31 de Diciembre de 1967
Todo mundo estaba ocupado viajando para encontrarse con sus familiares o haciendo las compras para la noche de año nuevo, en cambio para mi esta sería una noche más en el bar donde me esperaban unos buenos tragos de un fino Borgoña y coñac, sin nadie que me dijera como vestir o como comportarme a eso yo le llamaba ¡Vida!
Talves eran cerca de las 12:00 ya que el mesero me había despertado y me dijo que ya era hora de ir a casa porque cerrarían el lugar, mi cabeza no dejaba de retumbar como si en cualquier momento fuera a reventar, salí como pude del sitio, mi caminar era torpe, mientras me dirigía hacia mi coche me pareció ver la sombra de un hombre apoyando su espalda sobre el auto, en posición de espera, cuando por fin llegué vi a mi hermano gemelo Erick tenía facha de estar furioso a lo mejor era porque no había llegado a la cena familiar, así que si era eso, entonces no me importaba en lo más mínimo.
-¡Rick no es posible que sigas viviendo así!-me decía mientras yo trataba de meter inútilmente las llaves para abrir la puerta del coche-¡Nisiquiera puedes meter la llave, por Dios!-
-ya, ya, ya sabes como soy, no sé para que vienes, si no me puedes aguantar, a ver ¿para que viniste?, ¿¡para rengañarme!?- le respondí mientras me acomodaba en el aciento del conductor y el en el copiloto, sinceramente no prestaba atención al sermón que me estaba dando, mis ojos ya no aguantaban y querían cerrarse
-La verdad es que...he venido a preguntarte si es verdad la confesión de mi esposa, ella ha dicho que tubo una relación amorosa contigo, pero yo quise venir a verte y preguntarte por que sé que tú no me mentirías ¿no es así?- en cuanto el dijo eso mis ojos se abrieron de golpe, el corazón se me paralizó de temor no sabía que decir, porque la confesión era cierta, como decirle a mi propio hermano que lo había traicionado a sus espaldas, y es que tenía que decirle la verdad, el y yo jamás nos habíamos mentido, pero por otro lado esto significaba que lo tendría que lastimar y tal vez, sólo tal vez podría ser que nunca me perdonará, sabiendo lo rencoroso que puede llegar a ser, pero tenía que hacerlo ahora o nunca.
- ¡ES VERDAD!, pero no era mi...intención arruinar la relación que ustedes tienen- cada palabra me pesaba y no había excusa que cubriera mi herror, el sólo se quedó mirando hacía la ventana, esperaba que me gritara, que me diera por muerto, era tanto mi temor que creí que rompería el volante mientras conducía, en cambió sólo pregunto-¿porqué?- después de terminar lo que decía dirigió uno de sus puños hacía mi rostro y jalo de mi camisa con una brutal fuerza, pero al hacerlo perdí el control del carro y este como consiguiente empezó a dar vueltas, hasta que sentí un gran golpe, escuché el crujir de los vidrios, el auto se había estampado contra un poste de luz en la carretera, al abrir los ojos descubrí un pedazo de metal que atravesaba mi cuerpo, aún seguía en el coche, alce la vista y vi a Erick sobre la nieve blanca manchada por su sangre, había salido disparado del vehículo en el accidente, quise alargar mi mano como si con eso pudiera alcanzarlo, no podía hablar, perdía el conocimiento, pero antes de cerrar los ojos me pareció ver a unos hombres que destellaban como el sol, vestían armaduras doradas, lo último que logre ver fue la hora, eran exactamente las 11:59:59 un segundo para año nuevo.
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El GUERRERO DEL SOL
FantastikAntes de que el planeta se desarrollara como tal existía una raza de la que se decía que era ¡la más poderosa!,pero poco se sabía de ella, en algunas culturas prehispánicas, se tienen registros de seres de luz que habían bajado del cielo, sin embarg...