Cap 7

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"El Samurái valiente no piensa en términos de victoria o derrota; combate fanáticamente hasta la muerte. Sólo de este modo realiza su destino."

"El valor de la vida frente al cumplimiento del deber tiene el peso de una pluma." Así reza el lienzo que cuelga en la puerta del recinto donde se está llevando a cabo el funeral múltiple, no aunque se logró el objetivo, no hay momento ni razón para festejarlo, es una victoria amarga. Kunai con los tripulantes de su auto fueron abatidos, no soportaron hasta que llegamos para apoyarlos. El helicóptero de Jun también fue derribado. Ese ha sido el precio de proteger y ganar 9.5 toneladas de oro de 24k. Un alto precio. Pero los alemanes no quedaron mejor, sin duda no esperaban perseguir autos blindados.

--- Colócalos en una situación de posible exterminio, y entonces lucharán para vivir. Ponles en peligro de muerte, y entonces sobrevivirán. Cuando las tropas afrontan peligros, son capaces de luchar para obtener la victoria.--- dice resignado Katsumoto.

Nos encontramos en un edifico de la Yakuza. Todos están reunidos aquí. Ni siquiera tenemos tiempo de terminar el funeral y a fuera en la calle se oyen disparos. Todos nos alarmamos.

--- Los americanos están aquí. Son bastantes.--- avisa Makoto, tras asomarse por las ventanas.

Se oyen más disparos afuera y algunas balas rompen las ventanas del recinto.

--- ¡Tienes que sacar al jefe de aquí!--- me grita Makoto, mientras nos agachamos--- salgan por la puerta trasera. --- dice, mientras me entrega unas llaves--- hay un auto ahí, sal de la ciudad, a un lugar seguro. Vamos a resistir el choque, estamos en comunicación. ¡Rápido!

No hay tiempo de discutir nada, el jefe está en peligro. 4 de nuestros hombres nos escoltan a la parte de atrás, donde hay un pequeño callejón y el auto que Makoto indicó. No podemos llevar mucho peso, entro al coche y el jefe entra atrás con dos yakuzas armados a cada lado a modo de escudo humano.

Arranco de prisa, salgo del callejón pero cuando entro a la calle, veo una verdadera carnicería, son en verdad bastantes y tienen el edificio rodeado, disparando y recibiendo tiros, paso de entre ellos, a toda velocidad. No sin evitar unas cuantas descargas sobre el auto que dañan el cristal. Los yakuzas al lado del jefe disparan por las ventanas mientras el jefe permanece agachado.

Salimos de la escena. Hago el recuento de los daños, miro el retrovisor, no nos siguen. Pero no sólo se ha roto el cristal. Tengo el brazo sangrando. Han matado a los dos yakuzas que no ha servido ni de escudo humano, han herido al jefe también. Los neumáticos están bien. No sé a dónde dirigirme. Pero conduzco a 80 km/h.

Escucho que el jefe me dice con voz dificultosa.

---- Llévame a Nigata.

--- Jefe, pero está sangrando, necesita asistencia médica

--- ¡Que me lleves te digo!

Debo obedecer. Al cabo de tres horas. Me pongo nostálgico cuando entramos a Nigata. Viví mucho tiempo aquí y ahora sé quién era el dueño de una casa tan bonita en las afueras de Nigata a donde me conduce Katsumoto.

Entramo a la casa, por dentro parece abandonada, Katsumoto tiene una herida en el hombro y ha perdido mucha sangre. Lo siento en un sofá de la sala donde puedo ver colgados unos retratos, mi asombro me hace también olvidarme de mi herida en el brazo, en el centro de la pared hay un retrato de Nakamura y mi papá al lado de Katsumoto.

El jefe puede ver mi asombro. Se ríe con dificultad. ---- parece que has visto un fantasma, Ryu.---- me dice con clama. Nadie me había llamado por mi verdadero nombre, siempre me llamaron Sasuke.

Entre muchos esfuerzos Katsumoto me dice:

--- No quiero morir sin saber algo ¿tu padre es Iori Sama?

Asiento con la cabeza.

---- Muchacho no sabes cuánto he buscado al hijo de mi amigo. Ahora sé que eres tú. Aunque siempre sospeché que lo eras, porque me recordabas mucho a él.

Después de media hora de charla, y después de que Katsumoto me hizo acompañarlo durante sus últimos minutos de vida, negándose a que le asistiera la herida. Conduzco de nuevo a Tokio, he perdido sangre, pero el dolor de mi herida en el brazo no se compara con la el odio y la rabia que siento por la traición de Nakamura.

Katsumoto me ha explicado que mi padre era un yakuza y no cualquier yakuza, sino su más cercano amigo y uno de sus generales al igual que Nakamura. Me explicó que si es que no convivía mucho con migo y mi familia era porque quería mantenernos seguros.

En efecto Nakamura fue también un yakuza y uno de sus generales. Pero que se atrevió a querer derrocar a Katsumoto, mi papá le advirtió de eso, mi papá no quiso ayudar a Nakamura, este último fue echado de la Yakuza y mi papá sufrió también las consecuencias. Pese a que Katsumoto fue advertido por mi padre, y pese a que éste era su más leal amigo, mi papá decidió presentarle su meñique, gesto que Katsumoto aceptó.

Pero Nakamura no estuvo conforme y fue el responsable de matar a mi padre, por odio y porque no accedió a ayudarlo a destruir a Katsumoto. Mi hermana y mi madre fueron asesinadas para no dejar testigos.

Conduzco de prisa, mis ojos se inundan de lágrimas.


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