Las decisiones

22 4 0
                                    

Narrador omnisciente.
Luego de esa despedida. Cada uno se puso a pensar en el otro, como de costumbre. Piers pensaba eno maravillosa que era ella. Y ella, en sus inseguridades. Ella pensaba que quizá eso era un juego. Ella no quería enamorarse, pero lo hizo. Él también se enamoró.
Pasaron los días y la confianza iba aumentando. Ella era cada vez más afectuosa, y eso le gustaba a él.

Un día decidieron ir a dar una caminata por el parque. Se alistaron y se encontraron.

Piers: (Su belleza me deslumbra, tranquilamente podría mirarla horas y horas sin cansarme)

Alice: ¿Cómo estás?

Piers: Bien, ¿Y tú?

Alice: Muy bien.

Piers: Tengo un lugar para ir luego de la caminata. ¿Te parece?

Alice: Sí, vamos.

En la caminata hablaban de las cosas que hacia Piers en la academia. 

Piers: Puede que haga todos los ejercicios perfectos. Pero quiero llegar a más, aunque no encuentro oportunidad alguna.

Alice: Ya veo... Seguro que vas a encontrar algo, te lo mereces. Si quieres te puedo ayudar.

Piers: Eso sería muy bonito de tu parte.

Alice: Aunque me da miedo...

Piers: ¿Por qué?

Alice: No sé que haría si te pasa algo... 

Piers: Ooh que dulce, ven acá -La abraza- Mientras piense en ti, no me pasará nada. 

Alice se sonrojó y le devolvió el abrazo todavía más fuerte.

Terminaron la caminata y Piers decidió ir al lugar que le había dicho. Era una restaurante elegante. No habían clientes allí y eso le sorprendió a Alice.

Alice: ¿Por qué no hay gente aquí?

Piers: Lo reservé para los dos. ¿Estás cómoda?

Alice: Nunca he estado mejor. Pero, esto es tan elegante y yo estoy tan informal...

Piers: No te preocupes, eso no me importa. Además no dejas de ser guapa.

Alice realmente es una tonta, porque al ver todo lo que él hacía, nunca se dio cuenta de los sentimientos de Piers. 

Se sentaron y comenzaron a hablar.

Piers: Me da mucho gusto haberte conocido. 

Alice: A mí igual... 

Piers: Me alegra... Realmente eres una persona genial. Te pienso por horas y no te encuentro defectos.

Alice: ¿M-Me piensas por horas?

Piers: -Nervioso- E-Eh, bueno...

Hubo un silencio incómodo de repente.

Piers: Desde que te sentaste estuviste media callada. ¿Pasa algo?

Alice: Es que esto es muy elegante... Nunca había estado en un lugar como este y me incómoda un poco.

Piers: Tranquila, siéntete como en tu casa.

Alice: Lo intentaré.

Siguieron conversando y Alice se soltó más y más. Terminó la cena y se fueron de la mano a sus casas. Realmente se deseaban, pero ninguno quería dar el gran paso.
En sus casas pensaban.

Piers: (Mi problema es que a veces soy demasiado directo y digo lo que siento en ese momento. Quizá eso la incómoda... Tengo tantas ganas de estar con ella).

Alice: (Estos sentimientos en mí me confunden. Él se ha mostrado demasiado bueno conmigo. ¿Y si siente algo? No lo sé).

Piers: (Ella es como más reservada que yo, quizá, si es lo que pienso, le cuesta un poco más. Debería seguir así, aunque tengo miedo de que no sea como yo creo y perderla).

Alice: (Es tonto seguir con mi timidez, tengo que hacer algo. Si lo quiero lo con... Es muy adelantado aún. Lo sé, mejor dejo todo como está y veremos que pasa).

MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora