008.

177K 20.6K 13.7K
                                    

El corazón de Jimin latía de forma tan rápida que le asustaba.

Estaba caminando justo detrás de Jungkook quien no le había dirigido ni una mirada desde que le había dicho que lo invitaría a comer. Se le hacía tan raro la cercanía que existía y por eso caminaba a unos dos pasos de el, tampoco estaba dispuesto a que se molestara con el nuevamente.

Por otro lado Jungkook no tenía idea alguna de lo que hacía ni de como hablarle a Jimin. El no era el tipo de persona que se sentaba a conversar de la vida, con suerte le dirigía un par de palabras a Taehyung durante el día y eso que ellos eran mejores amigos. ¿Qué se supone que debía decir ahora?

Cuando llegaron al restaurante que estaba abierto las 24 horas Jungkook se encargo de abrir la puerta para que Jimin entrase, a lo que este último le agradeció con una sonrisa. Era gracioso como ambos no eran capaces de hablar ni siquiera dos palabras al otro, como si fueran mudos.

Se sentaron en la mesa más alejada y para evitar contacto visual Jimin tomo la carta con los alimentos que ofrecía el lugar así podría ordenar algo, mientras que Jungkook se dedicaba a llamar a una camarera.

Jimin comenzó a tamborilear los dedos sobre la mesa y fue imposible para el castaño no fijarse en las uñas perfectamente pintadas del primero. Jungkookno entendía del todo lo que trataba de demostrar Jimin con esas cosas y lo femenino que llegaba a ser lo confundía un montón.

– ¿Qué desean ordenar? –pregunta al llegar la camarera, una chica bastante joven y bonita.

– Yo quiero la orden más grandes de papas fritas que tengas más una gaseosa, por favor.

– Claro –asintió anotándolo en una pequeña libreta– ¿Y tú que querrás, querida?

La camarera se refería a Jimin quien no se inmutó cuando lo confundió con una chica. Jungkook se le quedo mirando esperando que la corrigiera pero no, aquello nunca llegó.

– También quiero papas fritas pero una versión más pequeña y un jugo de naranja, gracias.

La chica se va y Jimin se queda jugando con la servilleta como si nada pasara. A Jungkook se le hacía muy difícil entender su rollo, el por qué se vestía y actuaba como chica. ¿Acaso Jimin quería ser una mujer? Había visto un reportaje en la televisión de chicos que nacían con su cerebro programado como el de una chica y que era algo con lo que venían de nacimiento. Se imagino que quizá ese podía ser el caso de Jimin.

– ¿Por qué no le dijiste que eras un chico? –preguntó de la manera más suave pero su voz salió igual de dura que siempre.

– Pues... Es algo sin importancia...

– ¿Acaso te gusta que te confundan con una chica?

La pregunta sorprendió a Jimin porque era algo mucho más complicado que solo decir sí o no. Y no conocía a Jungkook como para empezar a hablar abiertamente con el. Esa parte de su vida quería mantenerla en privado ya que necesitaba de alguien que estuviese dispuesto a entenderlo por muy raro que sonara su explicación.

– ¿Hace cuánto dibujas? –preguntó ignorando lo anterior y Jungkook hizo una mueca.

– Yo te había preguntado primero.

– Sí, pero ya te respondí una pregunta y tú ninguna a mi. Eso es injusto.

La camarera llegó hasta su mesa con sus ordenes interrumpiendo la lucha de miradas que se había instaurado entre ambos. Jungkook no quería parecer un chismoso o algo parecido, pero al menos necesitaba una pequeña explicación para lograr entender lo que era Jimin.

– Disfruten –dice la chica y se va.

Jimin estaba totalmente cohibido porque la presencia de Jungkook era muy imponente para el. Siempre lo había visto desde lejos, con aquellos aires de grandeza y frialdad. Se le hacía muy extraño tenerlo tan cerca y preguntando sobre cosas personales, jamás se imaginó que terminarían en una situación así.

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora