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💡 LEAN LA NOTA AL FINAL, PLS 💡



— Y cuéntame, bebé. ¿Cómo te ha tratado ese chico?  

Jimin estaba sentado en el piso de la sala de estar jugando con Baekdu y los nuevos juguetes que le había conseguido cuando escuchó la pregunta de su madre. De inmediato sus mejillas tomaron el mismo color que su cabello y se sintió demasiado pequeño, no era un tema que se hubiese tocado tan directamente hasta ese momento después de que pasará al menos un mes desde que el y Jungkook estuviesen en algo, simplemente le tomó por sorpresa.

— ¿A qué te refieres, mamá?

Park Youngmi miraba a su hijo desde la silla donde estaba sentada tejiendo. Había decidido que ese día quería saber un poco más de lo que ocurría en la vida de Jimin porque a pesar de que le había dado todas las facilidades para que estuviese por su cuenta durante el último tiempo ella seguía siendo una madre preocupada que solo deseaba tener una buena relación con su único hijo y la luz de sus ojos.

— A tu relación con Jungkook, ¿qué más? —La mujer suelta una leve risita y devuelve la mirada a su tejido aunque no sin dejar de hablar— Te he visto muy feliz, eso de verdad me alegra.

Jimin asiente con una sonrisa en los labios. Era verdad que últimamente estaba mucho más feliz de lo que nunca fue, parecía que había encontrado por fin a una persona que lo quería sin importar su forma de ser y eso jamás se le cruzó por la mente. Jungkook estaba bastante alejado de su prototipo de chico ideal, con su personalidad tan tosca Jimin ni siquiera pensó que algún día pudiesen estar en la misma habitación, pero ahora, con el pasar de los días, parecía que conocía al castaño de toda la vida.

— El es muy bueno conmigo, mamá.

La señora Park deseaba escuchar eso solamente. Siempre vivió con el miedo de que Jimin nunca pudiese desenvolverse con normalidad ya que la gente parecía estar empeñada en discriminarlo por su forma de ser desde que era un pequeño infante. Ahora ver que estaba a gusto sin aquel ceño triste que aparecía en su rostro cuando llegaba de la escuela le hacía pensar que su trabajo estaba hecho, que su hijo estaba siendo feliz como tantas veces deseó.

— Se ve que Jungkook es un buen chico, parece quererte mucho.

Jimin se ríe con ternura.

— Lo hace, me lo ha dicho... El puede ser alguien bastante complicado, pero me hace sentir bien.

No podía evitar pensar en como las cosas habían cambiado y cómo parecía que todo iba mejorando sin detenerse. Además, su nueva situación le ayudaba a pensar en su futuro y lo que iba a hacer con este. El próximo año sería el último en la escuela por lo que las aplicaciones para ir a la Universidad se acercaban. Jimin había estado los últimos días pegado a su computadora buscando test vocacionales y averiguando sobre distintas becas a las que podría optar para estudiar. Era la primera vez que enserio se sentía capaz de hacer algo con su vida y se lo podía agradecer al chico tatuado que lo hacía sentir valioso.

— ¡Dios que tarde es! —Exclama su madre con sorpresa cuando ve la hora en el reloj colgado en la pared— Yo ya debería irme al aeropuerto.

La señora Park le había dicho a Jimin que se iría de viaje durante el fin de semana porque en su trabajo le habían pedido que guiase un seminario al ser la jefa del área de enfermería en el hospital de la ciudad. Aquello no pasaba a menudo por lo que Youngmi no pudo negarse y Jimin se quedaría solo en casa durante tres días.

— ¿Quieres que te ayude con la maleta? —Le pregunta a su madre y esta niega con la cabeza.

— Tan solo quédate con Baekdu, ya sabes como se pone cuando abrimos la puerta principal, quiere salir corriendo a jugar con el perro del vecino.

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora