Una nueva vida AkaFuri

¡Adiós, Furihata Kōki!

La búsqueda de Furihata Kōki inició, nadie sabía nada. La policía se vio involucrada en el caso, por más que buscaban indicios no encontraban nada.

Seijūrō se encontraba desesperado, la policía y los detectives privados no lo localizaban. Inclusive llegó a enfrentar a su padre.

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—¿Dónde está Kōki?— le grito cuando entró en la oficina en Akashi Coro.

—La última vez que lo vi, salió llorando de la casa— respondió mientras leía un informe.

—Por favor, dime que le hiciste— rogó.

—No le hice nada. No tengo que perder mi tiempo con él, ya sabe que te vas a casar— dijo Masaomi sonriendo.

—El desapareció y nadie sabe nada— dijo enojado.

—Bueno eso es mejor para mi. Así no tendré que preocuparme de que llegue a la boda.... Además no has pensado que huyó por jugar con él. Triste y decepcionado de ti, la persona a quien más ama.

Seijūrō trago todo el coraje que tenia, ahora menos podía dejar en evidencia su plan contra su padre. Se marchó con la cabeza agachada, sabía que su padre tenía razón y hasta ahora no le había dicho nada la policía y a sus amigos.

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Los días pasaban rápido y Kōki estaba estresado por la espera, había visto el anunció en la tv. Lamentaba tener preocupados a sus amigos, pero era lo mejor.

El viernes Ryunosuke llegó con todos los preparativos listos. —Todo listo. Nos vamos mañana en la noche — entregó los papeles a Kōki.

—Entiendo, iré a preparar mi equipaje l— dijo levantándose con los papeles. Juntó a ropa que tenía, había tirado a la basura su mochila y su antiguo teléfono. —Empezaremos de cero mi bebé— dijo frotando su vientre. Leyó una vez más aquél papel.

El sábado se levantó temprano y se puso a preparar el desayunó. Cuando Taiga y Ryunosuke entraron a la cocina Kōki estaba terminando de servir.

—Buen día— dijo sonriendo por primera vez.

Pasaron las horas —Koki-kun es hora— dijo Ryunosuke tomando su maleta.

—Yo los acompa...Es Kuroko— dijo Taiga al ver su celular, Kōki y Ryunosuke guardaron silenció. —¿Kuroko que pasa?... Entiendo...estaré allí, nos vemos.

—¿Qué pasa?— preguntaron.

—Al parecer la policía encontró tú mochila. Todos van a reunirse en el gimnasio con toda la generación de los milagros— dijo Taiga.

Kōki guardó silencio, pero Ryunosuke habló —Ya sé que hacer... Taiga ve al gimnasio y cuando estén todos me marcas y cuelgas. Kōki vamos, tengo un plan. Taiga cuidate, te esperamos en vacaciones.

—Sí, papá— respondió al abrazo— Los veré en casa. Furi cuídate, recuerda comer— dijo abrazándolo.

—Gracias por todo— dijo correspondiendo el abrazó.

—Andén salgamos.

Taiga salió en dirección de la escuela, y Ryunosuke junto con Kōki abordaron el auto del aeropuerto que había ido a recogerlos.

Iban a medio camino cuando Taiga marco y colgó.

—Deténgase un momento— dijo cuando vio un teléfono de la calle. Salieron del auto —llama a la policía y dile que no te busque.

Kōki llamó —Hola. Quisiera hablar con el policía a cargo de la búsqueda de Furihata Kōki.

—Espere un momento.