Fifteen

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"Quiero cambiar el contrato," anuncia Erik a inicios de Enero, abriendo con fuerza la puerta y entrando a la oficina de Azazel.

"Todos queremos cosas." Dice Azazel, sin dejar de mirar su computadora. "Normalmente no se vuelven realidad, tampoco."

"Quiero eliminar la limitación de cuatro noches."

Sería criminal dejar a una creatura tan sensual como Charles sin ser tocado. Erik lo sabía ahora. Su boca fue hecha para ser besada, por dios. Debería ser acariciado y cuidado cada día, y él estaba en la mejor posición para hacerlo. Por supuesto, también podría eliminar la restricción sobre dormir con otras personas, pero sólo lo consideró por medio segundo antes de decidir que no. Sería mucho mejor cambiarlo para que él no pudiera dormir con nadie más tampoco. Y no lo ha hecho, no desde que se casó con Charles.

"¿Las palabras «obligación jurídica» no significan nada para ti?" preguntó Azazel irritado, finalmente mirándolo. "Es un trato hecho, no puedes cambiarlo. Los dos leyeron, aceptaron y firmaron. Caso cerrado. Demonios, tú escribiste la mayor parte."

"Pero no sabía que querría alterarlo después," dijo Erik.

Azazel lo miró como si no pudiera comprender la estupidez de esa afirmación.

"No puedo creer que nadie te haya dicho esto antes, Erik, pero no puedes cambiar retroactivamente algo sólo porque no te diste cuenta de que te arrepentirías más tarde. Ahora sal de mi despacho."

Erik le frunció el ceño, pero retrocedió.

Con nada más que hacer, sólo pudo volver a caer en la sencilla rutina que él y Charles habían establecido mientras enero se desvanecía y comenzaba febrero.

Un domingo por la tarde, Charles dijo tentativamente, "Me preguntaba... ¿Quieres hacer algo especial por el día de San Valentín esta noche?"

"¿Cómo qué?" preguntó Erik, levantando la vista de un artículo periodístico en su tablet. No se había dado cuenta de la fecha.

"Pensé que podríamos salir a comer."

Erik sintió que sus labios se curvaban con desdén.

"Lo siento, Charles, pero no encontraría absolutamente nada placentero sentarme en un lugar oscuro lleno de odiosas y empalagosas parejas enamoradas que piensan que son el centro del universo."

"Muy bien." dijo Charles, y abandonó el tema.

Más tarde, Erik rebuscó en una de las estanterías llenas del estudio, tratando de localizar un libro de ensayos de George Orwell que Charles dijo que tenía. Movió una pila de libros al suelo y cuando se enderezó, vio en el espacio que acababa de despejar un juego de ajedrez, apretado contra la parte trasera de la estantería. Lo sacó de ahí.

"No sabía que jugabas ajedrez," dijo, caminando de regreso a la sala de estar con el tablero en sus manos.

Charles levantó la mirada desde donde estaba reclinado en el sofá, leyendo su propio libro.

"¿Dónde encontraste eso?" Exclamó, levantándose.

"En la estantería, detrás de una pila de libros."

"Así que ahí es donde lo ocultó," dijo Charles. "Raven me lo quitó después de que critiqué su forma de jugar demasiadas veces. Dijo que estaba siendo insufriblemente condescendiente y que me enseñaría un poco de humildad tener que buscarlo. ¿Tú juegas?"

"Sí," respondió Erik, ya acomodándolo en la mesa de la cocina.

Jugaron ajedrez y hablaron durante el resto del día, y ese fue su San Valentín.

Four Nights  //  CherikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora