Capítulo Ocho

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Louis

— ¿Estás loca? —No era el tipo de cosa que Louis debería preguntarle a su jefa, sin importar qué tan bien la conociera, pero considerándolo todo, sentía que estaba justificado—. No puedo ir al baile con Harry. —Las palabras eran incluso ridículas de decir.

— ¿Cómo es esto loco? —preguntó Tanya, sentándose en el borde del escritorio.

Louis abrió y cerró la boca varias veces, titubeando y tartamudeando porque estaba todo mal.

—Yo... Yo... Yo ni siquiera sé por dónde empezar. Va a estar enojado como el infierno por un lado.

La sonrisa fácil de Tanya vaciló y sus hombros cayeron.

—Lo sé. —Se frotó los ojos—. Sé honesto conmigo, Louis. Me conozco. Sé que tiendo a pensar que soy la única en el mundo que podría hacer las cosas que hago, y por lo general, no es el caso. Puedo contratar a grandes personas. Puedo delegar una gran parte del trabajo que llevo yo misma. Sé eso.

»Pero esta es una excepción, ¿no es así? —Golpeó los dedos sobre el escritorio—. Necesito ir a Londres para cerrar este trato. Nadie más puede hacerlo, porque ellos quieren hablar conmigo y con nadie más que conmigo. Si puedo asegurar esta conexión, nuestra gente podrá tener mucha más libertad y apoyo cuando tengan que hacer una historia en el extranjero. Nuestro alcance y nuestros recursos aumentarán de manera exponencial. Esto es justo lo que necesitamos para jugar con los grandes, ¿cierto?

Louis se mordió el labio, pensándolo. Suspiró.

—Sí. Lo hacemos. Realmente necesitamos esto.

—Oh, bueno. Al menos puedes ver eso. —Frunció el ceño, luciendo realmente angustiada—. Harry va a estar furioso, y con toda razón. Pero estará enojado conmigo, no contigo, Louis.

Tanya sonrió, inclinándose hacia delante.

—Veamos los hechos. Pagué dos mil dólares por esta cena, por lo que alguien debería disfrutarla. Y Harry de verdad quiere ir. Ha estado saltando por las paredes durante un mes. Está emocionado.

—Está emocionado de ir contigo.

—Cierto, pero ya hemos establecido que tengo que ir a Londres. Es lo único que tiene sentido. No puedo cambiar la fecha del baile, así que no puedo ir.

— ¿Pero por qué yo? —dijo Louis, todavía aturdido—. Quiero decir, me siento honrado que pienses en mí.

—Parece ser lo correcto. Tú fuiste quien me ayudó a pensar el regalo. Realmente es el regalo perfecto para él.

—Cierto, pero si no es contigo, ¿no preferiría él ir con alguien más? ¿Su madre o su hermano?

Tanya hizo una mueca.

— ¿Quieres saber la pura verdad? Realmente no quiero que sepan. Especialmente Liam. Cristo, nunca escucharía el final de eso. Creen que descuido a Harry —se mofó—. Como si fuera un niño o algo. No se puede descuidar a un adulto.

Sacudió la cabeza como si estuviera sacudiéndose ese pensamiento, y agitó una mano.

—Louis, honestamente, en caso de que no te hayas dado cuenta, mi esposo te adora. Es un hueso duro de roer, aunque no lo creas. No tiene mucha paciencia para las personas. —Ladeó la cabeza, una mirada lejana cubriendo su rostro—. Tal vez agoté toda la paciencia que tiene —dijo con una risa irónica—. De cualquier manera, él no tiene muchos amigos. Aunque los tuviera, yo preferiría que fuera contigo.

MARKED. Adaptación. Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora