Cap 5

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"Dos guerreros se hacen amigos y juran ser hermanos de por vida. Entre samuráis, este juramento era muy importante. Hacer esta promesa equivalía a poner la vida en manos del otro, a entregarla gustosamente por el otro de ser necesario. Eso significaba."

"Supongo que en alguna parte del corazón de los hombres está el anhelo de que alguien nos acompañe durante toda nuestra vida, aunque sólo sea un perro sarnoso. Ese hombre se convirtió en un perro por el bien de la humanidad. El samurái repitió esas palabras como si hablara consigo mismo"

En menos de 24 horas, Nakamura me dice que me ha conseguido una "audición". Debo presentarme con algunos de los cobradores de los Yakuzas.

Me presento con ellos al día siguiente.

Llevo puesto un traje oscuro que, me sugirió Nakamura comprar, sólo como para no desentonar con la Yakuza, ya que, como me explicó, siempre cuidan mucho de su aspecto personal y una persona que se respeta debe siempre andar bien vestido.

La reunión se lleva a cabo con 5 personas, los trajes de todos le dan un toque de seriedad y formalidad a esta reunión que no parece ser un simple casting, estamos en la zona reservada de un bar de los tantos que pululan en Tokio. El señor Yamamoto, es el encargado de los lacayos, aunque él no se refiere a sí mismos como lacayos, son los cobradores según él, como sea, es el rango más bajo de entre la mafia. Sabe que he de hacer una audición, no me ha preguntado nada acerca de Nakamura, ni cómo es que di con esta oportunidad para ser parte de la Yakuza. Al parecer todos saben a qué he venido y si me manda Nakamura, quiero suponer que dan por hecho que las palabras sobran. Sólo yo parezco un poco confundido. Pero sin más. El señor Yamamoto me dice:

--- Vamos a probar tu destreza en maniobra. Debes ir a Saitama, a entregar un paquete. --- me dice con mucha parsimonia.

Yamamoto me entrega unas llaves y me indica que lo acompañe afuera donde hay un reluciente Mercedes negro que nos está esperando, las otras 4 personas permanecen calladas, pero muy atentas a cada uno de mis movimientos, sólo Yamamoto es quien ha pronunciado una palabra.

Con un gesto de cortesía me indica que entre al auto, y me mira por la ventanilla cuando estoy dentro del Mercedes, se acerca, me da un teléfono celular y me entrega un arma, diciéndome:

--- Por si acaso. Escucha bien: sólo si es necesario ---- hace énfasis en necesario.

--- Espero que no haga falta.--- Respondo cortésmente pero dentro de mí, de verdad espero no tener que usarla.

Me entrega una caja de 20x20x20 cm y me dice:

--- Haz tu trabajo. Tienes una hora para llevar este paquete a una dirección que viene en el GPS del teléfono. Trae el auto de vuelta sin ningún rasguño y el trabajo es tuyo, un solo rasguño y será mejor que no se te ocurra volver.

--- Entendido.

Arranco y me voy a hacer el trabajo.

Estoy pensando... son 30 min de Tokio a Saitama, tengo exactamente el tiempo para ir y volver. Sin embargo está claro que habrá dificultades, es decir, por algo me dio el arma... entonces no haría mal en suponer que si me dijo "si es necesario", es porque intentarán hacerme algo, pero por otro lado, si utilizo un arma, significaría que, quien contra la use, me responderá con tiros también, quizá, y si el auto trae un rasguño está claro que me matará. Así que lo tengo difícil, aunque claro, nunca supuse que trabajar para la Yakuza sería hacer trabajos como ir de compras. Bueno, como sea. Será mejor que me dé prisa. Acelero para ganar tiempo.

Al cabo de 20 minutos estoy a 50 metros de la dirección que marca el teléfono, es una joyería.--- Rayos----, es un suicidio. ---Me he metido a la boca del lobo---. Trato de tranquilizarme. Me acerco a vuelta de rueda e Inspecciono el alrededor, hay autos BMW estacionados, esto no debe ser bueno, sin duda es una joyería de la mafia alemana. Bueno, sólo hay que entrar, dejar el paquete en el mostrador y salir. Trazo una ruta de salida en el GPS y estaciono el auto en una buena dirección para salir rápido en caso de cualquier cosa. Dudo en si llevarme el arma o no. Mejor la dejo en el auto. Me bajo del Mercedes, pero dejo las llaves puestas con el motor en marcha. Tomo el paquete y me adentro al matadero.

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