Capítulo Cuatro

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-Sube al coche-dijo Minho, mientras su escolta intentaba controlar a los paparazzi.

Taemin entró en la lujosa limusina con asientos de cuero, agradeciendo las ventanillas tintadas que los alejaban de los fotógrafos.

-¿Cómo han sabido que estabas aquí? 

-La prensa me sigue a todas partes. Y también siguen a cualquiera que tenga algo que ver conmigo -contestó él, echándose hacia delante para darle instrucciones al chófer, que arrancó de inmediato.

-Si no fueras por ahí en una limusina no llamarías tanto la atención –murmuró Taemin. Aunque sabía que sería virtualmente imposible para Choi Minho pasar desapercibido. Cuando estaban juntos, siete años antes, era igual. La prensa los perseguía por todas partes.

Nunca habían salido juntos en público, pero los paparazzi consiguieron fotos de el subiendo a su coche. Había sido gracias a la prensa por lo que supo que Minho se acostaba con otras mujeres.
Y fue la prensa quien publicó fotografías de Taemin el día que Minho envió a su chófer para llevarlo al aeropuerto, con los ojos rojos de tanto llorar.
Minho se echó hacia atrás en el asiento, indiferente a lo que pasaba fuera de la limusina.

-Has sido tú el que decidió alojarse en ese hotel de mala muerte. Al menos aquí hay calefacción y podemos hablar sin miedo a sufrir una pulmonía.

-Tú naciste aquí, no sufres por el frío. 

-¿Quién ha dicho eso? Aquí también nos afecta el frío, querido. No hables como si no fueras de aquí-murmuró Minho, pasando una mano por su pelo-. Un hombre como tú no debería salir de casa, debería estar siempre en la cama de un hombre, alejado del frio.

El corazón de Taemin empezó a latir con fuerza y sintió una punzada de deseo que intentó controlar.

-Yo prefiero ponerme guantes y chamarras -replicó-.Y tu actitud hacia mi es del neolítico.

La verdad era que el frio que más daño podía hacerle no provenía del clima. Pero Minho no parecía escucharlo. Estaba tocando su pelo como lo hacía antes.
Según Minho, su pelo era muy erótico. Aún recordaba cuando lo enredaba entre sus dedos y sujetaba su cabeza para besarlo. Su pelo se había convertido en la parte más erótica de su cuerpo para el magnate. Hipnotizado por los recuerdos y por el brillo de sus ojos, Taemin sintió una ola de calor en la pelvis... Pero entonces recordó que aquel hombre era frío como el hielo.

-No me toques.

-Estoy pagando por el privilegio de hacer eso -le recordó él-. Pero estoy dispuesto a esperar hasta que no haya cámaras. Lo que no entiendo es por qué te has puesto colorado.

-Como tú mismo has dicho, aquí hay calefacción, demasiada. 

-Los dos sabemos que no es el calor lo que te turba. Me deseas, yeobo. Me deseas tanto como yo a ti y tarde o temprano tendrás que admitirlo.

-Eres un engreído.

Riendo, él se apartó un poco. Pero seguía estando demasiado cerca y el roce de su pantalón lo ponía nervioso.
El móvil de Minho sonó en ese momento y contestó en coreano, cambiando al italiano cuando reconoció a la persona que llamaba.
Mientras hablaba, Taemin se preguntó qué tenía aquel hombre que la afectaba tan profundamente. Había conocido a muchos hombres guapos en su vida y también a muchos hombres inteligentes, hombres de negocios, gente dedicado a la moda... Pero ninguno de ellos lo había afectado como lo afectaba él. ¿Por qué con Minho era diferente? ¿Qué tenía Choi Minho que lo hacía estremecer aun sabiendo que era una mala persona?

-¿Cuántos idiomas hablas? -le preguntó después, mientras guardaba el móvil en el bolsillo.

-Los suficientes como para entenderme con la gente que me interesa -contestó él.

Como siempre no daba una respuesta clara. Siempre había sido así. Durante su relación apenas hablaban; la comunicación había sido física, nada más. Como resultado, apenas sabía nada de aquel hombre.

-Tu conversación es tan limitada que supongo que no necesitas un vocabulario muy extenso -murmuró, irónico.

❤ Love, ♂ Sex, ☆ M...oney?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora