Capítulo Seis

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Tumbado frente a la piscina dos semanas después, Taemin decidió que había sufrido un absoluto cambio de personalidad. En lugar de ser un hombre independiente, ahora se sentía como un esclavo sexual, dispuesto a obedecer las órdenes de su amo.

Minho sólo tenía que mirarlo y el caía en sus brazos con un entusiasmo tan predecible como humillante.
A pesar de la sensual adicción, secretamente se sentía avergonzado de sí mismo. Y no sabía qué era peor: saber que había vuelto a ser el niño de dieciocho años que hacía todo lo que Minho quería o que estuviese disfrutando tanto.

Si no fuera porque echaba mucho de menos a Yoogeun, habría sido completamente feliz.
Aunque Minho le había asegurado que el dinero había sido transferido a la cuenta y, según Jonghyun, todo estaba bien, no podía dejar de preocuparse.

Daba igual que llamara a su hijo todos los días una o dos veces cuando Minho estaba haciendo algo.

Daba igual que Yoogeun pareciese contento.

Lo echaba de menos.

Desesperadamente.

Y quería volver a casa.

Pero tenía que dar por terminado su acuerdo con Minho quien, por el momento, había hecho una buena inversión. Porque apenas salían de la cama.

Quizá era la isla, se decía. Era imposible dejar de recordar cómo había sido entonces. Nada más llegar allí volvió a ser el Taemin de los dieciocho años...

-Estás soñando otra vez -Minho salió de la piscina de un salto y se apartó el pelo de la cara-. Pero no hay necesidad de soñar cuando se tiene el objeto soñado a mano. Si quieres volver al dormitorio, yeobo, sólo tienes que decirlo.

La arrogante suposición de que estaba pensando en él debería haber hecho que quisiera abofetearlo, pero Taemin no dijo nada porque era verdad. Soñaba con él.

Y eso era lo más terrible de todo, pensó, mientras alargaba la mano para tomar su copa. Aparte de su hijo, no había nadie en el mundo con quien quisiera estar además de Minho y se odiaba a sí mismo por ello.

Sería diferente si la relación fuera de igual a igual, pero no era así.

Siempre era él quien ejercía el control. Él decidía cuándo comían, cuándo dormían, cuándo hacían el amor. Incluso cómo hacían el amor. Cualquier intento por su parte de tomar una decisión era descartado.

-Llevas aquí casi una hora -dijo él entonces acercándose con una toalla al cuello, el agua cayendo por su espectacular torso-. Vuelve dentro antes de que te quemes.

El abrió la boca para decir que haría lo que le diese la gana, pero entonces pensó que así podría llamar a Yoogeun.

Podría llamarlo delante de Minho, pero como él no había mencionado el asunto desde que llegaron a la isla, le pareció más sensato no hablar del tema.

Pero, de repente, echaba tanto de menos a su hijo que el dolor era casi físico.

Tenía que oír su voz.

-Tienes razón, no quiero quemarme. Voy a tumbarme un rato. La verdad es que estoy cansado.

Era cierto.

Al contrario que Minho, que parecía poseer una energía sobrenatural, para el era imposible soportar las noches en vela sin echar una cabezadita de vez en cuando.

Una vez en el dormitorio sacó el móvil del bolso y, mirando por encima del hombro, marcó el número de su casa.

-¿Yoogeun?

-Hola, appa. ¡Tienes que comprarme un pez!


Taemin sonrió. Sonaba tan normal. Y tan parecido a su padre. Siempre dando órdenes.

-¿Eh? ¿Un pez?

-Uno como el que me han dado en el colegio. Es más bonito... -
Taemin sonrió. Para su hijo, todo era bonito.

~*~


-¿Por qué dejaste tu trabajo de modelo?

Estaban cenando en la terraza. El sol poniéndose en el horizonte, las velasalrededor de la piscina, el olor de las flores exóticas... no podía ser másromántico. Era un escenario de seducción, pero Minho ya lo había seducido. Másveces de las que el podía recordar.

Entonces, ¿por qué había flores en la mesa?

¿Por qué el mantel de hilo y las copas del más fino cristal?

¿Y por qué se había puesto unos pantalones y una camisa de seda cuando habíaestado en bañador durante dos semanas?

Si no fuera Choi Minho el que estaba sentado frente a el, habría pensado que seestaba poniendo romántico.

Pero Minho no buscaba romanticismo. El buscaba sexo. Buscaba dominar y ordenar.

Entonces, ¿qué estaba haciendo?

¿Y por qué, de repente, quería saberlo todo sobre el?

Desde que llegaron a la terraza se había mostrado solícito y le había hechotantas preguntas sobre su vida que Taemin se sintió como un candidato en unaentrevista de trabajo. Especialmente porque no podía relajarse. Tenía miedo derevelar demasiado.

De modo que se concentró en la cena, preguntándose qué habría despertado eserepentino interés por mantener una conversación. ¿Habría adivinado que escondíaalgo? ¿Lo habría oído hablando por teléfono?

-En realidad, dejaron de llamarme... cuando empecé a faltar a mis sesionesde fotos porque estaba contigo en la cama. En la agencia se enfadaron mucho ydecidieron que no volviera a trabajar más.

-Dame el nombre de esa agencia -
dijo Minho.

-¿Qué? ¿Qué vas a hacer, cerrarla? -bromeó Taemin

-Es posible.

-No hace falta. En realidad, no me gustaba demasiado ser modelo. No me gustabanlas fiestas, las drogas...

-Sé que eras muy ingenuo cuando te conocí. ¿Por qué si no estarías paseando poruna playa de Seúl solo, de noche? Cuando te vi no podía creerlo. Con ese pelorojo, parecías alguna clase de ángel.

-Los otros chicos me convencieron para que fuese a una fiesta, pero yo queríavolver al hotel y no encontraba ningún taxi.

-Hacía mucho tiempo que yo no tenía que pelearme con nadie -
sonrió él.

❤ Love, ♂ Sex, ☆ M...oney?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora