Juego de Amores

Planes

Aerys

"mi vida es tuya hoy y siempre, juro estar ahí para ti, para defenderte de cualquier mal, apoyarte en cada decisión ciegamente, por que confió en ti mi amado principe. Sin mas que decir, TE AMO AERYS.

Siempre tuyo, el caballero de las Rosas."

Mi dulce, dulce Chris, no puedo creer que Eckbert tardara dos días en entregarme esta carta. La he leído mas de veinte vences, y lo admito, llore al menos las primeras doce veces, que la leí, no puedo creer, que Chris escribiera algo tan bello, digo, claro es Chris, pero nunca pensé que tuviera un lado tan romántico. Ahora solo espero su regreso, poder abrazarlo y jamás soltarlo; en este momento, solo tengo que pensar como explicarle a todo el reino, que pienso tener un rey consorte y no una reina, y que no dejare heredero alguno, así que cuando muera, será Maekar quien herede mi corona, o su hijo o hija, no creo, que eso cause problema alguno, en la familia, quiero pensar, que lo aceptaran con cariño y respeto que se merece (me brota una pequeña risa), ¿Pero y si no aceptan, que despose a uno de mis caballeros?, esto lo tendré que hacer después de mi padre fallezca, los siete me perdonen, por pensar en ello, pero si lo hago antes, lo mas seguro, es que padre, no solo me haga abdicar a mi puesto, si no enviarme a la Muralla y a Chris, ¡Oh! No quiero pensar que seria de el, pero, si abdico antes, y negocio con Maekar que me permita hacer mi vida libremente, no es como que yo realmente dese sentarme en el trono de hierro (ya lo hice, y es increíblemente incomodo), pero ¿Y madre?, mi pobre madre, romperle el corazón sin nieto alguno; ¡Basta ya Aerys, deja de pensar en todo ello!, te tienes que concentrar en tu problema inmediato Albert....

Ahora solo quiero un poco de aire fresco, despejar mi mente, creo que iré al patio de las manzanas, y tal vez, coma una manzana. Ahí viene Maekar y trae cara de pocos amigos.

-¡Aerys!, ¿Ya viste quien ha venido de las Riverlands, a saludar?, no puedo creer que ese canalla se haya atrevido a venir.-

-Lo se hermano, eso realmente me ha molestado.-

-Deberíamos hacer algo al respecto ¿No crees?.- Maekar lo dice, en tono malvado.

-Tal vez.- Por primera vez, estoy de acuerdo con Maekar, increíble, lo que un enemigo en común puede causar, pero no soy así, yo no busco ojo por ojo. –Bueno tal vez, una travesura leve, Maekar, nos podríamos meter en problemas, si hacemos algo muy grave.-

-¡Oh! Vamos Aerys, por primera vez haremos algo juntos, y tu solo quieres algo leve.-

-Maekar, claro que quiero hacerlo pagar por lo que hizo, pero no creo que sea conveniente ya sabes, causarle un daño físico-

-Aerys, me sorprendes, por mi cabeza jamás cruzo eso, creo que sonara patético pero pensaba en poner carne podrida entre su ropa, no en herirlo, quien te viera hermanito, tienes tu lado malvado, todo un Targaryen al fin y al cabo.- Maekar se hecha a reír

-Calla Maekar, lo de la carne suena bien, pero, es algo infantil.- Me pongo pensativo. -Debemos pensar, en una verdadero escarmiento, el fue el culpable de.-

-Dilo Aerys, el fue quien causo que a Louis, ¡sus manos Aerys! (el hijo del panadero real, teníamos cerca de ocho y seis años, era nuestro mejor amigo, Albert entro al horno, robo los panes, los aventó en el salón del trono, y culpo a Louis, padre enfureció, mando quemarle sus manos, frente a nosotros).

-Sabes intentamos evitarlo, y lo único que conseguimos fueron diez latigazos ardientes en nuestras espaldas.-

-¿Recuerdas que hacia Albert, mientras todo eso pasaba?- Maekar me lo pregunta con gran enojo.

-El reía.- Digo igualmente enojado -Déjame pensar en algo esta noche.-

-Esta bien, pero tiene que ser algo, que lo haga realmente escarmentar.-

-De eso me encargo, Maekar.-

Sigo mi camino rumbo al patio, ahora conoces mi gran odio hacia Albert, es por eso que me preocupe tanto por Eckbert, pero creo que entendió mi mensaje, y Albert espero que haya hecho lo mismo, por que en ese caso, ya no soy mas el confundido niño, ahora soy consiente de lo que puedo hacer, y si se le ocurre afectar o herir a Eckbert de alguna manera, los siete lo ayuden, entonces no solo será un simplemente escarmiento, y vera mi Targaryen interior.

Escucho pasos tras de mi, volteo pero no hay nadie, juraría que escuche pasos, vuelvo a mi andar, y ahí están de nuevo, volteo lo mas rápido que puedo, no hay nadie.

-¡Maekar! Una cosa es que hallamos tenido una conversación civilizada y otra muy distinta en que a mi me juegues una broma.- Nadie responde –Por los siente si planeas espantarme, le diré a madre.-

Vuelvo mi mirada al frente

-¡Que demonios!- Grito asustado

-Entonces, ¿Es así como tú y tu hermano resuelven sus problemas, acusándolo con mami?.-

-Largo de mi vista Albert, o llamare a mis guardias.-

-¿A tus guardias?, pero pensé que Chris no estaba aquí.- ¿Qué, como rayos sabe que Chris, esta en mi guardia personal?.

-Da igual, ellos te sacaran de aquí.-

-Pero la visita apenas inicia, y no es de buena educación sacar así a los invitados.- Me lo dice de forma burlona.

-Te sacaran de cualquier forma, y no eres mi invitado, así que ten cuidado con lo que hagas Albert.-

-Ahí vas de nuevo, ¿No te basto atacarme frente a Eck?, dejaste muy en claro, que soy la peor persona de este reino.-

-Pues lo eres, y te lo vuelvo a decir, no se te ocurra hacer ninguna estupidez, ni Maekar ni yo lo permitiremos.-

-Vamos Aerys, yo quería dejar el pasado en el pasado, pero tu, te esfuerzas por traerlo al presente, así que si tanto quieres que sea el malo lo seré, solo por darte el gusto.- Ahora Albert suena bastante serio. –Así, que si yo fuera tu, bueno, ya sabes que paso la ultima vez, en que tú y tu hermano intentaron detenerme.-

Trato de poner mi voz mas dura y amenazante.

-Escúchame claramente, si lo dije, es por que tenia razón, sigues siendo la misma trucha cobarde de siempre, y no se te olvide que estas tratando con el príncipe heredero y estas en mi castillo, así que la próxima vez, no soportare una amenaza como esta, solo recuerda esto, al fin soy un Targaryen, y sabes perfectamente que si juegas con fuego te quemas, y por mas que un pez este en el agua, esta hierve.-

Dejo parado a Albert en el pasillo, y sigo mi marcha, ¡pero que!, jamás había tenido tanto valor en mis palabras, se siente bien, el poder...