Fallen Angel. Z.M

Obscuras intenciones.

❝Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír.-❞ Anónimo.

                                                                       Capítulo 11

Sus ojos se abren lentamente, dando vida a un nuevo día. Todo es extraño, no reconoce donde se encuentra. A no ser por el rostro dormido de Anne. Lo mira por unos segundos y se percata en la superficie dura en la que se encuentra, se apoya de sus dos brazos para intentar levantarse y sólo siente algo. Dolor. Entonces, recuerda lo del accidente de ayer con su pierna. Intenta no vérsela, ya que es muy probable que le den náuseas, pero la curiosidad es mayor y la observa un poco. La piel de la rodilla está algo hinchada, y la herida al rojo vivo. Al menos, está mejor que ayer.

-¿Zayn?-

El moreno voltea hacía un lado, encontrándose con unos ojos azules grisáceos observándolo. Al parecer, Anne, se quedó dormida en la cocina cuidando de él. Su cuerpo estaba sentado en una silla rústica de madera, sus brazos se encontraban recargados en la mesa.

-Que buen lugar para dormir.- Dice con una sonrisa sarcástica.

Anne suelta una risita que le recordó el tintineo de unas campanillas.

-Te desmayaste.- Murmura Anne mientras se levanta de la silla, trae sus cabellos algo desordenados, le esconden un poco sus ojos pero a la vez los vuelve un poco más claros.

-Si, de eso estoy seguro.- Contesta.-Siento que me va a explotar la cabeza.-

-Tengo unas aspirinas, te traeré una.- Dice Anne mientras abre un gabinete repleto de medicinas.

-¿Qué día es hoy?- Pregunta el moreno, mientras se peina un poco su cabello.

-Lunes.-

-¿No fuiste a la escuela?-

-No, mi papá me dio permiso de faltar sólo este día.- Menciona.- Pero mañana tendré que hacer las tareas faltantes.-

-No debiste faltar.-

-Si hubiera ido no estuviera aquí, dándote la aspirina. Y a ti te hubiera explotado la cabeza.-

-Tienes razón.- Finaliza Zayn, mientras mira los pasitos que da Anne para llegar a él.- Te debo las gracias.-

Anne extiende la mano y le muestra una pastilla blanca. Sin dudas la agarra y espera a que le traiga un vaso con agua. Para así tomársela.

-Zayn, mi padre habló conmigo ayer. Dice que si no estoy lo suficientemente segura aquí lo más probable es que me cambie de ciudad y...-

-¿Crees que cambiándote de ciudad estarás a salvo? Esto es como un tren, si te subes ya no puedes bajar.-

-¡Yo nunca decidí subirme!.- Grita Anne arrastrando las palabras.

-Yo te subí, conmigo.- Contesta.- Ahora tengo que protegerte, porque todo fue mi culpa.-

                                                                          »»»»»»»»

-Con que la protegió.- Susurra mientras juguetea con sus dedos. Rodea su vista por la habitación y parece que hasta el sillón y los estantes le temen.- Una historia de amor.-

El hombre parado enfrente no sabe si sonreír o fruncir el ceño. Pero la risa repugnante de Svensson le hace verse obligado a sonreír. Por alguna extraña razón su aliento le huele a azufre. Literalmente, es el mismo diablo. Y sus intenciones hacia Anne no son nada buenas.

-Dejaremos que Zayn se enamore de ella.- Dice con su voz maléfica.- Y cuando más estén de tórtolos, allí es cuando quiero la sangre de Anne escurriendo en mis manos.-

Y está claro que todo lo que quiere Svensson lo obtiene. ¿Zayn será capaz de detener las obscuras intenciones de Svensson?