Capitulo 4: Respuestas.

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            Una vez más me había desmayado, realmente debo ser una niña demasiado débil, no puedo evitar sentirme mal por ello. De haber dependido sólo de mí, era seguro que no hubiera podido salvar a Ryu, y todo había pasado por dudar y no seguirlo cuando debía, realmente era una niña muy tonta.

— ¿Dónde estoy? —abro mis ojos con dificultad, al mirar alrededor me encuentro en mi cama, me levanto con esfuerzo.

— Ya despertaste —al mirar hacia esa voz logro distinguir la figura negra de ese ser.

— ¿Catmon? —pregunto un poco asustada.

— No, no —él ó ella se sientan en el pie de la cama, a mi lado— ahora soy Ficatremon —me sonríe mientras pone su pata en mi frente— ¿Estás bien?

— ¿Ficatremon? —mis ojos parpadean levemente mientras muevo mi cara— sí, estoy bien... ¿Y Ryu? ¿Y Kinisha? —pregunto preocupada para ver a Ficatremon reírse.

— ¿Hablas del chico de pelo blanco y de pelo negro? —toma mis hombros— no te preocupes, ellos están bien, aunque... —guarda silencio.

— ¿Qué pasó? —mi cuerpo tiembla.

— Bueno, tu amigo... ¿Ryu? —empieza a masticar las palabras— le deberán ¿Enyesar? La pierna, o algo así —sonríe de manera confundida— no sé qué es eso, así que no sé si es grave —suspiro.

— No es grave, aunque... —nuevamente no puedo evitar llorar— es mi culpa,¿No es así? —cubro mi cara con las manos, tratando de no mostrar mi preocupación— no debí a ver reaccionado así.

— ¡No! ¡Eso no es cierto! —ese ser toma mis manos entre sus patas— en realidad lo estuve pensando mucho y creo te dije demasiada información innecesaria, lo que causo que te preocuparas de más y tuvieras ese efecto. Por ello sé que es mi culpa —baja su cabeza arrepentida— lo siento.

— No es... —pero antes de poder terminar con dicha frase la puerta empieza a abrirse dando paso a mi madre.

— Itchi, ¡Ya despertaste! —su cara se nota angustiada— ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien? —ella se acelera para abrazarme y sin darme cuenta Ficatremon había desaparecido.

— Si —mis manos empiezan a rodear su espalda— ¿Ya no regresaste al trabajo? Lo siento... —mi mirada baja tratando de no llorar nuevamente.

— No te preocupes —ella me mira al rostro y sonríe— mi hija es más importante que cualquier cosa, por eso trabajo tanto, para que ustedes dos estén bien.

— ¿Tobi? —mis ojos parpadean para angustiarme nuevamente— ¿Y mi hermano mamá?

— Él ahora está profundamente dormido —sonríe— en el pre-escolar lograron evacuar a tiempo, aunque el edificio no quedo en buenas condiciones —miró el techo— pero lo bueno es que los dos están bien.

— ¿Qué pasó exactamente? —no puedo evitar preguntar.

— Fue justo cuando todo empezó que fui rápidamente por tu hermano menor —comenta en forma pausada— en eso una llamada entró a mi celular, de tu escuela, uno de tus compañeros, con dificultad,logró sacarte a ti y a Ryu.

— ¿No había nadie más? —pregunte extrañada, no es que me preocupara seriamente pero si alguien veía a Ficatremon, tendría muchas cosas que explicar, cosas que ni yo entendía.

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