Me estiré y bostecé. Miré la hora, las 6 a. m. y ya estaba despierta, en una hora debería levantarme y vestirme, últimamente me despierto muy temprano, no entiendo por qué, no he tenido ni sueños ni pesadillas pero he dormido muy incomoda, creo que es por la ansiedad de lo que me dijo Jack hace dos semanas.
Solo te queda un mes. Menos que eso, de hecho.
Me levanté y fui al baño, me lave la cara y me vi en el espejo, parecía una bruja y no de las bonitas. Me cepillé el cabello y poco a poco tuve un mejor aspecto. Busqué mi ropa y me cambié, me maquillé un poco y cuando vi la hora ya eran las 7 a. m.
-¡LUX! –gritó Andrés entrando en la habitación- Oh, estás despierta. Así no es divertido –dijo acercándose y me plantó un beso en los labios- Desde hoy deberías dormir conmigo así te puedo ver cuando te levantas.
Reí y lo empuje.
-Deberías ir a cambiarte, yo bajaré a comer.
Andres entró refunfuñando a su cuarto y yo entré en la cocina.
-Buenos días –le dije a Mónica agarrando un par de huevos para hacer omelette.
-Hola, linda, ¿Cómo estás? ¿Lista para los exámenes? –me preguntó echando su cabello hacia atrás.
-Más que lista, esta semana voy a vencer, tendré las mejores notas –sonreí y ella tomó de su café.
-Me gusta mucho esa actitud positiva, las notas te ayudarán mucho en Venezuela –dijo comiendo una rosquilla e hice una mueca- ¿Pasa algo?
-No quiero volver, bueno en parte sí y en parte no, es que me acostumbre a estar aquí –se me quebró la voz.
-Aw, mi niña no te pongas así –me dio un abrazo breve y me vio- Nos volveremos a ver, te lo aseguro.
Salió de la cocina y suspiré. Andrés llegó a mi lado y me dio un pico.
-¿Y mi comida?
Alcé las cejas.
-¿Acaso soy sirvienta tuya?
-Dijiste que me harías comida –dijo cruzándose de brazos. Lo imité.
-¿Cuándo dije eso?
-Ayer, mientras dormías.
-Claro, supongo que debo creerte ¿No es así?
Él asintió y me dio otro beso. Pasé mis manos por su cuello y él las puso en mi espalda baja. Lo que era un tierno beso de intensificó y me pegó al mesón de la cocina.
-Debería... cocinar –dije separándome y él sonrió.
-Como usted guste –dijo, sonrió con su cara burlona de siempre; es increíble cómo puede manipularme- Tranquila, ayudaré -Asentí satisfecha y me puse a cocinar, él me ayudaba pasándome los ingredientes y poniendo la mesa.
Al llegar al colegio contemplé a dos parejas de enamorados, de un lado tenemos a:
Los que les gusta besuquearse.
Del otro lado tenemos a:
Los que pelean por todo y por nada pero siempre se reconcilian.
Mejor conocidos como: Liv y Jason, Oliv y Jack. Mejores amigos de esta triste lamparita que sabe tocar piano.
Ellos dicen que tenga a Andrés conmigo cada vez que ellos están juntos pero ¡Por todos los Dioses! Ni que fuera mi mascota. Bueno, aunque a veces actúa como un perro, pero eso no cuenta.
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El intercambio
Teen FictionQue una carta que has esperado mayor parte de tu vida si hace la diferencia, si aquí, en el colegio no hacen muchos intercambios que te toque uno seria lo mejor. Cuando eso logra pasarte sientete afortunado. Eso después de dos años y medio lo logre...