Yurio y Otabek se dirigieron al departamento que Yurio compartía con su abuelo, obviamente éste no estaba. Otabek puso delicadamente a Yurio en la cama, éste lo miró con el ceño fruncido, odiaba que lo vieran como si fuera una princesa, suave y delicada. El muchacho rubio desvió la mirada hacía otro lugar e intentó cerrar los ojos, quizás si dormía algo de tiempo podía olvidarse de la frustración que le causó el no haber podido con la coreografía de Talia, pero inmediatamente se acordó, Otabek, él lo había llevado a casa pero tenía la ligera sospecha que éste no se había marchado. Yurio furioso abrió los ojos, y comprobó la veracidad de sus palabras.
-¿Qué quieres? Ya me trajiste a casa, ahora vete.
- ¿por qué esa actitud, su alteza?
-Quieres dejar de llamarme así-. Dime ¿qué es lo que quieres?
- Quería saber si estabas bien, sé que te desmayaste por la coreografía que te puso la loca de Talia.-
-No me desmayé, tomaba un pequeño descanso, iba a continuar hasta que tú apareciste.
- Eres increíble-. Dijo Otabek, frunciendo el ceño-.
Yurio se quedó muy quieto, y dio uno ojos zorrunos hacía aquella figura de cuero que tenía un gesto impasible, el cual estaba sentado al pie de su cama.
- Como no soy tu adorado Víctor Nikiforov, te comportas como un niño remilgado. Derrochas tu felicidad con un tipo al que ni siquiera le importas.
-¿quién te dice que estoy sufriendo por Víctor? Dijo Yurio soltando un bufido.
-No te hagas el tonto, a mí no me puedes engañar. Sé que Víctor solo te quiere para tener sexo, durante el tiempo que estuvieron juntos, solo eso fuiste para él: un juguete sexual.
-'¿cómo te atreves? gritó Yurio-. De seguro Talia te dijo que...
-Esa maldita no tiene nada que ver con esto. No te traje aquí para burlarme de ti, como lo harían los otros super star, te traje porque me importas, Yurio.
Yurio no pudo responder, sólo se volteo, aunque una parte de él, por más profunda que fuese se alegraba de la presencia de Otabek, en eso sintió como una mano se posaba en su mejilla, Yurio estaba demasiado débil como para corresponder a esa acaricia. De manera en que solo se dejó llevar por ella.
Hola a todas, este capi fue un poco más corto, pero es porque tengo otro en mente. Les aseguró que las voy a recompensar muy bien, ja, ja. Saludos.
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I never even told you
RomansaYuri Plisetsky se sintió traicionado cuando su entrenador Victor Nikiforov decidió entrenar a un insignificante chico japones. Pero sobre todo frustrado consigo mismo porque nunca le pudo a decir a Victor lo que realmente sentía por él, ahora que Vi...