—Es papá -sus palabras se reproducían una y otra vez en mi mente. Apreté los puños — está aquí.
—¿Que hace él aquí? - mi voz salía ronca, más que de costumbre.
—Para que crees tú que vino hijo, quiere hablar con Dante y contigo - me decía mi madre, yo estaba lo que le sigue de cabreado — tranquilo hijo.
— ¿Que tengo que ver yo con ellos?
— Te está esperando en tu despacho con Dante.
—¿Mi despacho? Y quién lo dejo entrar.
—Christopher - me riñó mi madre.
—Bien.
Mis puños seguían apretados mientras me dirigía al despacho. Justo antes de entrar alguien pone su mano en mi hombro, volteo y es Aly.
—Tranquilo Chris, todo estará bien - habló y me besó, debo admitir que me sorprendió pero al instante le correspondí —Suerte.
Se fue y abrí la puerta, entré y me senté.
— Que modales - habló Dante en tono sarcástico.
— Habla ya - cortante hablé dirigiéndome a mi padre.
— ¿No vendrás a saludar a tu padre?
—¿Acaso no me oíste?, Habla ya.
— Bien, a lo que vengo. Christopher debo decirte que Dante pasará a ser gerente general en el nuevo edificio en New York.
— ¿Y eso a mí me debe importar por?...
—Por que serán socios.
—¿Disculpa?, Yo no seré socio de esta escoria. - hablé claramente enojado.
— Acostumbrate idiota.
— Yo no trabajaré contigo.
— Yo tampoco quiero, pero henos aquí.
— Púdrete.
— Púdrete tú.
— Ya basta chicos, serán socios y punto.
—¿Por que Paul?
—Por que si Chris, ya basta de peleas, ambos deberán abrir ese nuevo edificio.
—Eso puedo hacerlo yo.
— Eso quisieras Dante.
—Basta Christopher, y sí, Dante quiero que el te ayude a abrirlo por que tiene más experiencia y está familiarizado con esto.
—Pero yo soy mayor que el Paul
— Puede que seas mayor que yo, pero soy más inteligente y experimentado que tu Dante.
La discusión terminó, no quería pasar más tiempo cerca de ese hombre y su hijo, a regañadientes acepté ser socio de Dante y ayudarlo a abrir el nuevo edificio en New York. Mañana por la mañana viajaríamos a New York, le propuse a Aly venir conmigo y ella aceptó.
Ya en New York de noche nos dirigimos directamente hacia el hotel en el que nos hospedaríamos mientras estuviéramos aquí, yo compartiría habitación con Aly. Nos acomodamos en la habitación y aproveché que mañana iríamos a ver el edificio para invitar a Aly a cenar fuera del hotel y ella aceptó feliz mi propuesta, iríamos a un restaurante cerca del hotel, decidimos ir caminando ya que estaba a unas calles de este. Tomados de la mano platicando de cualquier cosa riéndonos nos dirigimos a nuestro destino. De un momento a otro Aly dejo de caminar y su cara palideció, tenía una expresión en su rostro que sólo significaba uns cosa, miedo, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, sus manos estaban frías, toda ella estaba temblando. Le pregunté innumerables veces que sucedía, hasta que ella en un susurro casi inaudible respondió.
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Mi Jefe y Yo ¿Un amor prohibido?
Teen FictionCristopher Andrew Maxwell, es un empresario muy exitoso a sus 28 años ya dueño de las empresas Maxwell. Es multimillonario y actualmente se encuentra viviendo en Canadá en una enorme mansión junto a sus 3 hijos aunque solo vive con dos ya que su e...