descubierto que vivía en su interior, que se negaba totalmente a aceptar la situación. Y no tenía ni idea de quién iba a ganar.

La puerta de su cuarto se abrió de golpe, apareciendo la figura de su hermana. A duras penas podía verla, pero tampoco tenía ganas ni de hablar, ni de moverse siquiera. Había pasado las horas muertas ahí, medio atontado, demasiado ocupado en flagelarse, que no se había dado cuenta que el día había seguido avanzando sin piedad y ya era por la tarde. Eso explicaba por qué se sentía débil: no había salido ni para comer. Cerró los ojos con desgana, mientras notaba un cuerpo pegándose en el borde de su cama. Después una mano se apoyó en su espalda.

I'll Be your friend Bro... Forever and AlwaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora