31. CLOSED

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Mark fue al aeropuerto, iba con su madre. Los dos llegaron con la hora un poco justa ya que apenas esperaron 5 minutos en la zona por la que salían los pasajeros que habían aterrizado cuando aparecieron un montón de chinos. Claro, el avión venía de china. De entre la multitud pudieron distinguir a Jackson buscándolos con la mirada y al final lograron encontrarse. El menor saludó a su suegra con un fuerte abrazo aunque llevaban sin verse a penas 3 meses. Mark saludó igual de cariñoso a los padres del chino, pues ya los había conocido en persona. A lo largo de esos tres años había viajado a china cinco veces, aunque era la primera vez que se encontrarían las familias de ambos. Los presentaron y luego fueron hasta la casa de los Tuan, ya había llegado el padre de Mark y estaba su hermano llegando de pasear al perro.

Se presentaron todos y estuvieron picando algo hasta que llegaron las dos hermanas con las niñas pequeñas y el padre de ellas. Cuando terminaron todas las presentaciones se reunieron en la cocina para comer. Las conversaciones eran en chino y cuando alguno no sabía la palabra que querían expresar, ahí estaba Jackson para traducir.

-Estoy deseando ver el nuevo gimnasio y vuestra casa –dijo la madre de Jackson a la parejita.

-¡Yo quiero ir a la casa de los tíos! –dijo la mayor de las sobrinas. Ellas habían asumido perfectamente que eran novios y que eran gays, y estaban encantadas.

-Quería que comiéramos allí pero mi madre se empeñó en hacerlo aquí porque esta casa es mucho más grande –dijo Mark.

-De todas formas cuando Jackson se va siempre vienes a vivir con nosotros de nuevo –bromeó el hermano pequeño.

-¿Quién quiere postre? –preguntó la hermana mayor cambiando de tema.

-¡Yo! ¡Yo! –gritaron las niñas pequeñas, pero en inglés, porque aunque entendían el chino preferían hablar en inglés.

-Mira, son como tú –dijo Jackson picando a Mark, pues al principio nunca quería hablar en chino con él.

Tras la comida y reposar un rato decidieron ir todos juntos a ver el gimnasio nuevo. La familia Wang estaba realmente emocionada con aquello, tenían una recepción, dos grandes salas diáfanas con el suelo más blandito en una de ellas. Tenían un pequeño almacén para guardar material aunque estaba casi vacío, apenas empezaban con el negocio. También había dos vestuarios, uno para chicas y otro para chicos.

Mark y Jackson habían estado arreglando el lugar poco a poco durante todo un año, había cosas que habían hecho profesionales del sector pero ellos se sentían orgullosos de hacer tareas como pintar las paredes o montar los muebles o poner las colchonetas del suelo de una de las salas.

Después se despidieron ambas familias ya que irían al departamento de Mark y Jackson, no era tan pequeño pero no era una casa tan grande. Tenían un salón con una cocina americana que lo hacía mucho más grande y espacioso. Del salón podías acceder a una terraza y a un pasillo que tenía tres puertas, la del baño y dos de habitaciones, en una se instalarían sus padres y la otra era la habitación de ellos, con baño incluido. Una vez se instalaron se sentaron todos en el salón para charlar.

-¿Cuándo empezarás las clases? –preguntó la madre de Jackson a su hijo.

-Creo que el mes que viene –dijo él con alegría.

-¿Entonces después de las Olimpiadas del año que viene piensas dejar de competir? –preguntó el padre a Mark.

-Sí, por eso hicimos las dos salas... Aunque ahora él trabaje dando clases de esgrima yo me encargaré de la recepción cuando no tenga entrenamientos, y cuando acaben las Olimpiadas del año que viene empezaré a dar clases de Taekwondo y no sé si iremos añadiendo más cosas, de momento eso está bien –dijo Mark con ilusión por sus planes de futuro, cada vez estaban más cerca.

See the light (MARKSON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora