A la mañana siguiente, Yurio se encontraba patinando sobre hielo, a pesar de que intentaba ignorar el encuentro que había tenido con su media-hermana, los pensamientos en torno a los juegos olímpicos de invierno lo estaban volviendo loco. Por no lograrse concentrar había fallado en los dos últimos saltos, estaba tan distraído que ni siquiera los regaños de Yakov lo sacaban del trance donde estaba. Se había caído un par de veces pero logró levantarse.
-Si sigues holgazaneando Yuri, te saldrá mal. Hazlo otra vez,
- Ya voy, no me presiones.
"viejo casca rabias" se dijo Yurio dando un leve bufido como si de un gato enojado se tratará. Trató de hacer un lutz, pero una figura lo distrajo, allí estaba él. Por lo que cayó, sorprendido que se hallará allí. Se trataba de Victor Nikiforov, quien se hallaba sobre la barda, apoyado cómodamente, mirándolo con esa usual sonrisa de "niño bueno", a Yurio le dio cierto gusto verlo pero también disgusto, qué rayos hacía aquí. A menos de que quizás se haya arrepentido de enseñarle al cerdito ése, sin más el joven patinó hacía donde estaba el guapo peli gris. Y se detuvo enfrente de él. El joven de cabellos rubios quiso hablar pero Yakov se le adelantó.
- ¿Qué haces aquí, Vittya?
- Vine para saludarlos. Dijo inocentemente.
-¿Qué pasó? Ya te aburriste de entrenar al cerdo ése?
Victor se le acercó y puso su mano sobre la cabeza de Yurio, enojado y triste, retiró la mano de su ex entrenador. Y lo miró con toda la rabia con la que fue capaz, lo odiaba cada parte de él. Esos ojos encantadores, ese cabello gris, la forma relajada en la que estaba parado. Y esa repugnante sonrisa que utilizaba Victor para justificar cada uno de sus descuidos. Todo en el le resultaba repugnante, pero a la vez, no podía negarse quería decirle que lo amaba, que lo echaba de menos. Pero el sentimiento de rabia era muchísimo mayor, así que le gritó. Sin importarle que Yakov o Mila estuvieran presentes.
-¿Tienes las agallas de venir aquí después de lo que me hiciste? Y todavía te atreves a sonreírme de esa forma, eres un descarado.
-Yurio, por favor. Sólo quería..
-Cállate, maldito embaucador.
-Cálmense ustedes dos.-Dijo interviniendo Yakov-. Vittya, Yurio todo lo que quieran discutir lo hacen afuera. por lo pronto, señoritas, apártense de mi vista.
Yurio y Vittya salieron del lugar, bajo un frío abrazador, los dos se quedaron mirándose como si tuvieran ganas del otro. Yurio quería darle un fuerte golpe a Victor, o llorar enfrente de él. Se prometió así mismo que no lloraría, no le daría a Victor el gusto de verlo, comportarse de forma tan frágil. Ya había llorado enfrente de él una vez, no lo haría de nuevo. Conservando un poco la dignidad el muchacho de quince años se cruzó de brazos y lo miró fijamente.
-¿Qué quieres?
- Vaya, Yurio. Veo que aun me guardas rencor por lo que te hice. Solo quería que supieras que estoy aquí con Yuuri una temporada, estamos turisteando por Rusia.
- Me prometiste que yo sería el mejor.
- Pero si ya lo eres, no necesitas mi ayuda.
- Pero no es lo mismo sin ti, ¿crees que estos meses han sido fáciles para mí? Vittya, yo, yo. Dijo Yurio con la voz quebrada. Sentía que las lágrimas se le salían por los ojos, no podía resistirlo, iba a llorar, sabía que Victor aún lo amaba, él no podía gustarle un hombre como Yuuri. Victor se le acercó y puso su mano en la cabeza de él, algo que hizo enfurecer a Yurio, tanto él como su hermana lo trataba como un chiquillo.
-Yurio sé que te lo prometí. Pero no es posible para mí poder corresponderte. Siento que tengo más en común con Yuri que contigo.
"contigo" Esa frase hizo que el corazón de Yurio recibiera un gran golpee, como si un dios todopoderoso le estuviera taladrando el cerebro, y quisiera verlo sufrir. No le daría el gusto, no se dijo, Yurio, no debo pensar en eso, me volvería loco si lo hiciera. Sé que Victor me quiere incluso más que ése cerdo.
- Yo sé que tu me amas. Siempre me has amado. A ti no puede gustarte, alguien como ése cerdo mosca muerta.
- Yurio, sé que te cree falsas ilusiones. Pero quiero que sepas que mi relación con Yuuri va muy en serio, y estoy verdaderamente enamorado de él.
No aguantándolo más Yurio, lo miró completamente encolerizado. Y en un momento de rabia por el despecho, y los terribles celos que sentía el chico de quince años. Se mordió el labio inferior y dijo algo de lo que se arrepentiría.
- No te creo nada. Y te voy a demostrar que yo valgo más que ese cerdo. Te reto a participar en la competencia de los Super Star para estar en los juegos olímpicos de invierno.
-Yurio- Dijo totalmente impresionado. No dando crédito a lo que salía de la boca del que alguna vez fue su pupilo.
-Si, así como lo oyes. Te reto, si yo ganó te olvidas de ese cerdo, y vuelves a Rusia.
- Sabes que no haré tal cosa.
- Pues no te dejaré en paz, hasta que tu y ése cerdo demuestren que valen algo de mí tiempo
- Yurio sé que estás enojado pero...
-Me vale verga, es más Talia mi media-hermana, se ha ofrecido a entrenarme y he aceptado. ¿recuerdas a Talia, verdad Victor?
En cuanto escuchó ese nombre, Yurio sonrió ante la cara de temor que Victor había mantenido en aquel instante. Para Victor el nombre de "Talia Romanova" le seguía causando cierto sabor amargo. Sin retroceder Yurio siguió hablando sin pensar realmente en lo que decía, se sentía como si las palabras fueran a salir nada más de su boca, sin que él las pudiera controlar. Valiéndose completamente de sí mismo, apretó los puños y siguió hablando como si su vida dependiera de ello.
- ¿Qué dices, anciano? ¿Le guardas temor a Talia?
- Me da pena lo que acabas de decir. Talia es lo más bajo de lo más bajo,¿planeas ponerte en mi contra al ser entrenado por ella? ¿Qué ganarás con eso?
- La posibilidad de verte caer. Dijo Yurio, mostrando la misma expresión altanera. A ver si tu cerdo, puede contra mí. ¿Qué dices?
Victor dio un gran suspiro, no perdiendo la paciencia con su ex alumno, le sonrió. Pero su sonrisa fue más que nada de tristeza, Yurio jamás lo había visto de ese modo. En aquel momento Yurio empezó a sentir un poco de remordimiento pero sabía que no podía retroceder, lo hecho hecho estaba, no podía decirle a Victor que era una broma. Que en realidad la competencia de los Super star no le importaba, que para él, Victor era el mundo entero. Yurio decidió guardar silencio y esperó a la respuesta de Victor.
- Muy bien, muy bien. Entrenaré a Yuuri para que él y yo podamos competir. Dile a tu hermana que se ponga en contacto conmigo. ¿lo harás?
Yurio asintió, sin voltear a mirarlo Victor se marchó. Yurio lo vio alejarse y se perdió entre la niebla. Sabía que lo que acababa de hacer era una declaración de guerra, ¿realmente iba arruinar lo poco que tenía con Victor, por sus ridículos celos? El muchacho bajó la cabeza y sintió como unas gruesas lágrimas se le resbalaban por los ojos. En ese instante sintió una mano femenina encima de su hombro, miró a la mujer que se mantenía orgullosa a su lado.
-Bien hecho, querido. Estoy segura que tendremos está victoria. Liquida-lo.
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I never even told you
RomanceYuri Plisetsky se sintió traicionado cuando su entrenador Victor Nikiforov decidió entrenar a un insignificante chico japones. Pero sobre todo frustrado consigo mismo porque nunca le pudo a decir a Victor lo que realmente sentía por él, ahora que Vi...