Capítulo 24: Navidad en Costa Rica

384 21 7
                                    

-Chicos, necesito ayuda -dije sentándome en la cafetería en la que acordamos encontrarnos. Faltaban pocos días para el viaje y con eso Navidad.

-¿Para? –preguntó Jack interesado.

-Huir –dije y me vieron raro. Oliv se acercó a mí con cara de chica mala.

-¿Quién morirá? –preguntó y bufé.

-No, de esa manera no. Es que Mónica me está volviendo loca. Me dice que sí y luego que no, sube y baja con las cosas. Llegó un momento que casi pierde los pasaportes –dije exhausta. Para venir aquí tuve que escapar de Mónica si no quería cometer un homicidio.

-Cuando estén de viaje ni te preocuparas, tranquila, todo llega a su tiempo –dijo Violet.

-Ojalá.

[...]

-¡Rápido niños, es hora de irnos! –gritó Mónica. Levante perezosamente mis maletas y baje las escaleras poco a poco, paso a paso, escalón por escalón. Luego Andrés se deslizo por el barandal con un par de bolsos en sus manos y salto cayendo como un gato, de pie, hijo de su madre que tiene buen equilibrio.

-¿Lista, Lux? –Preguntó y asentí- Eres suertuda, ni terminas de visitar Francia y te vas a otro país –dijo dándome codazos.

-Sí, si –dije guardando la maleta y el bolso en la parte de atrás- Sólo serán dos semanas, estaremos aquí para clases –hice puchero.

-Escuché que harán una visita a Museo de Louvre¹ es increíblemente gigante, yo también fui cuando estaba en tu año no te quejes.

-Eso suena increíble, en las próximas vacaciones deberíamos ir a la playa, claro si es que no nos morimos de frío esos meses –sugerí.

-Es una gran idea, no sé por qué no hemos ido pero iremos. ¿Sabes qué es lo mejor de que estés aquí? –sonrió.

-¿Qué?

-Salimos mucho más seguido –dijo y subió al auto.

-Yo también te quiero –dije sarcástica y me subí seguido de él.

El camino fue corto pero el discurso sobre qué hacer y qué no de Mónica no lo fue. Un dolor de cabeza sí fue. Después de agarrar los boletos y dejar las maletas fuimos por migración, después de hacer todo el cansino camino y esperar el avión nos subimos en éste.

Este camino sí fue infinito. Movía mi cabeza de un lado a otro al compás de la música de mi celular. Estaba que caía en sueño, los ojos se me cerraban. Yo estaba en la ventana pero no hay mucho qué observar, el cielo azul y despejado.

Se me hacía raro viajar considerando que no era de Venezuela a Costa Rica sino de un país en el que no vivo concretamente. De hecho que debería salir a pasear mucho más pero no consideré que enviarían tantas tareas y cuando no lo hacen sólo salgo con mis amigos, al menos el centro de París (lo que es la torre Eiffel y el Arco de Triunfo de París) Sé dónde quedan y muchas veces ya me han servido de guía.

Muchas imágenes que tengo ahí.

Mi cabeza iba y venía con toda la suerte que he pasado, ¿Será que me porté muy bien? No, ni tanto. Aunque siempre estaré infinitamente agradecida con Mónica por esta oportunidad, antes no había viajado por la falta de dinero de mis padres para los gastos que se hacen en un viaje por lo que era muy difícil.

Miré a Andrés que estaba a mi lado con los ojos cerrados y la boca entre abierta. Estaba dormido. No por su forma de estar desparramado en la silla, sino que está roncando.

Muy atractivo...

Sarcasmo. Por todas partes.

Le quité el celular de las manos y estaba escuchando "Centuries" de Fall Out Boy. Buen gusto de música si tenía, al igual que el tabique desviado.

El intercambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora