Capítulo 9

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Su loción no había desaparecido de mis manos
Mientras caminábamos por los callejones fue inevitable que su aroma se pegara a ellas. 

Todo iba marchando muy bien, durante una tres semanas nos seguimos viendo. Teníamos planes para vernos, yo iba a su universidad y nos sentábamos en algún salón libre que hubiese o un lugar afuera. Lo que más recuerdo de aquellos encuentros era la sencilla sonrisa con que me recibía, era única y su "Hola bonito" era lo más hermoso que mis oídos podían haber escuchado por años.  

Estaba super emocionado con la invitación que me había hecho Chad, la ilusión que mi mejor amiga Madison me había plantado era genial, no paraba de decirme que hoy sería el día en que él se decidiría por pedirme que fuésemos novios.

Salí del lugar donde ella trabajaba y me encaminé al cine, mi corazón estaba a punto de salirse de mi cuerpo. Luego mis pensamientos me llevaron a reflexionar 

*¿Era posible eso? No lo creo, en esta asquerosa ciudad nadie homosexual puede ser feliz, todos solo buscan sexo y nada más*

Luego de eso, me bajé de la nube en que me había montado sin querer. 

  —Capítan America, por favor.  — deslizó el dedo por el monitor seleccionando los dos asientos.La chica imprimió las entradas y nos dirigimos hasta la sala que nos correspondía, recuerdo que ese día Chad había salido dos ocasiones de la sala, se notaba un poco ansioso. Yo creía que era porque deseaba ver el estreno de la película, pero no fue así, hasta que en medio de ella se inclinó hasta mi oído y susurro lo más suave que pudo. 

    — ¿Te puede decir algo? — Yo afirmé con la cabeza. 

    — Sé que solo ha pasado un mes desde que nos vimos la primera vez, no es mucho el tiempo que llevamos saliendo y conociéndonos... pero... 

    —Ya dime que pasa. —Lo miré con fuerza en mis ojos, aunque era irónico, la sala estaba completamente a oscuras. —Me estas colocando nervioso.

    — Brooke... ¿Quieres ser mi novio? —Mis labios se direccionaron a los suyos.—Pero ya responde por favor. 

    — ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? 

   — ¿Por qué lo dices?

    — Si vas a estar conmigo, te niegas al resto del mundo. 

  —Estoy más que seguro, eres lo que siempre había querido para mi vida. Eres un chico estupendo. 

    —Si quiero. — Y de nuevo nuestros besos estaban uniéndonos. 

Nuestras manos se entrelazaron, ya había perdido el hilo de la historia con la película, así que solo me dediqué a jugar con las palomitas de maíz, dándoselas a comer a Chad, pero de muchas a la vez, atascandolo con ellas.  


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