La dama de oro

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Alexindra

¡Agh¡ gente y más gente, se suponía que esto seria un evento para la nobleza, bien lo dice mi padre, cada vez más personas piensan que pueden ser como nosotros, pobres ilusos, antes de que eso ocurra, las bóvedas de Casterly Rock quedan vacías, pero en fin, hoy es un día esplendido, y no podría ser mejor, estoy sentada justo al lado de mi futuro marido, claro, tengo que aguantar todas la tonterías que dice, pero bien valen el trono de hierro.

-¿No crees que es realmente sádico, este tipo de cosas, Alex?

- Ya lo creo su alteza, pero debes de entender que es parte de la tradición.-

Y también es tradición de que príncipe participe en ella y ¿Por qué no? Que le vuelen la cabeza, pero claro, tu eres el inteligente y muy querido Aerys, en cambio el que de verdad debería de ser heredero en lugar de ti, esta abajo, compitiendo como todo un gran caballero, mi amado Maekar, pero como es cruel el destino.

-Su alteza, iré a desearle suerte a mi hermano Enrique, ya sabes, sin mi el pobre no podría ganar.-

-Por su puesto Alex, ¿Quieres que te acompañe?-

-No será necesario alteza, tu deber es aquí, los demás concursantes se sentirían tristes al no ver su presencia.-

-Entiendo, entonces seguiré observando esta ridícula tradición.-

Es un tonto, desearle suerte a mi hermano, no le hablo a Enrique desde que me acuso con padre de haber herido a la sirvienta, ¡ush!, pero la estúpida había roto uno de mis vestidos, no se merecía menos.

-¿A donde con tanta prisa Alexindra?, ¿Ya acabaste de ofrecer tus servicios al príncipe?.-

-No seas ridícula Arianne, yo no tengo que hacer ninguna de las bajezas, que tú realizas, recuerda querida que mi padre es la mano del rey, y en cuanto se lo pida, el me dará en matrimonio a él.-

-En tus sueños querida, recuerda que los Targaryen, no desposan a la servidumbre, por lo que se tu padre, no es mas que un ayudante mas, dentro del consejo real.-

-Mide tus palabras querida, no eres mas que otra pusilánime doncella, que apenas tienes 17, yo justo acabo de pasar mi decimo octavo día de mi nombre.-

-Ya basta, fue un gusto charlar contigo Alexindra.-

-No digas eso, el gusto fue mío Arianne.-

Debo de moverme rápido, o esta hierva extenderá sus ramas sobre mi príncipe o cualquiera de las otras mujerzuelas que buscan la corona, por ahora debo de buscar mi pabellón favorito.

-Hoy te vez realmente bien, ese vestido denota perfecto, ese cuerpo que tanto deseo.-

-No es necesario que menciones lo que es obvio, Maekar.-

-¿A caso ofendí a mi lady?.-

-No, pero deberías de pasar media hora con el estúpido de tu hermano, y tendrías el mismo genio que yo.-

-ja,ja,ja ¿Te hablo de lo salvaje de este tipo de torneos?, típico de Ays, pero acércate o ¿Te da miedo que nos vean en público?.-

-¿Miedo?, ven y prueba estos labios que te desean intensamente.-

-Hmmm, tienes el sabor a oro, que tanto adoro, voltéate necesito hacerte mía ahora mismo.-

-¡No!, digo no, no ahora, nos podrían escuchar.-

-¿Y?-

-No seas estúpido, ¿Y dejar ir todo lo que he trabajado con tu hermano?.-

-Eres una cobarde Alexindra, no fuiste así la noche pasada, o ¿Ya no te acuerdas?.-

-La noche pasada, todos estaban demasiado ebrios para escuchar o recordar algo, incluyéndonos.-

-Ah, entonces eso fue, estábamos demasiado ebrios.-

-Me tengo que ir, tu justa esta por iniciar, suerte mi tonto amado.-

-Yo no necesito suerte, sólo a ti, ¿Vendrás esta noche?.-

-UNA LANNISTER SIEMPRE PAGA SUS DEUDAS...-

                                                                                                                    Ella es Alexindra


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