Parte 1 Sin Título

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Un chico de quince años con el cabello corto rubio, vestido con una sudadera con capucha y una camisa con el emblema de un tigre se encontraba en su habitación. Plisetsky había apagado la televisión, siempre era lo mismo; su ex entrenador hablando de lo orgulloso que estaba de su nuevo protegido. Simplemente no lo podía soportar, odiaba tanto a Victor por haber roto su promesa de entrenarlo y hacerlo el mejor, también detestaba a su tocayo japonés, Yuri Katsuki o como él prefería llamarlo "Cerdo de porquería".  ¿Cómo fue que Victor le haya incumplido en algo que significaba tanto para él? Y justo ahora que lo que más anhelaba era decirle lo que sentía por él.  El muchacho tenía planeado decirle a Victor lo que sentía por él después de ganar el grand Prix, pero con la huida de Victor a Japón, aquel plan se le fue a la basura. Todo por culpa de un maldito escuincle japonés que no tenía confianza en sí mismo. Yuri  había visto a su tocayo en una competencia posterior, llorando en el baño de hombres, ese chico era ocho años mayor que él, y sin embargo, se comportaba como una niña llorona. Por un leve momento Yuri Plisetsky quiso darle ánimos, pero simplemente detestaba a la gente que no tenía confianza en sí misma, y que solo estaba allí para ser un mártir. El patinaje artístico no necesitaba de mártires,   como cualquier arte, se sufría y se padecía. Si ese muchacho pensaba que solo por su linda carita, el jurado y los competidores se apiadarían de él, que equivocado estaba. 

-Ése maldito cerdo, es un niño mimado. 

Pensó Yuri P, - Y Victor es un soberano idiota por haberlo entrenado. Yuri Plisetsky levantó el puño y golpeo fuertemente su almohada. Y la lanzó fuertemente contra la pared, "y pensar que por culpa de ese "Cerdo" nunca pude decirle a Victor lo que realmente sentía por él. ¿por qué sucedió esto?  El muchacho no dejaba de reclamarse mentalmente hasta que el timbre de su hogar sonó. Yuri se levantó de su cama, suponía que debía ser su abuelo, ya se había tardado tanto. Yuri P, se maldijo entre dientes: "Carajo, todavía ni he hecho la comida",   el abuelo de seguro regresará cansado y me regañará. Con gran resignación el muchacho fue abrir la puerta, y se impresionó por quien estaba detrás de ella. 

-¿Talia? 

En el frente de la puerta se encontraba una mujer fornida de un gran busto, vestida con un abrigo de piel de zorro, guantes. Tenía una larga cabellera castaña, los ojos verde pálido, como los de él, y la piel bastante pálida. La mujer le sonrió al muchachillo, pero éste le devolvió la mirada con cierta petulancia. 

- Lárgate de aquí.

- Vaya, veo que el pequeño Yuri Plisetsky maduró. ¿Así es como saludas a tu hermana mayor? 

- Media hermana, vieja bruja. 

La mujer sonrió ante  la respuesta, como si lo que dijera el niño fuera nada más un insulto dicho por un niño pequeño. Lo que encolerizó todavía más a Yuri P, su hermana, Talia Romanova, aún seguía viéndolo como si fuera poco más que basura. Además, Yuri P, no tenía ganas de discutir con ella, Talia había sido la compañera de patinaje y sentimental de Victor,  si a Yuri le enfurecía cuando estaban juntos ahora más le daba  coraje verla, puesto que su hermana sabiendo de sus sentimientos por Victor, lo molestaba y le restregaba en la cara, lo buen "novio que era Victor para con ella." Talia era rica además la líder de los patinadores Super star,  y a pesar de que eran hermanos, Talia nunca le quiso mandar ni un solo centavo a Yuri P para mantener a su abuelo. Es más su medio-hermana era tan cruel y despiadada, que la última vez que el muchacho fue a pedirle algo de dinero porque a su abuelo le dio un ataque, Talia fue tan miserable como para no abrirle la puerta, y dejarlo en medio del frío. " Lo que me faltaba" primero Victor se va y luego llega su ex novia cretina a reclamarme. 

- Bien, Yuri . ¿me invitarás a pasar?

- Vete de aquí, no estoy de humor para oírte, vieja. 

- Supe que Victor se fue de Rusia. Dijo Talia, pasando al departamento, ignorando los remilgos de su hermano, la mujer se quitó los guantes-. Está entrenando a un don nadie, y a ti te rechazó como a un perro. 

-Talia, si vas a venir a burlarte es mejor que te vayas. No estoy de humor para oírte. 

-¿Burlarme? Al contrario, querido, vine para ayudarte. 

-La última vez que te pedí ayuda me ignoraste. Dijo Yuri Plisetsky,-. ¿Ahora quieres apoyarme? ¿A qué juegas, bruja? 

- Estoy pensando hacer una competencia para admitir a nuevos miembros a mi grupo. Te incluí a ti, en el programa. Y anoche le mandé un maill a Victor, sobre la posibilidad de que él y su pupilo puedan participar. Estar en los Super Star, te consigue grandes entrenadores y patrocinadores. 

- ¿y? 

- Yuri ¿no te gustaría que yo te entrenara,  para que puedes participar en los Juegos Olímpicos de invierno? 

-¿Qué? 

Los juegos Olímpicos de Invierno, ése era uno de los más grandes sueños de Victor, aparte de el grand Prix, si ganaba ese evento significaría en que podría competir en los próximos juegos Olímpicos. Ser campeón olímpico era un gran peso, porque le valdría un gran prestigio y la oportunidad de debutar como lo mejor.  Pero por otra parte, pensaba Yuri Plisetsky, los juegos olímpicos de invierno eran algo que él se había propuesto a lograr con Victor, pero ahora compitiendo como rivales era diferente. Además¿ él siendo entrenado  por Talia? Yuri Plisetsky sabía que nada saldría bien, aceptando tal cosa, Talia se había vuelto enemiga de Victor, después de que éste terminó con ella, además Los super star a pesar de su fama, eran conocidos por su naturaleza corrupta y malvada. Sin pensarlo, Yuri dio una mueca desdeñosa. 

- No gracias, prefiero humillar a Victor yo solo antes que aceptar  tu perversa ayuda. 

- Oh, por lo que veo, él te humilló a ti. Aceptando a un pobre cerdito, quizás te ignoró porque se dio cuenta que hasta un pordiosero vale más que tú.

- ¡Cállate, Talia!. No es cierto, solo estás enojada porque Victor te terminó. Gritó Yuri Plisetsky con gran rabia. Yo puedo ganarle a Victor y a ese cerdo. Yakov me entrenará. Ahora lárgate que el abuelo está por llegar. 

Talia miró a su hermano con gran delicadeza, y se le acercó tocándole la cabeza. Yurio intentó zafarse de su agarre. 

- Es una pena, querido. Podrías haber dejado en ridículo a Victor y su aprendiz. Además no conseguirás otra oportunidad como la que yo te estoy ofreciendo. 

- Me vale madres. Prefiero tragar arañas vivas que ser alumno tuyo. 

- Cómo quieras, querido. Te dejaré mi tarjeta. Piénsalo querido, tienes la oportunidad de burlarte de Victor. De enseñarle a que no debe jugar contigo. Tú decide. 

La mujer tomó su abrigo, y le dio una sonrisa perversa antes de marcharse. Yuri Plisetsky miró con desdén la tarjeta, y estuvo a punto de romperla. Pero en el momento en que Talia se fue llegó su abuelo. El joven Yurio le preparó la comida a su abuelo, y se olvidó del conflicto que había tenido con su medio hermana. 


I never even told youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora