Solo una palabra: Preocupación

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Yurio vio a Víctor y Yuri agarrados de la mano, mirándose cariñosamente, sentía unos terribles celos emergiendo de su ser. De seguro que el mequetrefe de Victor le había hecho las mismas promesas y lo había mirado con los mis ojos a Yuri, como alguna vez, él lo había mirado a él. Yurio hizo una mueca de disgusto, bueno, pensó para sí, al menos si logró derrotar a Victor podré humillarlo a él y su nuevo novio. Yurio se cruzó de brazos y dijo bruscamente.

- ¿Qué? Si estás buscando a Talia, déjame decirte que ella ya se fue. 

- No, en realidad venimos aquí a practicar. Dijo inocentemente Yuri.

-No puedes entrenar aquí si no tiene autorización, Pumba. 

Yurio sintió la vergüenza de Yuri en cuanto él comenzó a referirse a su contrincante  bajo el nombre del cerdo animado del Rey León, Victor en cambio lo tomó con cierta gracia. Le dio unas palmadas a Yurio, y dijo emitiendo una sonrisa. 

- Vamos, Simba. No necesitas ser tan agresivo. En realidad solo venimos a entrenar y quién sabe a lo mejor Yuri pueda aprender ciertos pasos de ti. Según por lo que escuché Yurio, tú estás bailando el flamenco de Dalida. ¿Es cierto es?

Yurio se sorprendió de que Victor supiera la canción que él estaba practicando. Pero no dejó que su cara reflejara cierta angustia. Al contrario, intentó que su rostro reflejara cierto aire de preocupación. Víctor sonrió con el gesto de Yurio, desafiante y perverso, justo como él lo recordaba. 

- Sería interesante que tú, y Yuri, probaran sus habilidades en este encuentro amistoso. Ya sabes quizás podríamos ayudarnos entre nosotros. ¿Les parece?

- A mí me parece buena idea. Dijo Yuri, dándole una sonrisa tímida a su flamante entrenador. 

- Como quieran. Dijo Yurio soltando un bufido. 

 Los tres chicos llegaron a la pista de patinaje, prendiendo todas las luces. Víctor le comunicó a Yurio que la canción que había elegido representar era la que alguna vez, él le había puesto a Yurio cuando todavía era su entrenador: Las Selfídes de Chopin. Lo que encorelizó todavía más al muchacho de quince años, se supone que esa coreografía, Víctor la había diseñado específicamente para él. En cambio no solo Víctor le había dado a Yuri la coreografía que se supone era suya sino que además no le había variado ni siquiera los pasos. Yurio apretó los puños y se mordió el labio hasta que se hizo una cortada y sintió la sangre escurrir por su labio. Yuri había ejecutado la coreografía más que perfecto, profesionalmente, como una Selfíde que se le declara a un estudiante enamorado. Yurio por otra parte, estaba frustrado, puesto que el flamenco que él estaba empeñado en ejecutar no le salía porque no podía darle esa carga erótica y sensual por culpa de Víctor. Pero no iba a dejar que Yuri le pisoteara, demostraría que él era el mejor. Cuando le llegó su turno, Yurio fue a la pista, y colocó en su repertorio la canción de Dalida, como si sus pies se movieran solos comenzó a bailar la canción. Pero de nuevo comenzó a trabarse aún no conseguía llegar al Eros, tenía miedo de que si accedía a esa parte de su interior se terminaría acordando de Víctor. 

Víctor se dio cuenta de las limitaciones de su ex pupilo, puesto que sabía de antemano que cuando Yurio tenía miedo o algo no le convencía, no daba completamente todo lo que tenía. Después de todo maestro y alumno se conocían perfectamente, quizás muchísimo mejor que de lo que Víctor conocía a Yuri. Cuando la canción de Yurio terminó, y él respiró de forma agitada, Víctor le sonrió, intentó hablar pero Yuri se le adelantó.

- Es una canción y una coreografía muy hermosa. 

- No necesito tu compasión, puerco. Necesito que el baile quede impecable dentro de tres días.

-¿y por qué en tan poco tiempo? inquirió Yuri. 

- Porque si no lo mejoró en tres días, Talia va dejar de instruirme, baboso. 

- Podría instruirlos a ambos. Propuso Víctor. 

- ¿En serio crees que podrás con los dos? Dijo de pronto una voz de mujer. 

Los tres chicos vieron pasar a la medio- hermana de Yurio, muchísimo más hermosa que nunca pero con una mirada maligna. Talia  vestía con su abrigo de piel de zorro, unos guantes negros y unas botas altas.  La mujer se acercó al lado de su hermano y le puso su mano en su hombro, para disgusto de Yurio, quien sentía que las rocas estaban hirviendo sobre él. 

- Privet, Talia. Saludó Víctor en ruso. 

- El orgullo de Rusia. Dijo Talia, dándole una mirada irónica. 

La mujer miró al muchacho acomplejado que estaba al lado de Víctor, apartando bruscamente a su hermano, Talia se acercó y con sus manos enguantadas levantó la barbilla de Yuri. 

- Así que éste es el famoso Yuri Katsuki. 

- SÍ, Talia éste es mi nuevo protegido. 

Talia asintió pero de sus labios se formuló una sonrisa bastante sarcástica por no decir, sádica. 

- Según tengo entendido. El año pasado Yuri fue el que quedó en último lugar de la competencia de Grand prix. 

-Eso era antes, Talia. Pero ahora él ha subido de categoría. 

- Pero un perdedor siempre será un perdedor. Querido. 

Yurio miró a su hermana, burlándose abiertamente de Víctor y Yuri, éste último claramente acomplejado. No sabía que era lo que debía sentir, por un lado compartía el pensamiento de su hermana de que no importara que tan duro se había esforzado Víctor en instruir a Yuri, éste no podía eliminar su fatal error. Pero por otro lado, pensaba, ¿de verdad era tan necesario récord arle eso al cerdo ese? Es decir sabía que a su hermana le gustaba humillar a sus alumnos, pero el cerdo ése no era su alumno era de Víctor, para bien o para mal. Sabiendo que se arrepentiría de esto, Yurio alzó la voz.

- En realidad, su coreografía de las Selfídes estuvo muy bien hecha. Víctor lo ha instruido bien. 

- A ver si es cierto lo que afirmas, querido brat. 

-Ja, ja. Talia, sigues siendo tan bromista como siempre. Cacareó Víctor. En realidad te estábamos buscando para enseñarte la coreografía de Yuri. A ver si es cierto lo que afirmas. ¿Qué dices? Mañana te enseñamos la competencia. Además eres de las mejores entrenadoras de Rusia, sé que tú has instruido muy bien a Yurio. 

Talia hizo un mohin con la boca, por lo que se podía apreciar, Víctor le había ganado una discusión a aquella temible mujer. Puesto que Talia dejó su faceta relajada e indiferente para cortarlo de una forma bastante agresiva, algo extraño en ella, puesto que Talia no perdía jamás los estribos. 

- Acepto tu reto. Yurio dijo volteando a ver a su hermano menor.- No te irás de aquí hasta que te salga ese flamenco. Yo misma te instruiré. 

I never even told youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora