◇Cap 34◇

421 51 6
                                    

¡Narrador omnisciente!

Willy y ____ habían dormido abrazados, como todos los días, pero en este abrazo, había algo diferente. El echo de que sabían que podría ser el último. Era un abrazo con sabor agridulce.

Al día siguiente, despertaron con nerviosismo, sabían lo que podría pasar esa noche, lo que querían evitar, por lo que estaban luchando con tanta fuerza. Alguno podría morir y dejar al otro en un abismo de tristeza.

Dejaron pasar unos minutos antes de levantarse, en los que se llenaron de besos el uno al otro, se abrazaron fuerte, cayeron algunas lágrimas y la habitación se inundó de palabras dulces. Dulces cosas para un día tan amargo.

Willy: No quiero perderte- dijo con la voz entrecortada

____: No lo harás- respondió ella abrazándolo con fuerza.

Willy sabía que podía matar a Dorian si quería en caso de tener la oportunidad, la pregunta era, ¿Quería hacerlo?, era el hombre que había destruido la familia de la mujer que él amaba y había secuestrado a su mejor amigo, tenía bastantes razones para querer matarlo. Pero no podía, si lo hacía, Dante se vería obligado a arrestasrlo, ¿Por qué?, porque ni Willy ni ____ eran miembros oficiales del FBI, claro que podrían hacer que pareciera "Defensa propia", pero, de igual manera no era seguro que lo dejarían libre. Por otra parte, podría dejarselo todo a su padre.

Su padre ya era buscado por la policía (Incluida el FBI) así que podría matar a Dorian sin problema. El caso era, que si Dante o Clary se enteraban que Willy formaba parte de la Ndragheta'o que su padre era el jefe... Bueno, lo arrestarían. Él no podía controlar el echo de que a su padre se le ocurriera matar a Dorian esa misma noche, le haría un favor al mundo, sí, pero él ya había prometido que lo entregaría al FBI, cosa por la cual su padre le gritaría, todos sus mentores estarían decepcionados y le costaría recobrar su "honor" en la mafia, pero era algo que tenía que hacer. Esa noche, el monstruo no podía salir.

¡Narra ____!

Llegamos a el FBI después de desayunar, la verdad, ninguno de los dos teníamos muvho apetito, pero teníamos que comer.

En cuanto llegamos, Dante y los demás nos dieron un fuerte abrazo a los dos, joder, hacían que pareciera una despedida, y yo odio las despedidas.

Dante: Dorian no especificó si usarían armas o no, así que por si acaso les daremos una pistola pequeña y un cuchillo, también un chaleco antibalas- dijo mirándonos con preocupación, Dante se había convertido en algo así como nuestro padre, todos le teníamos un cariño extremo

Clary: No puedo creer que vayamos a hacer esto- dijo negando con la cabeza, Clary era nuestra madre o algo así, eramos una familia, definitivamente.

Los cuchillos eran preciosos, no lo negaré, de un negro opaco, con el mango rojo vibrante y un filo que cortaba apenas y lo pasabas suavemente por la piel.

Dante: Ya saben el plan, si ganan, no los maten, mantengalos quietos hasta que nosotros los capturemos- dijo con un tono de voz calmado

Willy: ¿Qué vamos a hacer si lleva gente?

Dante: Nosotros también llevaremos gente, así que no te preocupes- dijo con una sonrisa.

Nos dieron las pistolas, pequeñas y practicas.

Clary: Si abren fuego, los sacaremos de ahí, corran hacia la carretera, escondanse, nosotros los encontraremos, los chalecos tienen rastreadores- dijo señalando los chalecos anti-balas- Los llevaran debajo de la ropa, no confiamos en Dorian- asentimos.

Entrenamos lo que quedaba de la tarde, también llamamos a toda la gente que queríamos, hubieron lágrimas, sí, pero también sonrisas por recuerdos que mencionamos. No iba a dejar que me arrebataran la vida, o todo lo que amo.

La verdad, sé que todo esto empezó por mí, Dorian me quiere a mí, así que si todo sale mal, negociaré la vida de Willy por la mía, sé que él se negará, pero, sinceramente, eso no me importa, quiera o no, trataré de salvarlo.

Samuel también tenía miedo, "La muerte ya nos separó una vez, no quiero que lo vuelva a hacer" era lo que me había dicho, sé que si yo moría, Samuel se saldría de control y trataría de entrar en combate, cosa que en las condiciones en las que estaba, aún no se podía permitit.

En esta noche, muchas vidas estaban en juego.

Las horas pasaban lentamente, con cada golpe al colchón, cada patada, cada disparo, cada metro corrido, cada cuchillo encajado en el señuelo, cada daga lanzada, parecía que pasaba en cámara lenta.

Así que, después de lo que pareció una eternidad, subimos a la furgoneta, mientras subíamos, podía sentir el metal del cuchillo contra mi pierna, el peso de la pistola, el peso de mi vida sobre mi alma. Las puertas de la furgoneta se cerraron.

Fin.

El Anillo Negro (Guillermo/Willy Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora